Tegucigalpa.
Desde el año 2002, mediante decreto 284-2002 aprobado por el Poder Legislativo, en Honduras se conmemora el Día Nacional del Detenido Desaparecido como un aporte a la memoria histórica y al reconocimiento a las víctimas y a sus familiares, que fueron afectados por la aplicación de la Doctrina de Seguridad Nacional en la década de los 80´s.
Hoy, a 38 años de la aplicación de esa doctrina de seguridad, la necesidad de memoria, verdad, justicia y reparación, se mantiene intacta para recordar a las más de 184 víctimas de desaparición forzada, cifra que reconoce el Estado hondureño a través del informe Los hechos hablan por sí mismo, elaborado por el Comisionado de los Derechos Humanos (CONADEH), Leo Valladares, en 1994.
La iniciativa para que en cada país donde había habido detenidos desaparecidos por razones políticas, existiera este Día, fue de la Federación Latinoamericana de Asociaciones de Familiares de Detenidos Desaparecidos (Fedefam), apoyada por la Organización de Naciones Unidas, que instauró desde 2011, el 30 de agosto como el Día Internacional del Detenido Desaparecido.
En este día de conmemoración de la memoria de todos los detenidas y detenidos desaparecidos durante la aplicación de la Doctrina de Seguridad Nacional, quienes entregaron su vida por la libertad y la lucha por un mejor país, reconocemos la labor que realizan los familiares y las organizaciones de derechos humanos, como el Comité de Familiares de Detenido Desaparecidos en Hondura (Cofadeh), durante más de tres décadas se han movilizado en la búsqueda de justicia para conocer la verdad sobre el destino de sus seres queridos.
Para este año, el Cofadeh realizará este miércoles 30 de agosto la actividad de la Ruta de la Memoria, la que consiste en una brecha entre la historia, el ocultamiento, la verdad y la impunidad oficial. Es la vía que hemos diseñado para permanecer en la memoria y así lograr ser parte de la historia.
La rauta es, una peregrinación de fututo permanente sobre ocho estaciones ubicadas en el centro, norte, oriente y sur del departamento de Francisco Morazán.
Entre estos sitios están El Museo de Memoria vivas (Cofadeh); Plaza de los Desaparecidos; La Montañita; Nueva Tatumbla; Hogar El Diamante, La Casa del Terror; El Reventón y El Hogar contra El Olvido, ubicado en la aldea La Joya en el municipio de Santa Ana.
Para que conozcan esta brecha entre la historia, el ocultamiento, la verdad y la impunidad oficial, en el recorrido, que iniciará a las 7:30 de la mañana en la sede del Cofadeh y terminará en el Hogar contra El Olvido, participaran representantes de sindicatos, de organizaciones de derechos humanos y sociales, representantes de la cooperación internacional, familiares de las víctimas, periodistas, representantes de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (OACNUDH), ambientalistas y representantes de las redes de derechos humanos del Cofadeh, que ha conformado en los últimos años en varias zonas del país.
En 1979 triunfa la revolución en Nicaragua y ese triunfo significó para Centro América dos cosas: una esperanza de cambio en el sistema de la estructura de la economía de estos países, pero también significó la guerra de baja intensidad.
Esta última en Honduras significó la aplicación de la doctrina de Seguridad Nacional, la militarización de Centro América, grandes violaciones a los derechos humanos que fueron sistemáticas, máximo y selecto.
“Todas estas violaciones a los derechos humanos de la década de los años ochenta e inicio de los noventas están en absoluta impunidad, no ha habido investigaciones serias que contribuyan a deducir responsabilidad, a sancionar a los responsables y por lo tanto el estado de Honduras tiene una deuda sin saldar con las víctimas de las grandes violaciones a los derechos humanos en la desaparición forzada”, explicó Mery Agurcia, del equipo de documentación del Cofadeh.