Por Riccy Ponce
Tegucigalpa.- El jueves 11 de octubre se ejecutó un violento desalojo en contra de la base campesina 11 de marzo, en la comunidad de El Porvenir, municipio de Siguatepeque, departamento de Comayagua.
El terrateniente Marco Valeriano, quien dice ser el dueño de la tierra, llegó a eso de las 9:00 de la mañana a las parcelas de tierra que los campesino tenían sembrada y construidos sus viviendas, acompañado de dos comandos del Primer Batallón de Ingenieros de Siguatepeque y elementos de la Policía Preventiva.
Según Vicente Castro, presidente de la base campesina 11 de marzo, el señor Marco Valeriano parecía que andaba jugando con el tractor porque personalmente él lo andaba manejando.
“Él se iba con la máquina destruyendo todos los cultivos de café, frijol, parcelas de zapallos y habichuela, así como algunas parcelas de patasteras, yuca, plátanos, con todo eso terminó el terrateniente, producto que estaba listo para sacar al mercado”.
Castro también dijo que ellos no vieron la orden de desalojo porque no la tenían. “Ellos no andaban orden de desalojo, no la traían, eso me parece que es ilegal, lo que traían era una orden de destruición, como el señor no tiene documentos, porque estamos seguros que no es el dueño, el no pudo conseguir orden de desalojo”, aseguró.
Según los campesinos que se mantienen en recuperación de la tierra, en sus averiguaciones en la oficina de catastro de Comayagua, las tierras que están ubicadas en la comunidad de El Porvenir, en el kilometro 4 de la carretera de Siguatepeque, que conduce a La Esperanza, son tierras ejidales, es decir son del municipio y además, según las investigaciones hechas por ellos, esas tierras no tiene dueño.
También manifestaron en una comunicación a defensoresenlinea.com que la oficina de catastro de Siguatepeque, no los apoya a ellos como campesinos.
“En Catastro de Comayagua dice que estas tierras son ejidales de Siguatepeque, ahora esta oficina a nosotros no nos apoya, allí sale en la computadora en letras grandes que el dueño es Marcos Valeriano, pero con el dinero todo se arregla cuando esas tierras ya está comprobado que son ejidales”.
Según el presidente de la base 11 de marzo, desde hace 6 meses el grupo campesino de al menos 120 familias que la integran de 5 a 6 miembros cada, una tomó la determinación de recuperar alrededor de 90 manzanas de tierra para poder plantar sus cultivos y sostener a sus familias.
“Tomamos la determinación porque somos persona que no tenemos a donde sembrar una parcela de frijoles, de maíz y frutas que es necesario; también porque son tierras que nos correspondían a nosotros de los antepasados y se aprovechan esos terratenientes, se toman la tierra por la vía de la ilegalidad todo con la fuerza”.
Así mismo aseguran estar a la intemperie, pero no dejaran de luchar por sus tierras ya que son el patrimonio de sus hijos.
Los campesinos indígenas quedaron en la miseria, y en la intemperie porque les destruyeron los cultivos, las viviendas y el producto que ya estaba para lanzar al mercado, destruyendo en su totalidad todo lo que los campesinos habían construido y plantado, obligándolos a iniciar de nuevo bajo el sol y la lluvia.