UNDÉCIMO MANIFIESTO PÚBLICO

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Se termina mayo, y en estas más de treinta organizaciones sociales y populares, permanece la dignidad. Y unidas nuestras voces al clamor de indignación de todo nuestro pueblo, y en repudio y protesta ante el infame régimen dictatorial liderado por el cartel Hernández Alvarado, lo expresamos en este Undécimo manifiesto público:

1.- Advertimos y repudiamos la urgencia del régimen de Juan Orlando Hernández porque entre en vigencia el nuevo Código Penal, instrumento que necesita para blindarse junto a la mafia corrupta y evitar en su contra investigaciones profundas y penas mayores, y para garantizar impunidad ante sus delitos de narcotráfico y otros negocios sucios. No podemos admitir un Código Penal diseñado y construido al gusto y tamaño de la impunidad.

2.- Advertimos por igual que la “apertura inteligente” de la macroeconomía, responde a la presión de líderes de la gran empresa privada de poner sus capitales por encima de la vida e integridad de la ciudadanía. De acuerdo a los expertos más acreditados, con la apertura de la actividad económica alcanzaríamos una situación imposible de manejar, porque el contagio masivo estará a la vuelta de la esquina.

3.- Denunciamos que la actividad económica se abre en función de los grandes capitales, la micro y pequeña economía no cuenta, y está siendo víctima de una promesa demagógica del régimen de una asistencia financiera que es imposible de cumplir, porque la inmensa mayoría de los millonarios recursos aprobados para atender la pandemia fueron drenados entre la primera y segunda semana después de haber sido aprobados. Esos fondos ya no existen, se los robaron, mientras nuestro pueblo está condenado a un encarcelamiento domiciliario, obligado por el régimen mediante decreto ley especial de suspensión de las garantías constitucionales. ¡Es tan evidente el plan de los ricos contra los pobres!

4.- Exigimos una investigación independiente sobre los móviles que condujeron a la masacre de mujeres privadas de libertad, ocurrida el 24 de mayo en la Penitenciaría Nacional Femenina de Adaptación de Social (PNFAS). Este hecho sangriento pone una vez más al desnudo la calamidad administrativa y la voluntad política de convertir el sistema carcelario en campo de disputa de poderes delincuenciales, y ajuste de cuentas de redes criminales, protegidas y vinculadas con estructuras de poder al más alto nivel del Estado, dejando en la más alta vulnerabilidad a las personas más indefensas.

5.- Advertimos que con la improvisación y el manejo delictivo de los recursos destinados a la pandemia, nuestro país se orienta a un endeudamiento externo e interno imposible de manejar, y crea las condiciones para que florezca la corrupción de quienes lideran el actual régimen dictatorial, y para que los países ricos y capitales transnacionales pongan en marcha experimentos de inversión y crecimiento económico en la lógica de las ciudades modelo y actualice el modelo de enclave, que tanto destrozo dejó en la historia y en la vida de la sociedad hondureña.

6.- Tenemos todas las razones juntas para manifestar nuestra indignación, y para llamar a todo nuestro pueblo a que unan sus voces con las nuestras para hacer sentir con más fuerza el clamor de rechazo masivo a quienes conducen corruptamente esta emergencia, y a seguir demandando que la misma sea conducidas por personal profesionalmente competente y responsablemente ético. Y reiteramos nuestra voz de exigencia porque exista un sistema independiente de veeduría y auditoría.

7.- Llamamos a todo nuestro pueblo a que nos mantengamos en firme repudio ante al régimen de la criminalidad Estatal, vil expresión de un colapsado modelo neoliberal. Desde el encierro convocamos a todos los sectores que hagamos crecer el encuentro que conduzca a una propuesta de lucha nacional organizada.

8.- Como siempre, convocamos a manifestar nuestra indignación y rechazo de distintas maneras posibles, una de ellas es que nos encontremos desde nuestro encierro, todos los sábados a las 7:00pm para manifestar nuestros repudios y nuestras demandas a través del Cacerolazo y la bulla.

Honduras, mayo 2020