El asesinato de Scarleth Cambell, defensora de los derechos de la diversidad sexual y miembro del Grupo Muñecas de la Asociación Arcoíris, deja una vez más al descubierto el manifiesto estado de indefensión de las personas LGBTI, en el marco de la grave crisis de derechos humanos que vive Honduras.
La muerte violenta de más de 160 miembros de la comunidad LGBTI en la última década, los ataques, las amenazas y el hostigamiento que a menudo sufren las personas de la diversidad sexual y un índice de impunidad superior al 90 por ciento no sólo son el resultado del odio, el estigma y la discriminación que aún impregnan a la sociedad sino del total desinterés mostrado por la política y las autoridades hondureñas.
Desde la Regional Latinoamericana de la UITA y el Comité Mundial de Trabajadores y Trabajadoras LGBTI de nuestra Internacional, nos solidarizamos con la Asociación Arcoíris, con el Grupo Muñecas y con los familiares de Scarleth.
Como organización internacional comprometida con la defensa de los derechos de la diversidad sexual hacemos nuestras las recomendaciones que la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos (Oacnudh) hizo al Estado de Honduras de que tome “medidas concretas para eliminar la discriminación basada en la orientación sexual y la identidad de género y garantizar investigaciones y enjuiciamientos prontos, eficaces y con enfoque de género de los delitos cometidos”.
Esta ola de asesinatos de integrantes de la comunidad LGTBI se inscribe en un contexto de fuerte represión a toda expresión de disidencia política y social de parte de un gobierno a todas luces ilegítimo.
La Rel UITA y nuestro Comité Mundial de Trabajadores y Trabajadoras LGBTI, reafirman una vez más nuestra profunda solidaridad y amplio respaldo al pueblo hondureño que lucha por democracia, bienestar y la eliminación de todo acto de discriminación y violencia.
Gerardo Iglesias
Secretario Regional UITA
Gisele Adao
Vicepresidenta Comité Mundial de Trabajadores y Trabajadoras LGBTI de la UITA
