Tegucigalpa, Honduras.- Al estilo de los años 80, en plena guerra fría, las orejas están trabajando para confrontar al pueblo, denunció Felipe Benítez, coordinador del Movimiento Independiente Lenca de La Paz- Honduras (MILPAH).
Tras circular un video manipulado, donde muestra a vigilantes indígenas en el retén Plan de Flores, municipio de Santa Elena, La Paz, al centro occidente del país, al parecer existen requerimientos fiscales contra los encargados de cuidar el bienestar del pueblo, en medio de la emergencia sanitaria provocada por el Coronavirus o COVID- 19, denunció Benítez esta día ante el Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras (COFADEH).
Los encargados de los retenes civiles son pobladores de las comunidades –en su mayoría indígenas Lencas- como lo es el 90 por ciento de la población paceña. Pero muchas veces son obligados a que vayan a cuidar sin ningún tipo de protección como mascarillas o guantes, que mitiguen el contagio del Covid-19.
Estamos “a la mano de Dios” agregó el líder indígena, afirmando que la vigilancia, orejismo y amedrantamiento con la imposición de multas económicas si no van a vigilar a los retenes, proviene de los veteranos de guerra y activistas del Partido Nacional de Honduras, impuesto en el poder con Juan Orlando Hernández.
“Los compañeros indígenas se van a cuidar en turnos de 24 horas, sin guantes, sin bombas de rociar químicos y sin nada”.
Los retenes de control están bien, no nos oponemos, agregó Felipe, pero si denunciamos el abuso policial y militar contra el pueblo. Nosotros nos cuidamos no salir más que a nuestros cultivos en las fincas agroecológicas para seguir teniendo algo que comer, pero las fuerzas armadas entran y salen sin ningún control.
Y en ese sentido, es que se dio un percance la noche del lunes 4 de mayo, cuando los encargado de cuidar uno de los retenes en Santa Elena, no permitieron el ingreso de dos policías preventivos originarios de Yarula y El Quiscamote, uno de ellos dijo que era de Gracias, departamento de Lempira; Además iban a bordo de un vehículo particular 3.0, no llevaban chapa policial, dieron nombres e información falsa en cuanto a qué iban al pueblo.
Entonces amenazaron a los compañeros de turno quienes se percataron que algo no estaba bien, y se procedió a detenerlos porque es una burla para el pueblo, que ellos vengan a imponerse y exponer la salud nuestra, declaró el coordinador de MILPAH, este miércoles 6 de mayo.
-Añadió Felipe, que hay muchos habitantes de Santa Elena casi desprotegidos en los departamentos de Cortés y Colón, zona norte del país, y mujeres en El Salvador, desempleadas por la crisis, que respetando la cuarentena y no han retornado a la comunidad.-
Los encargados del retén informaron al policía “Sandoval” de Marcala, para que fueran por ellos y los pusieran en cuarentena. Luego llegaron ocho patrullas de La Paz. Tras un diálogo para el respeto mutuo, los encargados del retén –todos civiles- entregaron las municiones y armas de reglamento que portaban los detenidos, a los agentes que llegaron, agregó la coordinadora de Mujeres de MILPAH, Felícita López.
En el video compartido por los líderes indígenas, uno de ellos entrega las armas al policía, muestra que están descargadas y en una pequeña bolsa transparente entrega los proyectiles, relató Felipe.
«Hablando se entiende la gente, pero no vamos a permitir que se burlen de nosotros» expresa uno de los vigilantes (don Clemente) al policía cuando entrega las armas y en una bolsita echa las municiones. El policía responde que «es la bolsa solidaria» y se ríen.
Dichas imágenes han sido manipuladas en redes sociales, en perjuicio de los encargados de la posta de vigilancia civil, dejando entre ver que los encargados del retén están armados. A los policías los habían amarrado a un poste, ante las amenazas y mentiras para ingresar a Santa Elena.
Ahora hay requerimientos fiscales contra los compañeros defensores del territorio, afirmó Benítez, situación que le preocupa especialmente en este tiempo de emergencia con toque de queda permanente y limitación de movilidad y accionar presencial de defensores de derechos humanos.
El pueblo teme que el Covod-19 llegue al pueblo, pero también teme a la represión militar. En la zona todo “está hecho porra”, no hay trabajo, no hay alimentación, la repartición de víveres es politizada “a este sí, a este no”, mientras algunos paisanos han vuelto a sus hogares y ahí están aislados, no dejamos de pensar en los que no han podido volver, lamentó Felipe Vásquez.
Desde el 11 de marzo hasta hoy, Honduras registra 1,270 casos positivos de Covid-19, dos de ellos fueron en el departamento de La Paz, y ya se recuperaron. Pero el pueblo no ha bajado las medidas de seguridad, para evitar nuevos contagios.