El Comité de Familiares de Detenidos – Desaparecidos en Honduras, Cofadeh, a la opinión pública nacional e internacional, comunica:
En las últimas horas del lunes 16 de marzo, el gobierno impostor dictatorial que dirige el señor Juan Hernández Alvarado movió la emergencia del Covid19 al ámbito militar, tras haber aprobado en el «Consejo Nacional de Defensa y Seguridad» una serie de disposiciones que restringen, disminuyen o violan derechos humanos constitucionales.
En la primera fase de la pandemia, la dictadura dirigió una campaña de miedo colectivo a través de sus aparatos de desinformación y guerra psicológica, para convertir una variedad de influenza humana de 2.5% de mortalidad en un demonio apocalíptico destructor del planeta Tierra.
En esta primera fase, el objetivo fue de implantar las mismas medidas de control sanitario que implementan los países colonizadores – Inglaterra, Francia, España, Estados Unidos y Canadá –, que poseen recursos financieros y logísticos muy superiores a Honduras.
En la segunda fase, esta misma banda corrompida que controla el Congreso y el Ejecutivo aprovechó la “emergencia coronavirus” para auto donarse una permisión legal de compras directas sin licitación por casi 500 millones de dólares, la llamada “ley de aceleración económica contra el virus19” que ni los países con poblaciones superiores a 20 millones de personas han considerado para ese propósito.
Esta segunda fase sirvió, además, para instalar un discurso público de ultratumba que favorece la industria farmacéutica, laboratorista y constructivista, la cual mueve millones de intereses financieros a través de la banca internacional.
Ahora, en la tercera fase de manipulación pública, el régimen lanza contra la ciudadanía los mismos policías represivos junto a los mismos militares sedientos de poder y gloria que dirigen el golpismo de los últimos diez años, para reprimir derechos de la población.
En esta fase, la armada deja atrás el discurso sanitario y de cultura solidaria contra el virus, para imponer la suspensión de derechos individuales y garantías constitucionales, que atacan la libertad personal, la libertad de expresión, de reunión, de locomoción y la inviolabilidad del domicilio, entre otros.
Este extremo antidemocrático, abusivo e intolerable, no está incluido en ninguna de las disposiciones extremas de la Organización Mundial de la Salud; por tanto, hacemos un llamado a las Naciones Unidas en general y a la OMS en particular a frenar esta locura local que se extiende por los siguientes 7 días, prorrogables.
En los países democráticos donde funcionan los mecanismos de información que no de propaganda, los sistemas de salud preventiva que no de curación industrial y los métodos de educación masiva que no de represión, el uso de fuerzas armadas durante emergencias virales es una estupidez que sólo es posible en las películas sobre el fin del mundo.
No queremos como defensoras de derechos humanos tener que salir con nuestras mascarillas y guantes a liberar personas detenidas ilegalmente so pretexto de contagios positivos no verificados, o de opositores sociales y políticos perfilados por el virus de la dictadura represora.
Tampoco queremos ser parte de una emergencia sanitaria en la cual en vez de educar positivamente a la población en medidas simples de solidaridad, de convivencia social de nuevo tipo, se le induce a comprar detergentes, cremas industriales, máscaras y trajes prefabricados, al estilo de un escuadronero de la muerte que olvida sus crímenes en este país empobrecido por sus amos.
Por mucho miedo que tengan, señores de la dictadura, no se metan otra vez contra las libertades. Y ustedes señores de la OMS, detengan a este ejército de analfabetas armados que van a dispararle a la gente creyendo que le disparan al covid19.
Basta!
De los hechos y de los hechores, ni olvido ni perdón
Cofadeh
Tegucigalpa, M.D.C., 16 de marzo de 2020.