Por: Sandra Rodríguez y Cesario Padilla*
Tegucigalpa, Honduras. – Su nombre está escrito en las paredes de la ciudad, su legado se concentra en una frase que hacen vida multitudes “en las calles está el poder”.
La Unión Revolucionaria del Pueblo (URP), sigue escribiendo y recordando que está prohibido olvidar, porque la lucha del hermano, del amigo, del maestro Tomás Nativí Gálvez está más vigente que nunca “era un profeta”.
La fundación de la URP fue en el seno de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), mismo escenario que sirve en la actividad de exclusión y represión para los y las estudiantes que han seguido el legado de Tomás Nativí, por la defensa de la educación pública y las protestas sociales justo en las calles.
Nativí fue secuestrado un 11 de junio de 1981, en la colonia El Hogar de Tegucigalpa, junto a su compañero Fidel Martínez.
Bertha Oliva, esposa de Tomás y coordinadora general del Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras (COFADEH), expresó que a su lado aprendió que era tan necesario leer como comer “porque era el camino para la liberación de nuestra mente, quitar las ataduras que tenemos si no somos fieles lectores».
Oliva define en su faceta intelectual a su compañero de vida de la siguiente manera “era un autodidacta, devorador de libros, estudioso”. Refirió que, en ciertos momentos juntos, leían párrafos de la biblia “donde nos enseñaba la verdad para transformar”.
Uno de los textos que ella recuerda fue “Introducción al Periodismo”, un regalo del propio Tomás Nativí y que fue un texto “que cargué por mucho tiempo”. A pesar de que el líder social no contaba con dinero, tenía una biblioteca muy bien instalada y cuidada, afirmó Bertha Oliva.
“Para eso, lo primero que teníamos que hacer era liberarnos, saber que era lo que queríamos, aprender a ver, leer y estudiar al ser humano como tal, esa era una de nuestras principales tareas”, agregó.
Todo este proceso formativo, las lecturas sobre realidad nacional, los comentarios, las enseñanzas y el andar juntos tuvo un día final, donde ella lo definió como el día habíamos caído en una trampa, el día que a él lo secuestraron y lo desaparecieron.
Ese día (en referencia al 11 de junio de 1981) Oliva asegura que Tomás “se fue, sabiendo que nos habían tendido una trampa”.
Sin embargo, en ese tiempo vivido él “fue una escuela».
Leíamos y discutíamos, pero sin imponer, porque si hay alguien que supo trabajar con las mujeres fue Tomás Nativí Gálvez. Era un hombre constructor de espacios y daba oportunidad a la mujer para organizarse.
“El día que secuestraron a Tomás era tanto el miedo, que perdí el miedo”
Porque el miedo nunca lo conoció y me enseñó a no conocer el miedo porque teníamos la seguridad de que, lo que hacíamos era en bien de la humanidad, de las grandes mayorías de este país y por supuesto que ese bien también lo íbamos a tener nosotros.
En su vientre quedó el mejor regalo de la vida, su hijo Tomás, quien nunca conoció a su padre porque fue arrebatado por aquellos a quienes la lucha del profesor les era incómoda. En ese año aún predominaba la dictadura militar, se preparaba una nueva Constitución de la República, pero con los mismos actores del terror que dejaría un saldo de 184 víctimas de desaparición forzada, registradas por el COFADEH.
Lo que lo arrebataron se equivocaron… lo que sí es cierto es que para los perpetradores de este crimen de lesa humanidad Tomás sigue siendo eternamente joven, eternamente revolucionario, eternamente humano y no nos lo van a poder cambiar.
El pensamiento de Tomás Nativí Gálvez se puede valorar cómo profecías, desde la desigualdad de clases, la opresión y la demanda de derechos humanos para una niñez educada.
Un profeta cuyo pensamiento no lo borrará ni el tiempo ni la historia
“Si vemos lo que está sucediendo en la actualidad, nos damos cuenta de que es lo que manifestaba Tomás, su pensamiento revolucionario es lo que enfrentamos hoy, con el bipartidismo Nacional-Liberal, que despoja de derechos fundamentales como la educación y la alimentación a los más necesitados”, expresó Carlos Acosta, líder de la URP.
Acosta camina por las calles con ejemplares impresos del periódico URP, el cual es parte del proyecto de liberación que Nativí emprendió en el inicio de la década de los 80, junto a un grupo de compañeros.
En esta ocasión, nos recibió en su imprenta “Guardabarranco”, dónde prepara un material con información del líder social detenido desaparecido a inicios de la década de los 80, cuando estaba en casa de su esposa, Bertha Oliva de Nativí.
El dirigente revolucionario, compara a Tomás con un profeta, y es que tiene un pensamiento tan estratégico, tan táctico y tan objetivo que definitivamente no es el tiempo, ni tampoco la historia que lo va a hacer borrar, lo único que lo va a hacer borrar es cuando cambien las condiciones objetivas y subjetivas de nuestro pueblo, eso va a ser cuando exista otro proceso, otro estamento social, cuando tengamos otro tipo de comunidad, otra estructura económica y social, detalló Acosta.
En la conversación nos compartió que, el compañero Tomás Nativí a través del pensamiento de la organización, plantea que hay una dictadura que se mantiene de más de 200 años donde las élites de poder se han combinado unas veces de azul, de rojo y otras veces de verde con los militares, es una combinación entre el Partido Nacional, el Partido Liberal y los militares.
Fidelidad a nuestros mártires, juramos vencer, en las calles está el poder.
Hoy se cumple 37 años de su desaparición forzada, su pensamiento se imprime en hojas volantes, predomina la combinación de colores rojo y negro, es como si el tiempo no pasara, es la presencia de Tomás entre las letras, ideas y pensamientos que por su complejidad no se conozcan completamente.
José María Reyes, compartió el caminar con Tomás Nativí, desde 1969, recorrieron toda la década de los 70 en la misma lucha, por el acceso a la Educación Pública, por la igualdad, la dignidad de las personas. Recuerda a Tomás como el hermano protector, solidario, cauteloso y respetuoso.
“Chemita”, como era conocido por sus amigos y compañeros guarda la imagen de Tomás como un líder que siempre se identificó con las luchas estudiantiles, por ello siempre les visitaba en el Instituto “Luis Bográn”.
Apuntó además que, no lo en secundaria, también en nivel superior, especialmente en la Escuela Superior del Profesorado (hoy Universidad Pedagógica Nacional “Francisco Morazán”) se recuerdan las victorias obtenidas gracias a Tomás Nativí.
Para 1972 “Chemita” Reyes, era parte de la coordinadora de la Federación de Estudiantes de Segunda Enseñanza (FESE) “Carlos Virgilio Zúniga”, organización que se inició en luchas como la oficialización (reconocidos por el Estado hondureño) de los distintos colegios del país, y uno de los apoyos que recibía para la reivindicación de derechos estudiantiles era el de Tomás.
“Obtuvimos muchas conquistas gracias a él, por su forma de ser, amistosa, cariñosa, de entrega, nos sentíamos muy bien con él, percibíamos que recogía las necesidades de cada uno de los militantes y simpatizantes del movimiento popular de Honduras”, aseguró Reyes.
Un gran orgullo, así define el profesor -ya jubilado- José M. Reyes, el haber conocido e intercambiado ideas con su colega, compañero y militante popular Tomás Nativí y hoy, junto a esos recuerdos y enseñanzas “le guardamos un especial cariño”.
“La memoria despierta para herir a los pueblos dormidos”, cita León Gieco en su canción “La Memoria”, la cual evoca mantener el reclamo de justicia de aquellos países víctimas de la desaparición forzada en Latinoamérica. Así como este fragmento, el líder magisterial-histórico Chema Reyes tiene presente el día en donde se reivindicará a los detenidos desaparecidos.
“Se va a recoger toda la experiencia que ellos nos legaron a uno u otro sector: campesinos, estudiantes, obreros, profesionales y de alguna manera esa va a ser semilla de libertad, porque en las calles está el poder”, finalizó.
Tomás: El mejor poema revolucionario
Sus letras se hacen un constante reclamo en la lucha social, con plena conciencia de lo que hacían y rompiendo el cerco mediático de la época, el periódico de la URP era la extensión oportuna para alcanzar a las mayorías.
Uno de los que aportaron sus letras para la construcción de este periódico, aún vigente, es el poeta Félix Cesario, quien tuvo la oportunidad de compartir el escrito que marcaría la línea de la revolución afirmando que “En las calles está el poder”.
El trabajo formativo y organizativo de la URP hace que “existan celos contra ella y sus líderes”. Tomás tenía una claridad del concepto revolucionario y cómo actuar en momentos decisivos de vida o muerte, dijo el también periodista.
“Esta es sólo la pequeñez con que miden los incapaces que no tuvieron el coraje de defender el pensamiento y acción revolucionaria”, mencionó Félix Cesario, histórico defensor de derechos humanos.
Uno de los momentos que recordó el hoy ex catedrático de la Escuela de Periodismo de la UNAH, fue una discusión donde el profesor Tomás Nativí preguntó ¿Qué hacemos?
Respondimos -Tomarnos las calles y él firmó “entonces estamos de acuerdo de que en las calles está el poder” y que sólo reclamando el poder con la protesta y la propuesta contundente podemos tomar el poder, el que haga lo contario no va a llegar a ninguna parte y va a ser presa fácil de la policía.
“Tomás era celoso de la seguridad con sus compañeros y compañeras, era auto-proteccionista, hasta se descuidaba por proteger a los demás”.
Le preguntamos a Félix Cesario si en sus poemas, dedica uno de tantos a la memoria de Tomás. Su respuesta fue espontanea, franca y precisa:
“Al decir ‘Tomás Nativí, en las calles está el poder’ es el mejor poema revolucionario que he escrito”.
Cuatro voces dijeron presente en esta fecha, que se conmemora a los y las estudiantes, quienes son víctimas de la opresión de las autoridades y de la fuerza policial-militar. Pero, en los 365 días del calendario, siempre habrá un 11 de junio de 1981 para gritar en las calles, en las paredes de esta ciudad “Tomás Nativí ¡PRESENTE!”.
Un agregado a la pinta, al poema, al recuerdo de Bertha su compañera, se une esa promesa ¡JURAMOS VENCER!
*Periodista y defensor de DDHH