Tegucigalpa.- Teresa de Jesús Sierra Alvarenga, hondureña, detenida desaparecida el 31 de agosto de 1982 en el barrio Villa Adela de Comayagüela, era secretaria de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) y también trabajaba en el Sistema de Acueductos y Alcantarillados (SANAA). Fue sacada de su casa de habitación.
Lurbyn Elaine Alvarenga, hija de Teresa de Jesús Sierra, pasaba por la Plaza de los Desaparecidos/Plaza la Merced en el centro de Tegucigalpa un primer viernes de mes, cuando el Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras (COFADEH), realizaba su tradicional plantón, y al ver la foto de su madre plasmada en una manta, recordó su lucha y por qué fue desaparecida.
Cuando despareció su madre, exigía a las autoridades que se la devolvieran viva o muerta, pero que se la devolvieran, consta en el libro “Los hechos hablan por sí mismo”.
Los crímenes de lesa humanidad cometidos por el Estado de Honduras no sólo afectaron la vida de las personas que fueron detenidas y posteriormente desaparecidas, sino también la vida de los familiares.
Lurbyn Elaine Alvarenga, era una niña de cinco años de edad cuando los militares ingresaron a la casa para llevarse a su madre, de la cual nunca más volvió a saber de ella.
Nadie dio respuesta, su nombre pasó a alargar la lista de los detenidos desparecidos en la época de los años ochenta, de los que hasta la fecha no se volvió a saber nada, pero sus familiares aún recuerdan y no permite que su lucha y su vida quede en el olvido.
Lurbyn, hoy mayor de edad, una mujer que ha formado su propia familia, relata a defendoresenliniea.com cuanta falta le ha hecho su madre, ya que por un capricho la privaron de crecer junto a ella.
“Cuando ella despareció yo tenía 5 años y mi hermano tenía 3 meses de edad, a ella la llegaron a sacar de la casa los militares, las razones las desconocemos; los años han pasado y todavía no se sabe nada de qué pasó con ella y ¿dónde está?
“Cuando mi mamá desapreció yo no entendía que pasaba, porque mi mamá no aparecía por ningún lugar; fue hasta la edad de 10 años que yo entendí, pero siempre estuvo la ausencia de una persona que hiciera el amor de una madre, suplir una madre nadie puede, fue muy difícil”.
Lurbyn asegura que su vida y, sobre todo, su infancia no fue fácil, ya que fue como la de todo niño sin su madre.
“Una vida triste, difícil, sufrí bastante cuando fui niña, ahora grande pues ya tengo mi familia, le pido a Dios de que nunca permita que mis hijos pasen por lo que yo pasé, lo que yo sufrí”.
Sinceramente le diría que es doloroso, porque a la altura de estos años en lo que vivimos todavía no se sepa nada de lo que pasó en la década de los ochentas, es triste porque muchas familias sufrimos por esa eventualidad, por esa grosería de parte de los gobernantes, esa injusticia de la vida que se cometieron hacia todos nosotros, porque dejarnos sin nuestros padres, a la deriva, agregó Alvarenga.
Hasta el día de hoy me pregunto si está viva o está muerta, dónde está, donde están sus huesos, quiero encontrarla y poder tener una tumba donde llevarle flores y poder decir aquí está ella.
El COFADEH ha presentado algunos informes, entre ellos el más reciente sobre la desaparición forzada al Comité de Desaparición Forzada en Ginebra, ya que ninguno de los nuevos casos de desaparición forzada, al igual que los registrados por el COFADEH desde la década de los ochenta, no han sido objeto de investigación, ni persecución penal contra los violadores de derechos humanos, ni castigo a los responsables, ni reparación para los familiares de las víctimas, según la memoria histórica escrita por este comité.
Cabe recordar que el COFADEH nace de la exigencia de doce familias que se unieron para alzar su voz y exigir justicia para sus familiares detenidos desaparecidos en la época de los ochenta y con el paso del tiempo se unieron más familias a esta exigencia de verdad y justicia.
Para la familia de Teresa de Jesús Sierra, que lleguen estas fechas de unidad y de amor en familia, les trae el recuerdo de la desaparición de su madre, significa un año nuevo que inicia, pero es un año más sin saber que pasó, donde está su familiar desaparecido; un año más al que no hay una tumba, no hay una verdad y tampoco hay justicia.