Vivimos en una de las dictaduras más sangrientas de nuestra historia, una dictadura que se fortalece en el narcotráfico, en la cultura neoliberal, el saqueo, la militarización, la judicialización y la planificación de la muerte de quienes defienden la territorialidad, la ética, la vida misma. Consideramos que siempre estaremos a tiempo de frenar este pasaje triste de nuestras vidas, y lo haremos en la medida que colectivicemos y descolonicemos la lucha, que hagamos la dignidad una costumbre y nos abramos a una nueva cultura política ciudadana, donde el amor a la patria siga recorriendo nuestras luchas, así como está presente en este Encuentro de organizaciones que alzan su palabra en este Trigésimo primero manifiesto público:
1.- Con toda la rabia hecha conciencia, condenamos el asesinato de Arnoldo Joaquín Morazán, quien le fue arrebatada cobardemente su vida el pasado 13 de octubre en la comunidad de Guapinol, donde la dictadura, Inversiones Los Pinares y Ecotek, siguen cobrando venganza contra una lucha legitima, pertinente y llena de dignidad. Mientras la lucha de los Guapinoles y Berta Cáceres es reconocida mundialmente con el prestigioso galardón Sájarov 2020, aquí se les asesina, se les amenaza y se inventan procesos judiciales cada vez más graves. Exigimos justicia y lo exigiremos hasta verla andar en nuestros campos y avenidas.
2.- Exigimos la inmediata cancelación del proyecto de las ZEDEs, en Crawfish Rock, Roatán, en Choloma y en cualquier otro territorio nacional, cuyos suelos son sagrados portadores del futuro de las siguientes generaciones. Demandamos que se desista de esta apuesta de muerte por parte de capitales y pensamientos racistas, patriarcales y clasistas. A su vez, invitamos al pueblo a luchar contra este golpe del neocoloniaje, la defensa de la soberanía hoy se vuelve aún más importante y urgente.
3.- Exigimos además la aparición con vida de los compañeros garífunas, defensores de los territorios, la ancestralidad y la vida misma. Condenamos las acciones de intimidación contra la compañera Aurelia Arzu, subcoordinadora de OFRANEH. Estos ataques contra las comunidades y liderazgos garífunas, responde directamente a la necesidad capitalista del despojo territorial.
4.- Extendemos nuestra solidaridad militante a los compañeros de ADEPZA, condenamos los recientes ataques, incluidas amenazas a muerte al compañero Pedro Canales. De igual forma estos ataques se desarrollan en un contexto de despojo, para la instalación de megaproyectos de construcción y extractivos en los territorios del golfo de Fonseca. Así mismo saludamos las acciones en contra de la corrupción y la ZEDES impulsadas por el pueblo de Amapala, en este momento de la historia, “nos salvamos en racimo, en comunidad”.
Honduras, octubre de 2020