En reiteradas ocasiones lo hemos dicho en esta columna editorial. En una comunidad, la injerencia directa y vulgar en los asuntos de los demás, termina afectando los vínculos de confianza y colaboración entre las partes.
En el caso de México, por ejemplo, los vínculos diplomáticos con el embajador Ken Salazar fueron puestos en pausa por el gobierno de Morena, que impulsa una reforma judicial con todo el poder delegado por el pueblo.
Al México profundo, que derrotó los planteamientos egoístas de la derecha facha, no le gusta para nada el funcionamiento de las cortes y tribunales que se creen en sí un poder superior de la Nación.
Pero a Estados Unidos y a Canadá les gusta ese poder judicial que prioriza sus reglas comerciales y pacta con los criminales, e interfieren para evitar que sea el pueblo de México quien elija con su voto directo a las personas integrantes de la Corte.
En Honduras, la embajadora estadounidense Laura Dogu ha cumplido una misión desde su arribo en 2022. Boicotear el gobierno del partido Libertad y Refundación en todos los flancos, y conspirar con los mismos actores del golpe de Estado de 2009 para impedir la continuidad del mandato popular.
El mandato popular es simple. Recuperar el Estado para que sirva al 80 por ciento de la población y no solamente a las 10 familias rapaces que operan 27 grupos económicos en alianza con las empresas gringas.
Derrotado moralmente el imperio golpista por la resistencia nacional que humilló electoralmente a su derecha local en 2013, 2017 y 2021, hoy Washington entiende que no puede otra vez con los difuntos partido liberal y nacional juntos. Y traslada el modelo de asalto y de odio que impone a Venezuela, para recuperar el control por la fuerza.
Para detener el avance de China y de las demás potencias BRICS plus en Centroamérica, hacen lo imposible; lo impensado, lo bruto, lo ilegal y lo intolerable.
Ni tontas ni ingenuas, entendemos que la embajadora Dogu cumplía una parte de la tarea de ese plan hasta que la presidenta Xiomara Castro decidió enviar un mensaje directo a sus jefes en vez de perder tiempo declarándola NON grata, como ya lo hizo Nicaragua en el reciente pasado por metiche.
En vez de ir por la Convención de Viena sobre relaciones diplomáticas, era preferible ir directo por la vía de las facultades constitucionales de la mandataria.
El mensaje de la presidenta es directo a Washington y a las ciudades del poder oculto. Tengo las facultades de impedir que chantajeen las fuerzas armadas con el instrumento de la extradición, y tengo también las facultades de denunciar otros tratados si las circunstancias lo demandan.
Si ustedes no están a gusto con el actual mando militar, porque se apega a la Constitución y no a las 10 familias golpistas, entonces díganlo, pero no inventen la excusa que por ir a Caracas Roosevelt y Zelaya ya son lo que ustedes deciden que son. ¿Quién los eligió jueces universales?
Ni tontas ni ingenuas, entendemos el hilo que ha denunciado la presidenta Xiomara Castro. Ustedes fraguan desde adentro del Obelisco y de Mateo una espada para hundirla en el alma de esta Nación. Lo describió clarito al periodista Renato Álvarez un general oculto en los pasillos del poder fáctico, golpista y fascista.
Para desestabilizar el país ocupan poner a sus órdenes los militares, o fabricar un lawfare al insumiso símbolo de masas del país. O empujar el guion de la guerra económica sin huevos ni papel higiénico, o acudir vulgarmente al terrorismo, como ya lo hacen en el mundo. Pero claro, calculan su basura para 2025 usando todo el trabajo previo de sus marranos locales.
Frente a estas aguas revueltas, nosotras celebramos la limpia valentía de la presidenta aunque confunda a los apátridas, y acompañamos su decisión patriótica de avanzar hacia adelante con dignidad, aunque ponga al país en modo alerta general.
Desearíamos que la confrontación permanente con la mafia insaciable que responde a los intereses de Estados Unidos no fuera esta que daña la vida de una sociedad de origen pacifista y trabajadora. Pero si hemos de continuar en dignidad, para no ser patio trasero de nadie, entonces aquí vamos.
Nosotras, las familias de las personas víctimas de desaparición forzada y asesinato por razones políticas, ya sufrimos la guerra entre bloques, en frío y en caliente. No es la primera vez que vamos a confrontar la irracionalidad del Pentágono, la CIA y su embajada.
Esta política exterior colonialista de Estados Unidos, controlada por mafias criminales desbordadas de odio racista, ha decidido ensuciar las elecciones de 2025, porque no puede ganarlas por las buenas. Al hacerlo, va a provocar tres realidades. Pondrá el país otra vez en modo ruptura, empujará la población hacia sus fronteras, y hará fracasar su modelo económico decadente.
Aquí, o negocian con el pueblo una salida duradera en condición de iguales, o se imponen a lo bruto asumiendo aquellas consecuencias. El tiempo del señor Rolston, de Semurray o del mister Dawson, ya pasó. Y esta vez, no estamos solas…
Buenas noches