Los seres humanos no vivimos en una pequeña burbuja eterna protegida por el poder de un supremo juez, como ciertas religiones hacen creer a sus parciales. No vivimos en un mágico paraíso que espera irremediablemente su apocalipsis destructor.
Como decía Berta Cáceres, vivimos en un planeta sin repuesto que se ha transformado durante millones de años y que sigue girando en el espacio con una carga de casi 8 mil millones de seres dirigidos por bandas destructoras.
Las religiones, particularmente la cristiana, venden con frecuencia la falsedad que las autoridades son puestas por su dios. En la práctica, las monarquías, los gobiernos republicanos y las dictaduras feroces, son instaladas por el crimen organizado, los narcotraficantes, los proxenetas organizados y las religiones sin escrúpulos.
Es decir, Dios no tiene nada que ver en esas escogencias. Y si acaso interviene, como diría Facundo Cabral, es en su otra versión…
Hacemos esta introducción sin el menor propósito de pontificar, sino para contextualizar lo que ha pasado esta semana en Europa occidental y en la costa Este de Estados Unidos y Canadá. Es decir, en el norte contaminante que está sufriendo los efectos del cambio climático. Y lo cual no debe consolarnos en el sur, sino movernos a la acción.
En Alemania y Bélgica, el jueves pasado, las lluvias torrenciales han desbordado las represas provocando desastres sin precedentes. Hasta el momento, las agencias de noticias reportan 150 personas muertas y alrededor de mil desaparecidas por las corrientes indetenibles.
Entretanto, en Estados Unidos el jueves se incendiaron más de 400 mil hectáreas de bosques y en Canadá la ola de calor entre junio y julio ha superado los 49 grados centígrados. California ha ordenado el racionamiento de agua, mientras en ambos países del norte más de 300 personas han muerto a causa de los golpes de calor. Se recomienda no caminar bajo el sol e hidratarse al máximo dentro de casa, pero estar alertas si un incendio aparece.
La subida de los termómetros no es ningún asunto divino ni un mensaje apocalíptico. Que se entienda de una vez: esto es el resultado de los gases pesados enviados por las máquinas a la atmósfera. Los llamados CO2 al no poder salir de la capa protectora del planeta, rebotan como ondas de calor hacia los mares y los continentes, elevando sus temperaturas.
El aumento del calor no es un asunto divino, es la consecuencia de usar fuentes de energías sucias como el carbón, el petróleo y sus derivados para mover un mercado insaciable y egoísta, que produce bienes y servicios de lujo para el confort egocéntrico. Y es la consecuencia de cortar los bosques para convertirlos en pisto y comprar carros que se hartan de diesel, dejando la tierra sin capacidad de retención.
La nueva caravana de hondureños y hondureñas víctimas del huracán Eta y la tormenta Iota que se anuncia pronto se irá lejos porque la dictadura miserable junto con las iglesias oportunistas entregaron bolsitas de espaguetis y de café, algunos trapitos, pero no resolvieron nunca la contención de los ríos en el valle ni construyeron casas seguras ni procuraron nuevos trabajos verdes para la gente… esa caravana es consecuencia de este cambio planetario.
El éxodo de la gente no es un asunto de Moisés, es el resultado de un sistema cómplice, corrupto y maldito, que deja partir a su población en condiciones inhumanas porque luego recibe en remesas casi 10 mil millones de dólares anuales, suficientes para mantener la liquidez de los bancos, las reservas del BCH, el diezmo eclesial y el reemplazo de las exportaciones de productos tradicionales. Y así la mafia sigue dando sangre al sistema vampiro que traga cocaína y alimenta chafas inútiles, con la sangre del pueblo.
La dictadura de los hernández y sus secuaces propone una lista de 14 represas sobre los ríos del Occidente, de Choluteca, Francisco Morazan, Atlántida, El Paraíso, Olancho y de La Paz. Y no le dice al pueblo que esas represas en las circunstancias actuales de depredación generalizada de bosques por mafias delincuenciales serán más bien las causantes de monumentales inundaciones, como ha ocurrido esta semana en Bélgica y Alemania.
Esta gente perversa del llamado gobierno del crimen organizado hace creer que van a producir maravillosas cantidades de wats de potencia hidroeléctrica para toda Centroamérica y que van a evitar así los desastres aguas abajo. Con esa idea mataron a Berta Cáceres, por oponerse a la profanación del Gualcarque, el río Negro, el Cange y otros de Intibucá, que conducen el ciclo natural de vida hacia el mar.
La mafia capitalista insaciable sólo quiere dinero y más dinero, comodidad a cualquier precio, es una mafia estúpida incapaz de comprender que no pueden ir juntas la tala, los monocultivos, las minas a cielo abierto, la ganadería, los cultivos de oca y las represas. Se hacen los pendejos cuando el pueblo les grita que esa solución de represar los ríos es una trampa mortal a mediano plazo.
Sin embargo, el régimen del crimen organizado no puede escuchar, sólo ve venir los negocios de la transición energética que privilegia la electricidad sobre los combustibles fósiles, que deberá reemplazar las máquinas incluyendo los vehículos a combustión antes del año 2040, por sistemas de inyección eléctrica o híbridos. Es lo que ven mejor: los negocios por venir.
La dictadura criminal es incapaz de ver, por ejemplo, que el naufragio de 15 pescadores garífunas esta semana en aguas del mar Caribe no es un castigo divino ni la precariedad de su embarcación, el Falling Star. Lo que está en la base de esta tragedia que ha provocado la muerte de al menos 6 personas es el aumento del nivel del mar, que ha provocado el alejamiento de los bancos de peces, lo que obliga cada vez a la población garífuna a adentrarse mar adentro en busca del sustento familiar. Y allá encuentra la agitación del océano, que recibe cada día agua derretida de los polos y glaciares.
En el futuro inmediato, si las embarcaciones no son ampliadas en su calado y potencia, seguiremos con este tipo de tragedias en el mar. Mención aparte merece el hecho que aún teniendo las super lanchas israelitas, la naval de Honduras fue incapaz de encontrar a este grupo de compatriotas de la comunidad negra perdidos en el mar. Ellos mismos tuvieron que deshacerse de sus hermanos muertos por deshidratación, lanzaron sus cuerpos al agua para reducir el peso de la balsa y poder salvarse los vivos.
En medio de estas realidades no es relevante ocuparnos del coro estresante contra Cuba, que se defiende sola hace 60 años de un embargo feroz, inhumano y criminal, y que podrá salir adelante otra vez tras el pecado capital de ser el único país que resiste en América el embuste del modelo imperialista.
El planeta sigue calentándose, subió alrededor de 1,2 grados centígrados a partir de la era industrial, si subimos a 2 grados antes de 2050, fuego y agua nos acosarán de verdad. Y ese no será un asunto divino, será la consecuencia de las emisiones de gases de efecto invernadero; es decir, de los pedos tóxicos de este sistema depredador que quiere reconvertir a Cuba en taberna sexual, para impedirle que se convierta en el donador universal de vacunas contra la Covid.
Estos son los otros temas que debemos reflexionar, que nos deberían hacer cambiar de actitud de consumo, de comportamiento emocional solidario y humanista, para no dejar las cargas nuestras al ocupadísimo dios de los cristianos.
Buenas noches
Editorial Voces contraEl Olvido, sábado 17 de julio de 2021