Todo el horror escrito en la memoria, a propósito de los 38 años del COFADEH

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Por: Félix Cesario

Desde los orígenes del terror, surgió con una vocación de entrega, de jugarse la vida en pro de los perseguidos y desaparecidos (descuartizados y enterrados en algún lugar de estas honduras).

Félix Cesario
Félix Cesario

Desde entonces, se organizó el Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras (COFADEH) para tatuar en la memoria la barbarie de los años 80s; cuando un grupo de patriotas que me atrevo a nombrar, un Tomas Nativí Gálvez, Fidel Martínez, Felix Martínez, muchos y muchas más junto con quien escribe emborrona entendíamos que solamente con las armas se arrebata el poder y con el grito de combate libertador “¡En las calles está el poder!”

Cuando supimos los sobrevivientes que el COFADEH nos aparó a quienes vivimos ese infierno tan cruel, infame fuel y que más del algún periodista vendido y un político tienen la desfachatez de llamarla “Época perdida”.

Hoy, COFADEH nos tatuó en la memoria a generaciones del pasado, presente y con miras al futuro que el terror fue y es aún más cruel y sanguinario que, en mi caso personal, hay días que deseo que mejor me hubiesen matado. Por eso pido castigo para esos seres indeseables que enlutaron a familias enteras en nuestro país.

Pero COFADEH nos enseña a no guardar rencor y a seguir a pie y juntillas ese lema histórico y certero “NI OLVIDO NI PERDÓN”.

Escribo estas líneas pocas, porque estoy llorando por mis compañeros de sueños y de luchas a quienes no traicioné nunca, peor a estas alturas de mis 76 años. Seguimos con el puño en alto, hasta alcanzar el país soñado.

Vayan estas palabras para COFADEH, para Bertha Oliva y quienes trabajan cada día, cada noche desolada por la desesperanza (hermanas y hermanos) que conforman esta organización. Deseo darles las gracias, por habernos hecho un cupo, cuando buscamos refugio y un canto de esperanza.

Felicidades en sus 38 años. Soy un testimonio que se han ganado con desvelos y perseverancia y el reconocimiento, el prestigio, el amor. Entre tanto, pueden aullar la jauría y no podrán atemorizarles, porque están (y estamos) formados a prueba de balas de amenazas.

A 38 años, en COFADEH se respira lucha mientras Honduras sigue empantanada de sangre, muerte de nuestros asesinados políticos, nuestros desaparecidos y desaparecidas, pero no hay miedo y que bufen las hienas asesinas, que caminan como BillyJoyas bajo la sombra de la impunidad.

¡FELICIDADES COFADEH! 38 años son toda una vida contra la muerte y que aúllen la fieras.