Por: Sandra Rodríguez
Tegucigalpa, Honduras.- La compañera, defensora y amiga solidaria, comprometida como pocas en su lucha social, hace falta. El jueves anterior se cumplió dos años que se fue de esta tierra y se le recordó en torno a su tumba decorada con velas, flores, cantos y anécdotas.
Es Gladys Lanza, la histórica defensora de derechos humanos que aún después de su fallecimiento del 20 de septiembre del 2016, siguió pinchando al sistema de justicia y violadores de derechos de las mujeres, ya que tenía una condena por el supuesto delito de injurias constitutivas de difamación en perjuicio de Juan Carlos Reyes Flores, entonces director de la Fundación para el Desarrollo y Vivienda (FUNDEVI), denunciado por acoso sexual y laboral de parte de Lesbia Pacheco, quién actualmente tiene una querella le impide pronunciarse por el caso.
En el contexto socio-político que atraviesa Honduras, es notoria la falta de liderazgos, cuando vemos que se juega con la esperanza de un pueblo que clama justicia, es como si juegan a la cartas y se reparten poderes, hoy más que nunca sentimos la ausencia de una mujer que siempre fue integra y coherente en su lucha y discurso, pero sobretodo en la práctica, Gladys Lanza es irrepetible, afirmó Cristina Alvarado, representante de la coordinación nacional del Movimiento de Mujeres por la Paz “Visitación Padilla”.
A la histórica coordinadora de “Las Chonas” (como llaman a las integrantes del Movimiento), la recordamos con un corazón agradecido, lleno de fuerza, alegría, y la certeza que fue una luchadora incansable, inclaudicable y que ella representa no sólo una mujer luchadora, guerrera, sino que era un ser humano especial para todas y cada una de nosotras, consideran sus compañeras.
Solidaridad y amor con la familia de doña Austraberta Flores
Hoy hace nueve años, Gladys y un grupo de Chonas, fueron de las primeras personas en acudir a los juzgados ante a detención de la defensora de derechos humanos Agustina Flores, torturada por manifestarse contra el golpe de Estado del año 2009.
Con cartel en mano, doña Gladys exigía la libertad para la profesora Agustina Flores, quien el próximo lunes con la representación legal del Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras (COFADEH), se presenta a Juicio Oral y Público en la Corte Suprema de Justicia (CSJ), para que se juzgue a dos mujeres policías que le causaron torturas, tratos crueles, degradantes e inhumanos.
Hasta el Centro Femenino de Adaptación Social (CEFAS), fue la también presa política y torturada en la década de los 80, para visitar a Agustina, hermana de la defensora del pueblo indígena Lenca, Berta Cáceres Flores, asesinada seis meses antes del deceso de Gladys.
Cristina, terapeuta del Visitación Padilla, manifestó que había desde antes una conexión de esas que no precisamente son de sangre, sino de solidaridad y amor, con la familia de doña Austraberta Flores, madre de Agustina y Berta Cáceres, quien era coordinadora del Consejo Cívico de Organizaciones Populares Indígenas de Honduras (COPINH).
Cuando asesinaron a Bertita, nos llamamos muy temprano y ella llorando expresó “yo se los decía” porque desde un mes antes nos decía “ustedes Berta está en peligro, Berta está denunciando cosas terribles, tenemos que protegerla, van hacer algo con Berta”, ella lloraba y decía “nos la llevaron, nos la mataron, lo consiguieron”, y hubo una fusión de sentimientos cuando Gladys y doña Austraberta se abrazaron en las exequias de la coordinadora del COPINH.
Hoy estuviera Gladys en los Tribunales de Justicia, pero no como acusada, situación que la mantuvo con medidas sustitutivas a la prisión los últimos años de su vida, sino que estaría acompañando a la familia Flores, ya que hay en agenda dos juicios orales y públicos:
Uno por el asesinato de Bertita, donde van al banquillo de los acusados ocho imputados como autores materiales e intermedios del crimen el 02 de marzo del 2016. Éste inició el pasado lunes 17, pero se suspendió porque la familia presentó un recurso de Recusación contra el Tribunal que conoce la causa; Y el otro en búsqueda de justicia para la primera presa política del Golpe de Estado, Agustina Flores, capturada el 22 de septiembre del 2009 cerca de la Embajada de Brasil en Tegucigalpa.
En la década de los 80, fue objeto de una campaña de desprestigio, cuando aparecen carteles pegados en paredes de Tegucigalpa, donde se le califica de “comunistas” junto a 11 líderes sociales.
Y su nombre, estaba en las listas para perseguir a disidentes políticos del escuadrón paramilitar 3-16, conocido como “escuadrón de la muerte” cuya finalidad era el combate a la expansión comunista en Centro América y de las fuerzas rebeldes anti gubernamentales.
Recordarla la mantiene viva
Estos procesos de búsqueda de justicia nunca fueron ajenos a la lucha histórica de la defensora de derechos humanos, feminista, antiimperialista, antipatriarcal y sindicalista, Gladys Lanza, por eso no le era indiferente sentir el sufrimiento de las demás personas, y para mitigar su ausencia un grupo de diferentes colectivos de barrios donde tiene presencia el Comité, se tomaron de las manos y cantaron en su memoria, acto realizado en el cementerio de la Aldea Suyapa «el de los pobres» reiteran, para distinguirlo del que está a la par.
Es que Gladys dejó un legado de fortaleza, integridad y dignidad a toda prueba. Ella anhelaba la justicia social, un país diferente sobre todo para las mujeres, pero también para los hombres, y eso es lo que llena de alegría a las consejeras en violencia para venir trabajando el duelo, hay que seguirla recordando y manteniéndola viva en cada una de nuestras acciones, afirmaron.
Por lo que -según Alvarado- vale la pena todo lo que pasamos, todo lo que enfrentó Gladycita, en defensa de las víctimas de violencia, porque si éste no es el espacio para escucharlas y acompañarlas, no habría otro; y con esa convicción la defensora de derechos humanos estaba dispuesta a enfrentar el sistema de justicia y que la condenaran, pero dijo que no se iba echar para atrás, ni iba a pedir disculpas por defender derechos.
“Seguimos anhelando un país con justicia y libre para las mujeres”, expresó Cristina, tal como lo soñaba la “Chona Mayor”, Gladys Lanza, quien fue sobreseída hasta siete meses después de su fallecimiento, por un delito que ni ella misma sabía de qué se trataba.
Han pasado dos años de su fallecimiento, no solo luchaba contra su enfermad sino que cargaba en una condena judicial de 18 mesed, por una denuncia en su contra desde el año 2010. Pese a ser beneficiaria de Medidas Cautelares otorgadas por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), las cuales eran llevadas por el COFADEH, siempre fue objeto de ataques y persecución hasta que la Sala I del Tribunal de Sentencia la condenó, obviando su labor de defensoría.
En enero del 2015, tras que la declararon culpable su reacción para defensoresenlinea.com a través de una llamada telefónica fue “Estoy tranquila, me siento en paz, porque hice lo correcto”, en un tono sereno que remarcó su convicción de acompañar a víctimas, impulsar la lucha social y la fidelidad a sus valores en defensa de los derechos humanos en Honduras.