Exactamente como lo habíamos prevenido hace tres meses y denunciado el pasado 30 de agosto, los cínicos harían el saludo a la Bandera Nacional y pronunciado discursos patrioteros el 1 de septiembre al mismo tiempo que traicionaban la memoria de los próceres en nombre del dios dinero.
Hoy es nuestro plantón del primer viernes de septiembre y llegamos a esta plaza con dignidad e indignación, a honrar la memoria de nuestros seres queridos que dispararon ideas y ofrendaron su sangre entre 1979 y 1992 contra este modelo chabacán de los azules y colorados.
“No nos corre horchata por las venas, canallas” exclamó el sábado anterior el líder social Carlos Humberto Reyes durante el programa Voces contra el Olvido, resumiendo en esa frase histórica toda la dignidad de un pueblo que rechaza la venta por libras del territorio nacional.
Con ese grito de agitación repetimos este viernes en la Plaza de los Pañuelos Blancos que un régimen ilegítimo e impostor como el actual, que asalta el Estado desde 2009 con la fuerza de las armas, no puede robustecer la economía nacional de ningún otro modo que no sea a través del blanqueo de riquezas sucias y ensangrentadas. Y esa robustez es falsa, es una burbuja que se pincha sola.
Por tanto, una vez más le reclamamos a los Estados conspiradores de Canadá, Estados Unidos y de la Unión Europea, que avalaron la violación de la Constitución de Honduras y justificaron dos veces el fraude electoral como vehículo del continuismo de sus negocios, que no sigan sosteniendo este régimen impostor que es socialmente fracasado y políticamente inviable.
Acompañamos cualquier esfuerzo de los pueblos originarios, legítimos propietarios del territorio hondureño, para iniciar persecuciones penales en todos los foros jurídicos internacionales en contra de los vende-Patrias que cercenan los espacios ancestrales de los pueblos Caribes del Atlántico y de los pre-colombinos del este, centro, sur y occidente del país, para sembrar paraísos de criptomonedas.
También nos prevalemos hoy de nuestra presencia en la Plaza La Merced para denunciar este peligroso tiempo de propaganda electoral que sus ejecutores mezclan con violencia política organizada. El uso militar de escuadrones de falsos médicos de la muerte para ejecutar misiones de desestabilización de la dinámica interna del crimen organizado que controla las instituciones públicas, es un factor planificado para ensuciar las aguas de noviembre.
Este clima de terrorismo anticipado al interior de los carteles que controlan las operaciones de las fuerzas armadas y que contrasta con la campaña “positiva” del impostor Juan Orlando Hernández, busca objetivos tácticos antes de las elecciones generales, que no deberían estar influidas otra vez por la DEA, la CIA, el Departamento de Estado ni las cúpulas demócratas.
El fracaso cíclico, continuado y absoluto de la pandemia actual, por negligencia delincuencial del régimen, es un acto de genocidio brutal que puede ser reclamado en cualquier tiempo aún en medio de la actual tragedia y que no debe ser utilizado como pretexto para el control represivo de la población movilizada.
Así habría sido denunciado por nuestros seres queridos, las y los desaparecidos, cuya memoria exigimos sea respetada y honrada con la justicia penal y reparatoria que el Estado insiste en evadir. Y así lo repetimos nosotras este viernes: ¡Viva la Patria vende-Patrias!
De los hechos y de los hechores, ni olvido ni perdón
COFADEH
Tegucigalpa 3 de septiembre de 2021.