Olancho, Honduras.- Entre los municipios de Catacamas, Gualaco, Guata, Jano y Esquipulas del Norte se encuentra e territorio Nahua, un pueblo originario que lucha por mantener su hábitat y la recuperación de su lengua nativa.
Para el pueblo Nahua es un desafío ante los depredadores de los recursos naturales, proteger sus fértiles tierras y majestuosos ríos que bañan el bosque de pino, hoy amenazados por empresarios de la madera que avanzan en la tala de pino y destrucción de los microsistemas de flora y fauna.
Darvin Ulloa, presidente de la Organización del Pueblo Indígena Nahua de Honduras (OPINAH), declaró a Defensores en Linea, que este pueblo ha pasado invisibilizado en la historia nacional y actualmente enfrenta una serie de problemas en cuanto a tenencia de tierras y las vías de comunicación terrestres con casi inexistentes por ubicarse geográficamente en la zona montañosa de Olancho.
Sin embargo, pertenecer a la Red de Defensores/as de Derechos Humanos de Olancho (Olanch-red), acompañada en la formación con el Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras (COFADEH), es una oportunidad favorable para hacernos notar, declaró el líder indígena.
El derecho a la salud y la educación no son parte de la agenda estatal para este pueblo que se ha puesto como reto recuperar la lengua Nahua, tomando en consideración que es una derivación del Nahualt y que existe el escrito del doctor Atanasio Herranz “Proceso de nahuatlización y nahuatlismos de uso en Honduras“, con más de 1,400 términos en lengua náhuatl registrados.
Por lo que debemos hacer estrategias para contactar a personas que hablan náhuatl, que habitan únicamente en El Salvador y México, afirmó Ulloa, nativo de la región indígena que lucha por la recuperación de su cultura.
El pueblo se dedica a la agricultura específicamente de maíz, teocintle y frijol, ganadería y caza, pero están llegando personas con títulos de prescripción adquisitiva sobre territorio ancestral y asignados por el Estado a cooperativas agroforestales para aprovechamiento sostenible de los recursos naturales.
Es momento para que las mujeres salgamos del olvido
En una población indígena de más de seis mil habitantes, son las mujeres que luchan desde el hogar como columna encargada de la familia, por lo que no es fácil su rol histórico ante la colonización y costumbres extranjeras.
María Teresa Torres, integrante de OPINAH y de la Olanch-Red, considera que, con la llegada de una mujer a la presidencia de la República, las mujeres Nahua van a salir del olvido.
Se puede avizorar un tiempo de justicia y reparación para mujeres que han sido violadas, marginadas, estigmatizadas y humilladas, pour lo que tienen retos y propuestas para emprender nuevas formas de economía familiar y oportunidades que les permita el desarrollo comunitario.
Estamos dispuestas a seguir luchando para que nuestra voz sea escuchada desde las distintas labores que emprendemos, como amas de casa y educadoras, agregó María Teresa.
Se espera que, para este año, la educación se retome en el pueblo Nahua, después de dos años de clases a distancia por la pandemia del Covid-19, los niños y niñas indígenas también dedican tiempo para labores de la casa y el campo.
Con la formación en derechos humanos que ha iniciado el COFADEH, también influirá en el fortalecimiento de derechos del pueblo indígena Nahua, que es amparado por el convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) sobre los pueblos indígenas y tribales, que e Estado de Honduras debe respetar y hacer valer.
El pueblo Nahua tiene su origen en las tardías migraciones, entre 900 y 1500 d. C., desde el centro y sur de México, provenientes de las civilizaciones olmeca y tolteca. La lengua náhuatl se usaba para comunicarse en Centroamérica por lo que los conquistadores españoles utilizaban como intérpretes a indígenas del actual territorio mexicano para comunicarse con los nahuas establecidos en los valles de Quimistán, Agalta y Olancho.
«La presente publicación ha sido elaborada con el apoyo financiero de la Unión Europea. Su contenido es responsabilidad exclusiva del consorcio HEKS EPER–COFADEH-CLIBRE-PWS-PICI y no necesariamente refleja los puntos de vista de la Unión Europea».
Aunque su historia se remonta a la cultura náhuatl de México, las huellas nahuas en Honduras se han registrado desde el 1000 a. C. Los nahuas también pudieron habitar esporádicamente la región noreste del departamento de Gracias a Dios y debido a su presencia se encuentran en aquel departamento extensas zonas de cacao, que más recientemente aprovechan los pueblos Pech, Tawahka y Miskitu.
Como pueblo indígena ha sido sometido históricamente al proceso de aculturación, por lo que en la actualidad no conservan su lengua. Algunas de sus tradiciones ancestrales y culturales se realizan en fechas especiales de celebraciones, a veces relacionadas con las religiones católica y evangélica que practican. Conservan algunas comidas y bebidas típicas provenientes del maíz y el teosinte.
Su lengua materna actual es el español. No conservan su lengua ancestral, pero una gran cantidad de nahualismos se mantienen en el español hondureño y centroamericano. Para la recuperación de la lengua se están gestando iniciativas a nivel nacional. Solamente en El Salvador sobrevivió una variante nahua llamada Pipil.