Policía militar vigila y reprime a estudiantes de colegios capitalinos

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Tegucigalpa, Honduras.- Por segundo día consecutivo la Policía Militar del Orden Público (PMOP), a fuerza de balas atacó las protestas estudiantiles de educación secundaria, en la capital del país.

Esta mañana las fuerzas represoras del Estado dieron persecución estudiantes del Instituto Técnico Honduras (ITH), al oriente de Tegucigalpa. Quienes mantienen tomada la instalación ubicada entre la colonia Kennedy y Villa Nueva.

Las balas eran disparadas para reprimir la protesta a la comunidad estudiantil que recibió apoyo de los alumnos y alumnas de del Instituto España «Jesús Milla Selva»,   quienes en determinados momentos se cubren el rostro para evitar el levantamiento de perfiles y posterior criminalización.

65107109_2219123468216355_3301219465521266688_nEn este sentido, se alertó sobre la posible detección de estudiantes, por lo que procuradoras de derechos humanos del Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras (COFADEH), se apersonaron a la posta policial de la colonia Kennedy, donde agentes policiales repitieron su discurso de “respetuosos de la ley” y que no había ningún detenidos.

Sin embargo, ayer las fuerzas represoras del Estado, con sus armas en manos siguieron entre calles y callejones habitacionales de esa colonia a cientos de estudiantes dispersos por los gases lacrimógenos, que afectaron además a los vecinos, transeúntes y niñez de zonas escolares.

Cabe mencionar que el 20 de junio la PMOP, abrió fuego contra manifestantes en la colonia Kennedy, dejando una víctima mortal, que respondía al nombre de Luís Maldonado, según registra el (COFADEH), y que desde el 29 de abril, suman nueve pérdidas humanas a causa de la represión policial y militar contra las protestas pacíficas.

El 23 de agosto del 2018, la policía preventiva lanzó gases lacrimógenos dentro del ITH, sin importar que en recinto estuvieran cientos de alumnos y alemanas, en el marco de demandas estudiantiles incumplidas por el régimen de Juan Orlando Hernández.

Vigilancia en el Central

Foto: Erick Martínez
Foto: Erick Martínez

Otra de las tomas estudiantiles en la que se denunció vigilancia de parte de dos patrullas motorizadas por parte de la PMOP, fue en el Instituto Central “Vicente Cáceres” de Comayagüela.

Un grupo de jóvenes llamó al COFADEH, puesto que en el marco de proteasas sociales, la policía- militar estaba rodeando las vías de acceso que solo es una calle que conecta el bulevar Fuerzas Amadas con el barrio La Granja.

El COFADEH denunció la presencia de la PMOP quien se mantuvo a unos 100 metros de distancia de los jóvenes en protesta. Pero atentos a sus armas y teléfonos móviles en mano con lo que tomaban fotografías.

El defensor de derechos humanos, Erick Martínez, al presentarse ante los uniformados y pedirles que se identificarán, expresó que uno PM le respondió “aquí yo soy la ley”, negándose como funcionario público a dar su nombre.

No queremos que se privatice la salud y educación estamos protestando, y porque Juan Orlando Hernández no se quiere ir de la presidencia, declaró uno de los manifestantes, para quien, estar en un colegio de educación pública, no significa que sea barato.

En ese momento se informaba sobre la invasión a Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), donde resultaron heridos cuatro universitarios y dos universitarias con arma de fuego disparas por la PMOP.

Este acto es repudiable, expresó la comunidad estudiantil, que con acompañamiento de defensores del Centro de Investigación y Promoción de los Derechos Humanos (CIPRODEH), COFADEH y docentes del Central, entraron al colegio para evitar una confrontación con la PMOP y Policía Preventiva.

Hace unos días la Policía y comando TIGRES protagonizaron una “huelga de fusiles caídos” en  uno de sus puntos es por no querer seguir ordenes de reprimir a la población. Sin embargo en esos días de paro se registró un aumento considerado a las protestas sociales y asesinatos.

Es estos días se ha visto a la policía reprimir a los estudiantes, ayer en  el Central, aunque no hubo represión con armas, la policía andaba bombas lacrimógenas en sus manos, que después guardaron en  una gran mochila a espaldas de otro agente.