Secuelas de la desaparición forzada de Donatilo Jiménez

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Texto Sandra Rodríguez

Tegucigalpa.- “Ya son ocho años de la desaparición de Tilo y parece que fue ayer” compartió su esposa, Sonia Martínez, este fin de semana. Recordando que el 8 de abril de 2015, el dirigente sindical desapareció en su lugar de trabajo, sin que las autoridades competentes, hasta ahora, den resultado de las investigaciones.

Donatilo había denunciado actos de corrupción al interno del Centro Universitario Regional del Litoral Atlántico (CURLA), en La Ceiba, Atlántida, al norte del país.

Pero en 2015 todo cambió para la familia Jiménez-Martínez, desde negársele el derecho a la verdad, a la justicia y seguridad familiar. Incluso quienes debían cuidar la vida del sindicalista, más bien querellaron a doña Sonia y la hermana de Tilo, Jacky, también empleada del CURLA.

Por insistir en la denuncia y señalar a los responsables de este crimen de lesa humanidad, la familia Jiménez se desintegró al buscar exilio en el extranjero.

Sin el acompañamiento de doña Berta Oliva y el Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras (COFADEH), nuestra búsqueda sería más difícil, expresó doña Sonia, desde el extranjero.

Sonia Martínez, fue absuelta por la querella de parte de las autordades del CURLA/ 2018
Sonia Martínez, fue absuelta por la querella de parte de las autoridades del CURLA/ 2018

No ha sido un camino fácil, en estos ocho años hay mucho dolor, pero también esperanza que vamos a saber ¿Qué pasó con Tilo? y volveré a estar con mis hijos.

“Nunca quisimos salir de nuestro país, no esperábamos ni buscábamos el exilio y dejar parte de la familia en diferentes lugares”, afirmó la esposa de Donatilo Jiménez.

La desaparición forzada sucedió un miércoles. Era un día normal, salió en la mañana de su casa, el pequeño Diego Rigoberto, que ahora tiene 14 años quedó esperando su regreso, sin comprender ¿Qué pasó con su papá?

Cada aniversario de su desaparición se prende una vela y se juntan abrazos, la tristeza invade a la familia.

Donatilo Jiménez, trabajó 22 años en CURLA. Para ese entonces la jefa de recursos humanos y el jefe de seguridad, Gioconda Lee Tuñón y Manuel Antúnez, respectivamente, quienes omitieron el grave hecho.

Una publicación en Diario Tiempo, abril 29 del 2015, informó sobre la exigencia de justicia y cómo doña Sonia Martínez se le arrodilló a la entonces rectora de la UNAH Julieta Castellanos (cuando visitó la sede del CURLA), para que interviniera en el esclarecimiento de la desaparición de Donatilo Jiménez. Pero no tuvo respuesta.

Aún en el exilio, el COFADEH continúa a la par de la familia Jiménez, con la búsqueda de verdad y justicia, que las autoridades universitarias aclaren lo que sucedió con el líder sindical arrancado de su lucha laboral y del seno familiar