Por: Félix Cesario
Desde los orígenes del terror, surgió con una vocación de entrega, de jugarse la vida en pro de los perseguidos y desaparecidos (descuartizados y enterrados en algún lugar de estas honduras).
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Desde entonces, se organizó el Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras (COFADEH) para tatuar en la memoria la barbarie de los años 80s; cuando un grupo de patriotas que me atrevo a nombrar, un Tomas Nativí Gálvez, Fidel Martínez, Felix Martínez, muchos y muchas más junto con quien escribe emborrona entendíamos que solamente con las armas se arrebata el poder y con el grito de combate libertador “¡En las calles está el poder!”
Cuando supimos los sobrevivientes que el COFADEH nos aparó a quienes vivimos ese infierno tan cruel, infame fuel y que más del algún periodista vendido y un político tienen la desfachatez de llamarla “Época perdida”.
Hoy, COFADEH nos tatuó en la memoria a generaciones del pasado, presente y con miras al futuro que el terror fue y es aún más cruel y sanguinario que, en mi caso personal, hay días que deseo que mejor me hubiesen matado. Por eso pido castigo para esos seres indeseables que enlutaron a familias enteras en nuestro país.
Pero COFADEH nos enseña a no guardar rencor y a seguir a pie y juntillas ese lema histórico y certero “NI OLVIDO NI PERDÓN”.
Escribo estas líneas pocas, porque estoy llorando por mis compañeros de sueños y de luchas a quienes no traicioné nunca, peor a estas alturas de mis 76 años. Seguimos con el puño en alto, hasta alcanzar el país soñado.
Vayan estas palabras para COFADEH, para Bertha Oliva y quienes trabajan cada día, cada noche desolada por la desesperanza (hermanas y hermanos) que conforman esta organización. Deseo darles las gracias, por habernos hecho un cupo, cuando buscamos refugio y un canto de esperanza.
Felicidades en sus 38 años. Soy un testimonio que se han ganado con desvelos y perseverancia y el reconocimiento, el prestigio, el amor. Entre tanto, pueden aullar la jauría y no podrán atemorizarles, porque están (y estamos) formados a prueba de balas de amenazas.
A 38 años, en COFADEH se respira lucha mientras Honduras sigue empantanada de sangre, muerte de nuestros asesinados políticos, nuestros desaparecidos y desaparecidas, pero no hay miedo y que bufen las hienas asesinas, que caminan como BillyJoyas bajo la sombra de la impunidad.
¡FELICIDADES COFADEH! 38 años son toda una vida contra la muerte y que aúllen la fieras.