Tegucigalpa, Honduras.- Un nutrido grupo de personas fueron víctimas de represión policial, cuando salieron a las calles capitalinas para exigir la salida del usurpador en el poder, Juan Orlando Hernández, este jueves 24 de octubre.
La convocatoria abierta para la población, hecha desde la Convergencia Contra el Continuismo (CCC), aglutinó a opositores y opositoras que a las 10:30 a.m. iniciaron una movilización desde la Universidad Pedagógica Nacional “Francisco Morazán” (UPNFM) hacia el bulevar “Fuerzas Armadas”, con dirección a Casa Presidencial y la Corte Suprema de Justicia (CSJ).
En la entrada de la colonia Miraflores, un cordón de la Policía Nacional y de la Toma Integral Gubernamental de Respuesta Especial de Seguridad (TIGRES), cerraron el paso a la manifestación, pero por las orillas de la carretera, poco a poco las personas avanzaron, mientras defensores de derechos humanos dialogaban con los uniformados para pedirles que desalojaran las calles. Hasta que pasó toda la gente, se quitó la policía, avanzando al interior de dicha zona residencial.
Romper el cerco policial es una victoria en esta movilización que expresa el repudio generalizado de una población contra Hernández, y vamos a seguir de a poco hasta lograr un paro nacional porque este país no se compone mientras la dictadura no caiga, declaró Rafael Alegría, director de La Vía Campesina Honduras e integrante de la CCC.
Aleyda Romero, fue una de manifestantes que portaba pancartas para denunciar a Hernández y la ineficacia del Fiscal General de la República, Óscar Chinchilla, quien debería actuar de oficio ante las denuncias de corrupción en el gobierno nacionalista y la complicidad de parte de Hernández, denominado “CC-4” o co-conspirador número 4, por el delito de tráfico de droga con su hermano Juan Antonio Hernández, condenado por la Corte del Distrito Sur de Nueva York, el pasado 18 de octubre.
La manta de la CCC con la leyenda “fuera la narco-dictadura” continuó al frente de la movilización, que al llegar cerca de la Ciudad Cívica, y eso de las 11:20 de la mañana empezaron las detonaciones de bombas lacrimógenas, que, pese la brutalidad armada, no desmovilizó la protesta contra la narco-dictadura.
Un nutrido grupo regresó al punto de encuentro y otro atrapado entre el gas lacrimógeno entró a un centro comercial cercano, y los policías continuaban lanzando bombas sin importar que cayeran sobre un repleto parqueo vehicular. Minutos después, prosiguió la movilización pacífica entre colonias residenciales hasta llegar a un redondel cerca de INPREMA, donde a las 12:35 del mediodía nuevamente apareció la policía para reprimir la manifestación.
Llegaron patrullas policiales a reforzar el ataque y dieron persecución a los opositores y opositoras en su mayoría jóvenes, quienes huyeron por el bulevar Suyapa, tomando el bulevar La Hacienda hasta llegar a la Villa Olímpica, sin dejar de protestar y denunciar que Honduras es un narco gobierno, donde se invierte más en la compra de armas, que en educación, salud y creación de fuentes de empleo.
En este lapso se reportó la detención del joven Nahúm Flores, 18 de años, que buscó refugio en una tienda, pero un policía lo sacó violentamente, lo capturó y a bordo de una patrulla lo llevó a la posta de la colonia Kennedy, declaró a Defensores en Linea, Pedro Amador, defensor de derechos humanos que le dio acompañamiento. Horas después fue liberado.
La jornada de protestas continuó hasta horas de la tarde, frente y dentro de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), los gases lacrimógenos volvieron a invadir la autonomía universitaria y a su población.
Con este actuar, la policía confirma su lealtad a Hernández, y ejecuta su palabra de atacar cualquier indicio de protesta, según un comunicado público del lunes 21 de octubre.
El segundo párrafo del comunicado expresa «Es responsabilidad de los entes de seguridad del Estado, mantener el orden y garantizar a la población el derecho constitucional a la libre circulación y locomoción en todo el territorio hondureño a fin de salvaguardar la integridad física de las personas y sus bienes»