Mary Aileen D. Bacalso* Ӏ Filipinas Ӏ 6 de marzo de 2020
En el marco del “ Día Internacional de la Mujer” que se conmemora el 8 de Marzo, se hizo un llamado a la igualdad de género, como resultado de años de lucha por parte de las mujeres en todo el mundo.
Este día significa las victorias obtenidas con esfuerzo en la lucha cuesta arriba por la emancipación de las mujeres, de la esclavitud, de la discriminación y la explotación sexual.
Y si bien es un momento de celebración, también es un día que requiere una defensa continua.
«Todavía queda un largo camino por recorrer para lograr la plena igualdad de derechos y oportunidades entre hombres y mujeres», expresa un comunicado de las Naciones Unidas.
«Es de suma importancia poner fin a las múltiples formas de violencia de género y garantizar el acceso equitativo a una educación y salud de calidad, recursos económicos y participación en la vida política tanto para mujeres como para niñas y hombres y niños», continuó el comunicado.
El secretario general de la ONU, António Guterres, dijo que lograr la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres y las niñas es el «asunto pendiente de nuestro tiempo y el mayor desafío de los derechos humanos en nuestro mundo».
En el acto memorial, resaltó el color morado (púrpura) que representa la difícil situación de las mujeres, aunque ha mejorado después de décadas de arduo trabajo.
Coincidiendo con el segundo domingo de Cuaresma,la celebración del Día Internacional de la Mujer de este año, nos recuerda a la «Madre Dolorosa», la afligida Virgen María en busca de su hijo.
Lejos de ser pasiva, la Santísima Madre es un modelo de una mujer empoderada.
En su «Magnificat», transmitió un mensaje revolucionario de que Dios «ha quitado a los poderosos de sus tronos y ha alzado a los humildes».
Púrpura también significa justicia y dignidad.
Habiéndome integrado con las mujeres miembros de la familia de los desaparecidos durante casi tres décadas, valoro su solidaridad en nuestra visión común de un mundo sin desaparecidos.
Transformadas de víctimas a defensoras de derechos humanos, estas mujeres de toda Asia y América Latina comparten sus reflexiones sobre este importante día.
Angkhana Neelaphaijit de Tailandia, cuyo esposo desapareció hace 16 años, se lamentó: «Si la búsqueda de justicia era un camino, mi familia y yo estábamos casi al final».
«Hemos encontrado numerosos obstáculos y dificultades», dijo.
«Mientras nuestro sistema de justicia no pueda castigar a los culpables porque son funcionarios estatales, como muchos en esta sociedad, seguiré siendo víctima de un sistema defectuoso», agregó Angkhana, quien el año pasado ganó el Premio Ramon Magsaysay, premio Nobel de Asia.
«Si aquellos en el poder continúan indiferentes a las dificultades de las personas privadas de derechos y justicia, ¿cómo podemos mirar a los ojos de los jóvenes y ofrecerles esperanza», preguntó.
En Filipinas, Daisy Valerio, cuyo esposo fue desaparecido por la fuerza hace años, todavía se ve afectada por esa injusticia.
Añadió que, “El dolor de perderlo todavía golpea mi corazón. Combino mi dolor con las esposas y otros familiares de desaparecidos en todo el mundo».
Ruth Llanos, presidenta de la Asociación de Familias de Desaparecidos en Bolivia, dijo que trabaja con su esposo, Ricardo Navarro, para «cambios muy necesarios» en su país.
«Mi generación logró cambios para los derechos de las mujeres, pero todavía hay muchos pasos [a seguir] para alcanzar la igualdad».
Llanos concluyó en que “Las sociedades patriarcales continúan oprimiendo a las mujeres y encarcelando sus ideas. La violencia contra la mujer es repugnante. El Día Internacional de la Mujer es un viaje y una lucha «.
Desde Honduras, Bertha Oliva, esposa de Tomás Nativí Gálvez, otra víctima de desapariciones forzadas, dijo que está profundamente comprometida con la lucha por las mujeres y los hombres, especialmente por los jóvenes.
Expresó que «Cada violación del cuerpo de una mujer debe considerarse un acto de [fuerza] y barbarie».
«Continuaré levantando voces en la demanda de la verdad y la justicia, y la batalla contra la impunidad», dijo Oliva, quien es coordinadora del Comité de Familias de Detenidos Desaparecidos en Honduras (COFADEH).
Habiendo resistido el destructivo impacto social, económico y psicológico de las desapariciones forzadas, estas mujeres se niegan a permanecer en un estado de victimización.
Eligieron empoderarse y renovar su promesa de no permitir que las desapariciones forzadas vuelvan a ocurrir.
En sus respectivos países, se ponen de pie y luchan de la mano con otras mujeres que han visto violar sus derechos.
Sus voces amplifican las voces de millones de otras mujeres que sufren pobreza económica, discriminación y violencia sexual.
Ha pasado más de un siglo desde que se celebró el primer Día Internacional de la Mujer en 1911, y las mujeres del mundo deberían felicitarse por el importante progreso que han logrado.
Ellas continúan pidiendo una lucha sostenida para responder al llamado de la igualdad de las mujeres.
Siendo las cocreadoras de Dios, las mujeres no merecen nada menos que lo mejor de la vida, y solo cuando se les conceda no llorarán más.
Mary Aileen D. Bacalso* es ex secretaria general de la Federación Asiática contra las Desapariciones Involuntarias. Por su trabajo contra las desapariciones forzadas, recibió el Premio Ministerial Franco-Alemán de Derechos Humanos y Estado de Derecho de 2019. En 2013, el Gobierno argentino le otorgó el Premio Internacional de Derechos Humanos Emilio F. Mignone. Las opiniones y opiniones expresadas en este artículo son del autor y no reflejan necesariamente la posición editorial oficial de LiCAS.news.