Tegucigalpa.
Por Sandra Rodríguez
Se cumplió seis de la desaparición Óscar Elías López Muñoz (49), en San Pedro Sula, Cortés, hasta el día de hoy, su familia no solo sufrió desintegración, sino que vive la incertidunbre de lo que sucedió con su padre, hermano, esposo e hijo.
Don Óscar fue sacado de su casa de habitación en horas de la noche del 21 de agosto del 2011, sin importar que estaba presente su hija menor de edad. De este hecho las autoridades encargadas no dan respuesta, no han dado indicio de su paradero, lamentan sus familiares.
A su casa, ubicada en la colonia Suyapa, de Chamelecón, zona norte de Honduras, también le secuestraron la alegría, el calor de hogar se apagó. Al presidente de ese entonces, que era Porfirio Lobo Sosa, se le envió información sobre el caso, hay un nuevo gobierno y del mismo partido político, pero sin respuesta alguna.
En misiva le explicaron que López Muñoz, fue sacado de su casa por seis hombres con porte militar, vestidos de negro y chaleco anti balas, portando armas de cañón largo (con un foco o mira en la parte superior), quienes cubrían su rostro con pasamontañas; allanaron ilegalmente la vivienda de Oscar, presentándose como agentes de la DNIC, que se transportaban en tres vehículos, entre estos un pick up, doble cabina, color gris; y un HILUX, color morado, vidrios polarizados.
Además que en la detención, la víctima de desaparición forzada, fue golpeado reiteradamente porque sus captores no aceptaban su identidad como Oscar Elías López Muñoz, insistían en que ese no era su nombre. Ante los gritos y golpes, su pequeña hija gritó que su papá se llamaba OSCAR LÓPEZ, por lo que un supuesto agente se le acercó para consolarla y decirle que se calmara que no les iba a pasar nada.
“Los supuestos agentes de investigación, permanecieron en el lugar aproximadamente media hora, luego se marcharon llevándose detenido a nuestro querido OSCAR ELIAS LOPEZ MUÑOZ, de quien hasta el día de hoy desconocemos su destino final”, se lee en uno de los párrafos.
A pesar de las denuncias interpuestas ante autoridades policiales, Ministerio Público y organismos de derechos humanos, aún no se sabe nada acerca de su pariente, lo que los tiene en desesperación y aflicción familiar.
El articulo III de la Convención Interamericana sobre Desaparición Forzada de Personas, establece que “los Estados Partes se comprometen a adoptar, con arreglo a sus procedimientos constitucionales, las medidas legislativas que fueren necesarias para tipificar como delito la desaparición forzada de personas, y a imponerle una pena apropiada que tenga en cuenta su extrema gravedad. Dicho delito será considerado como continuado o permanente mientras no se establezca el destino o paradero de la víctima”.
Agrega que “Los Estados Partes podrán establecer circunstancias atenuantes para los que hubieren participado en actos que constituyan una desaparición forzada cuando contribuyan a la aparición con vida de la víctima o suministren informaciones que permitan esclarecer la desaparición forzada de una persona”.
Sin embargo, “no tengo ninguna respuesta” declaró su hermana Kathy López. A ella en el Ministerio Público, le dijeron que iban a cerrar el caso, pese a no saber nada de lo sucedido.
«Es difícil cómo recordarlo, pues entra la controversia si hacerle o no una misa, porque mi mami reclama que él no está muerto. Ella afirma que su hijo volverá, pues nunca se ha resignado a creer que esté muerto, o en un fosa común», declaró su hermana Katy López, en el Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras, COFADEH, organización que representa el caso.
La exigencia de la familia no ha cambiado, pues no aparece López Muñoz, no hay respuestas, no se ha hecho valer el derecho a la verdad que tienen las víctimas de violaciones a derechos humanos. Cuando preguntamos a las autoridades competentes no nos dicen nada, y pasa el tiempo y no hay respuesta, es doloroso e inexplicable lo que vivimos, agregó Katy.