Tegucigalpa.- Los presos políticos que se encuentran privados de libertad en La Tolva, han iniciado una huelga de hambre por la falta de atención médica y el peligro que corren sus vidas, debido a las amenazas de muerte que han recibido por falta de otros reclusos, influenciados por las autoridades del centro penal.
«Hoy 5 de agosto iniciamos otro esfuerzo para hacernos escuchar por el Gobierno a través de una huelga de hambre, ya que nuestras vidas corren peligro, por lo que consideramos que da igual sacrificar nuestras vidas que están en las manos del crimen organizado gubernamental».
Así lo han denunciado los privados de libertad por razones políticas mediante un comunicado público que han hecho llegar a la prensa nacional e internacional.
En La Tolva desde enero de 2018 se encuentra recluidos los defensores sociales Raúl Alvarez y Edwin Espinal, quienes fueron arrestados por protestar contra el fraude electoral de 2017, que dejó en el poder al dictador Juan Orlando Hernández. Y desde diciembre de 2017 se encuentra preso en el Centro Penal de El Progreso, Gustavo Cáceres, un joven con discapacidad para expresarse.
Por las movilizaciones convocadas por la Plataforma por la defensa de la salud y educación realizadas desde finales de abril dejó otro preso político, a Rommel Portillo, quien arbitrariamente las autoridades del Instituto Nacional Penitenciario lo enviaron a La Tolva.
Los tres presos políticos que están recluidos en La Tolva en reiteradas ocasiones han denunciados los malos tratos que reciben de la población penitenciarias, quienes los han amenazado de muerte, y por las autoridades del centro penal quienes les niegan la atención médica, el agua, entre otras necesidades.
«Nosotros guardamos prisión en La Tolva que es de máxima seguridad para integrantes de supuestas maras y pandillas, crimen organizado y reos de alta peligrosidad, por lo tanto son controladas en su interior por éstas, lo que significa que nuestra seguridad personal están en manos de éstas y no de las autotidades», denuncian los privados de libertad por razones politicas.
Tras el fraude electoral de 2017 el pueblo se desbordó a las calles en defensa de la victoria obtenida en las urnas, muchos y muchas han sido asesinados, exiliados, perseguidos y judicializados, muchos se defienden en libertad, «nosotros tres y Gustavo Cáceres en El Progreso aún guardamos prisión preventiva, se nos ha negado el debido proceso, imparcialidad y garantías individuales».
Durante han permanecido privados de libertad, los presos políticos Raúl Alvarez, Edwin Espinal y Rommel Portillo ha recibido agresiones y confrontaciones físicas y verbales, llegando al extremo de amenazas de muerte.
Los familiares, así como el Comité por la Liberación de los Presos Políticos han realizado las denuncias pertinentes con nonbres y apellido, pero las autoridades penitenciarias han hecho caso omiso e ignorándolas.
«Por esta razón hemos tomado la decisión de tomar medidas de presión contra las autoridades debido a la urgente necedidad de salvaguardar nuestras vidas e integridad física «, expresan los presos políticos en el documento que han hecho llegar a la prensa nacional e internacional.
Asimismo expresan que » jamas van a callar nuestras voces que demandan justicia y que siempre que impere la desigualdad social, ahí estará un pueblo viril y encachimbado».
Finalmente sostienen que «escogimos el camino difícil, escogimos la dignidad sobre el servilismo, escogimos la paz sobre la violencia, escogimos la libertad sobre la opresión, escogimos luchar por construir un mundo mejor».
