Por Riccy Ponce
Tegucigalpa.- Este día Rommel Baldemar Herrera Portillo, fue trasladado desde la cárcel de máxima seguridad conocida como “La Tolva” ubicada en Morocelí, El Paraíso, hasta Medicina Forense con el objetivo de que se le realizara una evaluación médica y también una resonancia magnética, misma que no se realizó porque expresaron que lo que necesitaba era otra evaluación.
A las afueras de Medicina Forense se vivieron momentos de angustia y desesperación por parte de sus familiares, ya que el joven no podía ir a su casa sino que tenía que regresar a “La Tolva”, donde se encuentra recluido desde el pasado 1 de junio, después de ser acusado de la quema de llantas en la entrada de la Embajada Americana, durante una movilización en defensa de la salud y educación, el pasado 31 de mayo.
Mientras esperaba ser trasladado, Rommel expresó que estar recluido en una cárcel de máxima seguridad ha sido una etapa muy frágil de su vida.
“Me he puesto más frágil porque nunca he sido una persona agresiva, como dicen que tengo esa rabia dentro de mí, pero no es así, me da mucho miedo estar en una cárcel máxima seguridad, ya que no es posible que una persona que tenga una baja calidad de delito, por así decirlo, esté pagando por una máxima seguridad y otros que realmente si deberían estar ahí no lo están, es injusto lo que me han hecho y me duele mucho estar recluido de esa manera, como un método de hostigamiento”.
También denunció que “siempre se siguen viendo abusos de poder, el hostigamiento de manera indirecta y directamente. Tengo un antecedente de nervios muy alterados y he tenido miedo a que me agredan, a que me pase algo”.
Herrera Portillo, en lo poco que pudo expresar a defensoresenlínea.com hizo énfasis en su familia, “me siento muy conmovido al estar con mi padre, mi madre, mis abuelitos, porque ellos siempre me criaron como a un hijo, siento mucha alegría dentro de mí el poder estar con ellos”.
A las instalaciones asistieron sus padres, primos, tíos, abuelos, con las ganas de abrazarlo y darle palabras de aliento y decirle que están con él.
Aparte de su familia también asistió a las instalaciones de Medicina Forense Raúl Alvarez, quien estuvo recluido durante 18 meses junto a Rommel, ya que fue detenido durante la crisis post electoral y acusado de incendiar un local de comidas rápidas y el Hotel Marriot en Tegucigalpa.
“He venido en solidaridad a visitar a mi compañero Rommel Baldemar, solo pude verlo cuando salió de Medicina Forense hacia el Hospital Escuela, pude darle un abrazo y a decirle que lo quiero mucho como amigo”.
Álvarez manifestó que “allí estuvimos con Rommel alrededor de unos dos meses, apoyándolo en lo que se podía, y aquí estamos siempre demostrándole nuestra solidaridad. Es muy difícil y más en el caso de nosotros, de Rommel, Edwin y yo, porque creo que el trato fue sumamente contrario al resto de la población, se cometieron violaciones a los derechos humanos y creo que se siguen cometiendo”.
Raúl finalizó diciendo que se siente muy alegre porque aún sabiendo como es el sistema carcelario y el sistema judicial de este país, donde les han violado el debido proceso, creo que soy bendecido porque gracias a Dios tenemos la oportunidad de defendernos en libertad.
“Esperemos que Rommel pueda defenderse en libertad, creo que a él le puede servir lo que pasó con nosotros como antecedente”, añadió Álvarez.
Cabe mencionar que el tiempo que estuvo a la espera de ser trasladado de nuevo a la cárcel de máxima seguridad, estuvo dialogando con la abogada Karol Cárdenas del Área de Acceso a la Justicia del Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras (COFADEH) para ponerlo al tanto de cómo está su caso y las acciones a seguir.
“Siento muy lamentable el hecho de exponer a una persona, en este caso como el de Rommel, pues es un maestro el que está siendo víctima de una persecución política, a quien injustamente se le incoó un proceso penal por los delitos de daño agravado e incendio agravado, delitos que no se configuran los elementos de tipo penal, y por otro lado exponerlo de esa manera verlo vestido con ese uniforme que utilizan los internos”, expresó la apoderada legal Karol Cárdenas.
Asimismo indicó que “es una situación vergonzosa que atenta contra la integridad tanto física y psíquica, esa exposición que no tuvo ningún fruto porque el médico forense había dicho que lo que Rommel necesitaba era una cita con el psiquiátrico, entonces no sé cuál fue el objetivo de volverlo a traer”.
La abogada esta clara que el exponer de manera pública a Rommel era para humillarlo, siendo que se trata de un profesor que únicamente se manifestaba y que por eso se le inició un proceso penal en su contra y sigue sometido a ese proceso injusto y todavía con una medida tan gravosa como una prisión preventiva, y más aún enviado a un centro de máxima seguridad como lo es el centro conocido como “La Tolva”.
Rommel Baldemar Herrera Portillo está acusado de daños e incendio agravado en perjuicio de la Embajada de Estados Unidos, esto a raíz de una movilización de la Plataforma en defensa de la salud y la educación y que desconocidos incendiaran unas llantas en la entrada de la embajada, donde crearon un falso positivo, ya que aun sabiendo de la movilización las autoridades no aseguraron dichas instalaciones, deteniendo al profesor Ronmel quien fue víctima del falso positivo, creado para desmovilizar a la población.