Tegucigalpa, Honduras.- Mientras daban acompañamiento a dos jóvenes en el Juzgado de Letras de Marcala, La Paz, las defensoras de derechos humanos y lideresas indígenas Donatila Girón y Margarita Pineda fueron retenidas dentro del edificio.
La alerta fue dada por integrantes de la Red de Defensores/as de Derechos Humanos Indígenas Lencas de La Paz (REDHIL-Paz), la noche de este viernes 13 de diciembre, cuyos integrantes daban acompañamiento a la audiencia de presentación de imputado Jaime David Cálix y Josué Rigoberto Vásquez, citada para las nueve de la mañana.
Y por la tardanza y falta de imparcialidad de parte del juez y el fiscal, familiares y compañeros procedieron a la toma del Juzgado de Letras, e inició la represión y estigmatización contra los u las manifestantes, señalando directamente a la defensora Donatila Girón de impulsar la protesta pacífica.
En ese instante, el recinto fue custodiado por elementos de la Policía Militar, quien dieron una hora para que desalojaran el lugar y después se pusieron a sonar las armas, imponiendo miedo contra el pueblo que no se movió de allí.
Cabe señalar que Jaime David Cálix es sobrino de Donatila, integrante de la Redhilpaz, representante del Movimiento Indígena Independiente Lenca de La Paz- Honduras (Milpah) y presidenta del Caucus Indígena Mundial, quien no comprende a que se debe la persecución.
A los jóvenes se les requirió por los supuestos delitos de tentativa de robo y amenazas, pero ya en el juzgado se les señaló por robo agravado, para dejarlos privados de libertad, denunció la Redhilpaz.
Según detalles, la denunciante es Rosmery Álvarez, coordinadora de la Oficina Municipal de la Mujer de esa ciudad, con quien se solicitó conversar para conocer de los hechos, pero no hubo resultado. Dentro del Juzgado permanecieron las defensoras de derechos humanos Donatila y Margarita Pineda; afuera entre otras personas e integrantes de la red, Nelly Reyes y Hermín López.
Cuando las defensoras solicitaron conocer sobre el proceso legal, a Donatila se le minimizó su labor, diciéndole que su chaleco de defensoría no tiene ningún valor «que es pura basura».
Otro hecho es que a los jóvenes se nativo encerrados en el Juzgado, y seguía la deliberación cuando el juez ya se había ido, denunciaron las defensoras, quienes salieron hasta que los requeridos fueron trasladados al centro penal de la ciudad, para continuar con la audiencia el próximo lunes. Hasta cerca de las diez de la noche solo quedaba el fiscal Emilio Umanzor, según conocieron los defensores.
Nosotras solo exigimos un proceso justo y apegado a ley, porque culpan a un muchacho inocente, como lo es mi sobrino, afirmó Girón.
La Declaración de los Defensores de Derechos Humanos establece que es un deber del Estado «garantizar que toda persona sometida a su jurisdicción pueda disfrutar en la práctica de todos los derechos y libertades sociales, económicos, políticos y de otra índole».