El padre Melo sabe bien él mismo espantarse la mosca de la oreja; es un ser provisto de habilidad discursiva extraordinaria y, además, él tiene acceso a varios púlpitos, tribunas y areópagos nacionales e internacionales, como las iglesias jesuitas, la revista Envío, el periódico a mecate corto, la radio Progreso y apertura en medios internacionales diversos.
Es decir, medios para aclarar las denuncias de la rectora de la Universidad Nacional, Julieta Castellanos, o responder a sus ataques, no le hacen falta.
Pero Ismael Moreno es mucho más que sólo un sacerdote jesuita, director del ERIC y amante de los Guaraguau; él es un intérprete de nuestro tiempo, un analista crítico de la lógica del poder oligárquico, un profeta comprometido con su pueblo. Un defensor de derechos humanos en toda su dimensión.
Por esa razón no podemos menos que reprochar en esta columna la inclusión del padre Melo en la larga lista de actores sociales que la licenciada Castellanos considera causantes de la crisis universitaria, que ella no puede resolver en un marco civilizado. Porque eligió los gorilas para defender su propia estatua.
La rectora está terminando su vida pública como lo hizo un viejo defensor de derechos humanos, que en la fase uno de su vida pública en los años 80s era querido, respetado y admirado, pero en su fase dos al lado de la elite fue despreciado, olvidado y destronado.
En su página de facebook el padre Melo le escribió a doña Julieta, después que ésta lo señaló como instigador de los estudiantes y organizador de un concierto del famoso grupo venezolano Los Guaraguau, dentro de la U, sin su permiso.
Doña Julieta. Usted está lazando sus ataques hacia afuera, quizás sin darse cuenta o sin reconocer que los principales responsables de la crisis universitaria están bastante lejos de nosotros, y probablemente demasiado cerca de Usted. Y en Usted misma, sin duda.
Usted Doña Julieta ha gozado durante muchos años de nuestro aprecio y reconocimiento. Pero esto no nos limita a expresarle que, desde nuestro punto de vista, la más alta responsabilidad para que la crisis universitaria haya llegado al estado actual, reside en Usted misma Doña Julieta.
Creer o hacer sentir ante los demás que la razón y la verdad estaban solo de su parte en un país tan complejo como el nuestro, era impensable que no acabara revirtiéndose en su contra.
Sin duda, hay diversas fuerzas políticas muy interesadas en sacar ventajas de las protestas estudiantiles. Pero en nada abona que ante cada demanda estudiantil, la respuesta constante sea acusar a otros de ser responsables de atizar conflictos y no ver a los estudiantes en su propia realidad identitaria. La que más ha atizado los conflictos internos ha sido Usted Doña Julieta.
Usted, Doña Julieta, está culminando su servicio en la UNAH. Y lo termina acusando. Es la peor manera de cerrar un ciclo en la vida.
Eso le escribió el padre Ismael Moreno a la rectora, quien ha puesto al religioso en la mira de la represión militar al acusarlo de instigador y, además, con enojo ha cancelado a su comunidad religiosa un convenio de cooperación informativa que habían firmado en mayo de 2014 con vigencia hasta 2019.
A nosotros nos preocupa la seguridad e integridad física del padre Melo, en tanto la lógica de solución de la crisis universitaria sería la misma que utiliza el régimen continuador del golpismo en contra las personas defensoras de derechos humanos; es decir, autoritarismo basado en el uso abierto de paramilitares, falsos positivos, muerte mediática y violencia armada selectiva.
Muy bien ha sido percibido por el Secretario General Adjunto de la ONU para los Derechos Humanos, Andrew Gilmour, al final de una visita de tres días a Honduras, al afirmar que aquí existe “la necesidad primordial de aumentar la protección de los defensores de derechos humanos”.
«Ellos están haciendo un tremendo servicio para el futuro de Honduras a largo plazo y bajo ninguna circunstancia deben ser atacados, castigados o estigmatizados», dijo Gilmour.
Alentó, en consecuencia, a los funcionarios del Estado a que vean a los defensores de los derechos humanos como aliados y agentes útiles de cambio. No como sus enemigos.
A menos de 4 meses de las elecciones generales, amenazadas seriamente por el continuismo de los violentos que violaron la Constitución para consolidar una dictadura militar, la seguridad del liderazgo social hondureño se precariza. Y debemos protegerla.
Por eso, le decimos padre Melo: estamos con usted para las que sean!
Editorial Voces contra el Olvido sábado 29 de julio de 2017