Santa Bárbara.- Honduras se encuentra entre los cinco países más peligrosos del mundo para defender el medio ambiente, según la ONG Global Witness, pero esto no ha impedido que defensores en el país se arriesguen para defender sus comunidades, tomando conciencia que solo defendiendo su territorio y sus bienes comunes estarán asegurando un mejor lugar para las futuras generaciones.
Tal es el caso de Angel Yobani Mejía, defensor del medio ambiente, coordinador del Comité Local Franciscano de San Francisco de Ojuera en Santa Bárbara, comunidad en la que habita.
Ángel Yobani, además, es presidente de la junta directiva del Movimiento Ambientalista Santa Barbadense (MAS).
Desde niño mostró interés por la defensa del medio ambiente y poco a poco fue logrando a costa de su vida defender el agua, el bosque y sus ríos de los proyectos extractivistas, que solo traen pobreza y muerte en sus comunidades.
El defensor señala que sus maestros fueron su principal inspiración para ser quien es hoy, un defensor del medio ambiente.
“Desde mi niñez tuve unos maestros que me impulsaban prácticamente en la defensa del medio ambiente, bosque y ríos, y desde entonces me llamó la atención y empecé su defensa, e igual del territorio, ya que en muchas comunidades de nuestro pueblo eran prácticamente expropiadas, entonces allí nos metimos hacer la lucha colectiva con otras organizaciones, como la Iglesia Católica, en aquel tiempo estaba Caritas de Honduras que nos impulsaban, siendo yo muy joven”.
Señaló que se dio la oportunidad de continuar con la defensoría y aunque ha sido difícil, su primer motor para seguir en esta lucha ha sido la familia, “ellos me han colaborado enormemente, apoyándome emocionalmente en esto de la lucha, igual la comunidad ha estado al lado mío, impulsado lo de la defensoría de nuestro territorio; en lo personal es algo que nació en nosotros defender el medio ambiente y los derechos humanos también”.
Ángel Yobani dijo adefensoresenlinea.com que defender el medio ambiente tiene alrededor de 30 años, ya que desde su niñez y en escuela, empezó armando comités para defender el bosque, que no se quemara, para que la gente no fuera a tirar basura a los ríos y, aun viendo el enorme riesgo que él podía tener, se fue acercando a otras organizaciones y líderes ambientales para continuar en la lucha, pero lo más significativo que ha pasado es acercarse a la lucha de Berta Cáceres.
“Logré entablar muchas conversaciones con la compañera Berta Cáceres, que fue algo bonito, esa trayectoria de seis años que estuve al lado de ella, creo que allí me impulsé mucho más, porque ella me enseñó muchas pautas a seguir que yo no las conocía, no tenía la experiencia, luego ella empezó a llegar a la comunidad, ella me decía no se exponga, usted es de acá le pueden hacer daño después”.
Señaló que esa fue una experiencia enriquecedora, conocer a una persona muy sabia y conocedora, por lo que tres meses después de que fue asesinada, él tuvo que enfrentar una demanda, pero lo mas triste que fue para él es que quien lo había impulsado en la defensa de los bienes comunes de la naturaleza fuera quien lo estuviera atacando.
“Tres meses después de que la asesinaran me demandaron, y me demandó el maestro que me enseñó a mi a ser defensor. El me preguntó que a mí de donde nace defender estas quebradas y estos charrales, yo le dije usted me los enseñó, usted fue mi maestro seis años en la escuela y se le olvidó que formábamos comités para ir defender el medio ambiente”.
A pesar que el defensor fue demandado por la defensa del río Wince y el río Gualcarque, que también defendía Berta Cáceres, siempre ha estado al pie de la bandera en defensa del medio ambiente y los bienes comunes de la naturaleza, pese a que la persecución siempre ha sido la misma.
“La persecución siempre ha sido de las mismas, yo le llamo transnacionales porque los dueños de las minas prácticamente son colombianos, ahí ya están llegando a la zona los dueños de la hidroeléctrica Castor Energi, los dueños de Suministros Eléctricos Cell, igual otras que, incluso, están exportando sin ningún permiso, entonces ahora ese es el riesgo que nosotros tenemos, la persecución de parte de los empresarios y de los dueños de las tierras donde van a ir los embalses de las hidroeléctricas, donde van a ir las minas y donde están los planes de manejo forestal”.
A pesar de todo esto y los riesgos, señala que la convicción es la misma y que permanecerá en la lucha para poder cambiar un poco, tanta destrucción al medio ambiente.
“La convicción esa es hoy en día, ya cambiaron un poquito las cosas porque creo que el gobierno, precisamente el gobierno local, está de nuestra parte, ya que el que es uno de los ex regidores, ahora ya es el alcalde que antes se opuso como regidor a las construcción de las hidroeléctricas y las minas, ahora como alcalde él dice que yo no soy doble cara, no va a ser tan fácil que estas transnacionales vuelvan a ingresar a nuestro territorio”.
Señaló que el riesgo de destrucción ambiental es grande porque las hidroeléctricas destruirían todo, porque están expuestos dos ríos que son el Gualcarque y el Wince.
Indicó que el río Gualcarque nace en la Esperanza y muere e San Francisco al unirse al Ulúa y el río Winse nace de cinco cuevas, entonces el nace y muere en san Francisco al unirse al Guacarque.
En el tema de la hidroeléctricas nos destruirían, entonces yo creo que vale la pena asumir los riesgos, y el desplazamiento también de muchas comunidades es lo que nos va a afectar bastante por las hidroeléctricas, y si es en el tema de las mina y la contaminación, esto pone en riesgo las aguas termales, tenemos un pequeño balneario a las orillas del río Wince, teneos una piscina de agua caliente a la par del río, prácticamente nos destruirían todo eso.
Agregó que con los planes de manejo nosotros carecemos de agua en algunas de las zonas, es muy difícil encontrar fuentes de agua; y si nos empezamos a destruir la zona núcleo de la parte de arriba, al permitir los planes de manejo forestal, tendríamos que comprar el agua a otro pueblo.
Santa Bárbara es uno de los departamentos con mayor número de concesiones extractivistas, ya que la ambición de la riqueza está rodeada por el rio Gualcarque y otros reconocidos ríos, grandes bosques y montañas.
Según la ONG Global Witness, en Honduras los asesinatos aumentaron de cuatro, en 2018 a 14, el año pasado. Los ataques letales contra ambientalistas han apuntado preponderantemente contra mujeres, y han continuado su tendencia ascendente desde el brutal asesinato de la dirigente Berta Cáceres. La activista fue asesinada en 2016, meses después de haber ganado el prestigioso premio Goldman, por oponerse a la construcción de una represa en su región.
Cabe señalar que tanto hombres como las mujeres que se dedican a la defensa del medio ambiente en Honduras, están en riesgo de dar su vida por defender los bienes comunes de la naturaleza.