Padre de desaparecido: “Antes de que mi paso por este mundo se termine, solo quiero encontrar los restos de mi hijo”

Todo el mundo que ha sufrido el desaparecimiento de un hijo de cualquier forma que sea, es un sentimiento tan grande que nunca desaparece y, como dice la gente, un dolor que se mantiene toda la vida.

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Tegucigalpa.- Don Juan Antonio Gonzales, se trasladó desde San Salvador, El Salvador, hasta Honduras, con un solo objetivo, llegar a las instalaciones del Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras (COFADEH) cargando una fotografía de su hijo José Eduardo Gonzales Morales, detenido desaparecido en Honduras en agosto de 1981, con el fin de que la organización de víctimas le ayude con las acciones correspondientes para dar con el paradero de los restos de su hijo.

Juan Antonio Gonzales
Juan Antonio Gonzales

Don Juan, de 92 años de edad, camina a paso lento, pero seguro, con un claro propósito, saber que pasó con su hijo y encontrar sus restos. Antes que su paso por este mundo se termine, solo quiere encontrar la verdad sobre su hijo y llegó a Honduras porque fue el país que se lo arrebató.

“Yo no tengo una fecha concreta, la última vez que supe de él, fue una vez que yo pasé por Tegucigalpa, él estaba bien; creo que estuvo en Honduras alrededor quizá de un año, él viajaba de vez en cuando a Managua y ahí lo vi a él la última vez, en 1981; no recuerdo cuantos meses después me comunicaron que la estructura logística de la Resistencia Nacional había sido apresada aquí en Tegucigalpa”.

“Esa estructura tenía más o menos unos doce o trece miembros probablemente, todos extranjeros, entre ellos mi hijo. A mí me comunicaron en unos días que yo estuve en Managua, que esa estructura había caído presa”, añadió.

José Eduardo al momento de su desaparición tenía 22 años y estudiaba la carrera de medicina en la Universidad de El Salvador.

El joven, siguiendo el ejemplo de su padre, se involucró en lo movimientos sociales para defender su país de la dictadura militar de ese entonces.

“Yo participaba también sobre la lucha del pueblo salvadoreño, y bueno, ellos, los jóvenes, en El Salvador fueron también muy masacrados, como jóvenes corrían todo peligro de que fueran desaparecidos, y entonces muchos jóvenes siendo víctimas de la represión en El Salvador se sumaron a las organizaciones revolucionarias”.

José Eduardo Gonzales Morales, detenido desaparecido en Honduras en agosto de 1981.
José Eduardo Gonzales Morales, detenido desaparecido en Honduras en agosto de 1981.

Agregó que “él ya pertenecía en El Salvador a una organización revolucionaria que se llamó Resistencia Nacional y los jóvenes que pertenecían a esas organizaciones, obedecían las órdenes que les daban los directores, entonces, en ese sentido, él fue enviado aquí a Honduras a formar parte de una estructura logística de la Resistencia Nacional”.

El señor Gonzales hace pausa, suspira y señala que su interés en visitar Honduras es pedir el apoyo del COFADEH para saber dónde están los restos de su hijo.

“Mi interés de venir a Honduras y comunicarme con esta organización es con el objeto de recuperar los restos de mi hijo y también tener o trabajar por la justicia reparativa, a este momento ya van 42 años y no sé qué pasó con mi hijo”, señaló.

Don Juan dijo a defensoresenlínea.com que al momento que se dio cuenta de la desaparición de su hijo, viajó a Tegucigalpa para hacer las acciones de búsqueda correspondientes, sin tener hasta la fecha, ningún dato que dé con el paradero del joven.

“Yo cuando estaba en Managua me desplazaba de ahí hacia Tegucigalpa para buscar información sobre su paradero, con la procuraduría de los derechos humanos en Honduras, me entrevistaba aquí con el doctor (Ramón) Custodio, me decía que estaban tratado de investigar que había pasado, pero en las veces que yo lo entrevisté no vi avances de la investigación”, sostuvo.

Agregó que “la única gestión que yo pude hacer fue publicar la foto de mi hijo en un periódico, no recuerdo el nombre; se publicó la foto de él denunciando el desaparecimiento en una página interior de ese periódico, posiblemente fue en el Tiempo”.

Al consultarle por qué el desinterés de los gobiernos de dar una respuesta a los familiares de las víctimas, señaló que “los gobiernos no hacen nada porque se sienten parte de ellos, de los victimarios, por eso ellos tratan de que no se sepa la verdad, entonces piensan que conocer la verdad les va afectar de alguna manera.

Al gobierno de Honduras le digo en primer lugar que contribuya a establecer  la identidad de sus restos y demostrarnos a nosotros los padres, que han trabajado por esclarecer ese hecho delictivo que se cometió con mi hijo

 ¡Tenemos esperanza!

“Yo después de que he hablado con las compañeras de COFADEH, creo que hay una esperanza de encontrarlo, de saber y ojalá sea antes de que nosotros desaparezcamos, porque tanto la mamá de José Eduardo, como yo que soy su padre, somos personas que tenemos una edad arriba de los 90 años, cumplí 92 años y mi señora cumplió 93 años”, expresó.

La lucha de su hijo  

Según lo dicho por don Juan, su hijo estuvo siempre con lucha y convicción de un futuro mejor para las nuevas generaciones, y ver la lucha de un pobre pueblo lo llevaron a querer lograr un cambio.

“Si, la juventud de ese tiempo veía la lucha de los estudiantes, de los obreros, de los campesinos, y todo el pueblo pobre de El Salvador estaba en una lucha fuerte contra el régimen represivo que hubo, que era la dictadura militar”, manifestó.

Añadió “que cualquier joven que pertenecía a cualquier organización revolucionaria, estaba expuesto a la persecución y no solo a la persecución, si no a ser asesinado en cualquier momento”.

Además, dijo que él sabía en lo que andaba, “él era consciente, por supuesto muy consciente de lo que estaba haciendo, y ha de haber participado en muchas acciones”.

Juan Antonio Gonzales señaló que José Eduardo Lanza y su hijo, José Eduardo Morales, coincidieron en el nombre, carrera y convicción.
Juan Antonio Gonzales señaló que José Eduardo Lanza y su hijo, José Eduardo Morales, coincidieron en el nombre, carrera y convicción.

“Quiero decir que nosotros esperamos que las acciones que las compañeras aquí de esta organización realicen, tengan buenos resultados, que le den al padre de los desaparecidos buenas respuesta, y que por lo menos encuentren sus restos de los hijos que hemos perdido”.

Son 184 las familias que han permanecido en la búsqueda de verdad y justicia y que no pierden la esperanza de saber que pasó, dónde están sus familiares, algunas han partido de este mundo anhelando la justicia, otros, como es el caso de don Juan, utilizan su último aliento de vida para buscar la verdad que a más de cuarenta años aún no ha llegado.

Además de José Eduardo, en el año 1981, en Honduras, se registran al menos 48 detenidos desaparecidos de diferentes nacionalidades.

De ellos, tres nicaragüenses, veinte salvadoreños, cinco costarricense, un guatemalteco, un argentino, un ecuatoriano, ocho hondureños y nueve de nacionalidad desconocida.

En total, el COFADEH registra 184 personas detenidas desaparecidas en la época de los ochenta; se cree que pudieron ser más, pero la familia no denunció por miedo a represalias, muy utilizadas en aquel entonces.

Para la Memoria Histórica de este país, es valioso rescatar el legado de cada uno, reconocer su aporte, su lucha, sus ideales por una nueva sociedad.

Los detenidos y detenidas desaparecidas durante la aplicación de la Doctrina de Seguridad Nacional, entregaron su vida por la libertad y la lucha por un mejor país.