SEXTO MANIFIESTO PÚBLICO

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Decenas de organizaciones indígenas y garífunas, campesinas, juveniles y estudiantiles, feministas, ambientalistas, territoriales, de derechos humanos, de personas discapacitadas,
magisteriales, sindicales, sociales, profesionales, políticas y populares, ante el peligro creciente de la pandemia, la amenaza del hambre por la negación de alimentos, y ante la epidemia depredadora y saqueadora de la dictadura, expresión del colapsado extremismo neoliberal, una vez más, nos unimos en una sola voz para manifestarnos en este Sexto Manifiesto Público:

1.- Llamamos a todas las voces indignadas a unirnos en un único clamor: denunciar el descarado desvío de recursos de la emergencia para fortalecer a los militares y sus estructuras, tiñendo la corrupción de cachureca y de verde olivo.
2.- Convocamos a nuestros hermanos y hermanas del sector salud a fortalecernos unitariamente en la lucha común por exigir que los recursos de la emergencia se destinen prioritariamente a equipar los centros hospitalarios y a todo el personal de salud para dar una
atención segura y digna a los pacientes. Ratificamos la exigencia porque la emergencia sea
conducida por el Colegio Médico de Honduras, y por personas e instancias con competencia
profesional, experiencia y responsabilidad ética.
3.- Advertimos que la podredumbre se disimula con la separación de corruptos intermedios,
mientras el oscuro telón de impunidad protege a los conductores de saqueos, que manejan a
su antojo la emergencia, bajo el liderazgo de Juan Orlando Hernández, conductor de la narco
dictadura militar cachureca, y con una oposición política que al guardar silencio, se convierte
en legitimadora.
4.- Que más voces indignadas exijamos un sistema de veeduría y rendición de cuentas
independiente a la estructura oficial, y repudiemos al FONAC, porque no nos representa como sociedad civil organizada, y porque juega la miserable función de limpia rostros de los más altos saqueadores de los bienes comunes y públicos.
5.- Advertimos: los saqueos de los recursos de la emergencia, se realizan en el contexto del
pacto de impunidad, que entre otras maniobras, conlleva aprobar el Nuevo Código Penal, sacar de la cárcel a asesinos de Bertha Cáceres y violadores de derechos humanos y ambientales, limpiar el sucio perfil del Tribunal Superior de Cuentas, saquear los fondos del RAP y del INJUPEM, e impulsar un plan agro exportador a gran escala de expropiación de tierras de pueblos originarios y campesinos.
6.- Elevemos más voces en defensa de las obreras y obreros de la industria maquiladora,
víctimas de suspensiones, con aportaciones humillantes de patronos y Estado, y en defensa de las trabajadoras y trabajadores despidos o suspendidos mayoritariamente sin salario y sin
derechos, por ser temporales, y sometidos a la amenaza tanto de la pandemia, como por el
atropello patronal permitido por el Ministerio del Trabajo.
7.- Advertimos que mientras las familias y las comunidades son obligadas a encerrarse en sus espacios domésticos, los camiones se mueven con toda tranquilidad e impunidad
transportando madera y otros bienes naturales, como parte de la depredación de los bosques y bienes que pertenecen a las comunidades y pueblos originarios.
8.- Sumemos más voces en repudio del cerco mediático que se expresa en las inútiles cadenas nacionales, las cuales, además de mentir y ocultar la verdad de la emergencia, son generadoras de terror, confusión e incertidumbre.
9.- Unamos nuestras voces indignadas en contra de las violaciones a los derechos humanos,
que se expresa públicamente en las represiones en contra de la población que demanda
comida, en amenazas a defensores y defensoras populares y ambientales, y que tiene su
expresión asolapada en el ámbito doméstico, en donde el patriarcado ejerce dominio y
violencia en contra de las mujeres y niñas, y se hace más fuerte con la prolongación del
encierro.
10.- Nuestro pueblo encerrado y sin fuentes de ingreso, es víctima del hambre y de la exclusión de los programas de repartos, y esta angustia alcanza una dimensión pública de protesta y reclamo. Luchemos por una organización municipal y local de reparto de alimentos con plena participación y veeduría de las diversas organizaciones sociales y comunitarias para que atienda el clamor de nuestro pueblo hambriento.
11.- Este Sexto Manifiesto Público saluda con profundo reconocimiento y respaldo las diversas y variadas acciones y voces de rebeldía y resistencias autónomas que se realizan en las calles y en todos los espacios públicos, en demanda de comida y en contra de la violencia, el militarismo y la corrupción, iniciativas nacidas y lideradas mayoritariamente, aunque no
únicas, por la fuerza creadora de las mujeres.
12.- Llamamos a que hagamos sentir todas nuestras demandas en la hora del cacerolazo,
desde el lugar en donde nos encontremos, los días sábados a las siete de la noche.

Honduras, abril de 2020