Tegucigalpa.
Por Sandra Rodríguez
“Ellos creen que ganaron desapareciendo a gente, perdieron, perdieron la credibilidad histórica, el amor de sus compatriotas, la piedad cristiana y la razón del ser humano”. Oscar Aníbal Puerto.
¿Quiénes eran los detenidos desaparecidos por razones políticas? El histórico defensor de derechos humanos Oscar Aníbal Puerto, manifestó que todas estas personas eran la flor y nata, la fina flor de Honduras, no eran personas afectas al odio, sino que al contrario las desparecieron por amar demasiado al pueblo.
En el marco del 30 de agosto, Día Nacional e internacional de Detenido Desaparecido, el abogado Puerto explicó que esa figura de lesa humanidad es producto de la lucha de los pueblos por su liberación, por la conquista de la justicia y del bienestar social.
En la sexta conferencia de los países no alineados que fue del 3 al 7 de septiembre del 1979, en La Habana Cuba, se hizo una nueva planificación en el orden de los DDHH individuales y de los pueblos. Entre ellos los derechos humanos individuales está el derecho a la Vida, que es por excelencia y la cumbre de los DDHH, también el derecho a la integridad personal y la libertad.
Por la violación de estos tres derechos el Estado de Honduras fue condenado en 1988 en los casos de la desaparición forzada de los maestros Ángel Manfredo Velásquez y Saúl Godínez Cruz, durante el gobierno de Roberto Suazo Córdoba (1982-1986).
Por ambos compatriotas, hubo una indemnización económica, la que anduvo por los 830 mil lempiras, esto me ha llevado a una elucubración dolorosa, ¿Cómo es posible que una vida humana cueste 830 mil lempiras? Ni siquiera pagó el gobierno de Honduras un millón. La vida humana no tiene valor, no puede tasarse en monedas, ahí está uno de los defectos de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y la Corte-IDH, la vida humana es sencillamente invaluable, afirmó Puerto.
También se comprometió el gobierno de Honduras a pedir un perdón público a los familiares y al pueblo, y no lo cumplieron. Y a realizar una investigación de los responsables de las desapariciones y castigarlos de acuerdo a las leyes hondureñas, la sentencia legalmente promulgada quedó incompleta. Para vergüenza de Honduras, fue el primer país condenado a nivel continental por la desaparición forzada de personas.
Igual pasó con la sentencia por la desaparición y asesinato de Juan Humberto Sánchez (1992), el COFADEH también representó este caso, con el que el Gobierno si pidió perdón, en su momento le tocó por mala suerte al presidente Ricardo Maduro (2004), aunque la desaparición fue en el periodo de Rafael Leonardo Callejas (1990-1994), rememoró Puerto.
Manipulación de los medios de comunicación
Después del golpe de Estado del 2009, han sucedido más casos, como el de las hermanas Rosibel y Yolanda Urrea, Oscar Elías Muñoz, Reynaldo Cruz Palma y Donatilo Jiménez, al menos 12 ha registrado el COFADEH. Estos hechos desgraciadamente no trascienden a la opinión pública, porque Honduras es un país donde hay un control preocupante de los medios de comunicación, agregó el defensor.
No deja de ser bastante cuestionable la existencia real de la libertad de expresión en Honduras. Los medios masivos de comunicación mientras sean controlados por la burguesía nacional no se va a difundir la verdad, y el pueblo va a seguir engañado.
Lo que encuentra uno en los periódicos es amarillismo, mentira, manipulación, perversidad y politiquería barata, porque a este pueblo lo han mantenido engañado y oprimido tanto tiempo, el problema es que grandes sectores de la ciudadanía no se han dado cuenta de su situación y siguen por la misma línea que siguieron sus antepasados votando por el opresor, el enemigo, la persona que causa el subdesarrollo, por los que han traído a Honduras la desgracia absoluta, expuso el abogado Puerto.
Para el inicio de los años ochenta -el abogado Puerto, con mucha tristeza comentó que los militares y la Agencia Central de Inteligencia (CIA) por sus siglas en inglés, lograron paralizar al pueblo hondureño, según Emilio Mira y López, un psiquiatra español, estableció que la palara “aterrorizar” es quedarse pegado a la tierra, no accionar, ellos lograron aterrorizar a la población de Honduras en la década denominada por el mismo estado como “la década perdida”.
Por sus amigos empezó su activismo en DDHH
Yo entro en esta lucha cuando me indigné porque empezaron a desaparecer a grandes amigos míos, como Tomás Nativí, Manfredo Velásquez, Fidel Martínez y Gustavo Morales que fue mi compañero de trabajo, y al ingeniero Andrónico Espinal que fue el único que logramos salvar, con la presión internacional.
Andrónico era un trabajador del Instituto Hondureño de Desarrollo Rural, IHDER, que dirigía Óscar Puerto, por lo que “yo di la cara por el compañero, empecé a interponer recursos de Habeas Corpus que no llevaban a ningún resultado. Otro jefe se hubiera hecho a un lado, cruzaría de brazos, se lavaría las manos y se apartaría del problema, como lo hacen en la actualidad muchos, reflexionó el defensor.
Hay que aclarar que hubo ciudadanos que en aquella época nefasta mostraron valor e hidalguía. Una vez me llegó información a mi escritorio, cuando Espinal estaba desaparecido.
Un hombre llegó, me tiró un papel y salió corriendo, el mensaje decía “lo tienen en determinado batallón”, por lo que interpuse un Habeas Corpus en contra del comandante de ese batallón, nombraron jueza ejecutora a la abogada Linda Lizzy Rivera- actualmente sub Comisionada Nacional de los Derechos Humanos, CONADEH- ella llegó pero lo movieron de sitio de detención. En pláticas posteriores, la información era verdadera.
El recurso de Habeas Corpus o Exhibición personal, se continúa aplicando en casos de detención ilegal o desaparición forzada, pero con el mismo problema que hace treinta años; Se debe hacer cuantos escritos sean necesarios según a los lugares que se vaya a buscar a la persona detenida desaparecida, por lo que si lo trasladaban a 10 batallones había que interponer 10 recursos.
Esto no lo hacía funcionar porque se había dado una increíble complicidad de las autoridades judiciales con los militares, afirmó Puerto.
Y es que las autoridades judiciales informaban a los militares cuando nosotros habíamos preguntado por determinada personas, para que lo movieran a otro lugar, agregó.
¿Quiénes son los responsables de las desapariciones forzadas?
A criterio del histórico defensor de derechos humanos, “si vemos la situación dentro de este contexto, tenemos como resultado que en el caso de las desapariciones forzadas hay muchos culpables, no solo los militares, también abogadas, abogados y civiles. Era un aparato represivo bien organizado”.
¿Habría personas obligadas a ser parte de estos crímenes de lesa humanidad? Es una pregunta muy interesante que me he auto formulado muchas veces, a nadie se le puede obligar a ser malvado.
“Voy a comentar algo que no lo he hecho muchas veces, yo creo que todos estos que pertenecían a escuadrones de la muerte se ofrecieron voluntariamente como una forma de obtener granjerías, ascenso, reconocimiento dentro de las Fuerzas Armadas de Honduras (FFAA) y del gobierno de Estados Unidos de América, porque no todos los militares estaban involucrados en esto”.
Previo a desencadenar la represión eliminaron de las FFAA a los pocos militares honestos que ahí habían, parecido a alguna depuración que hay en la actualidad. Por lo tanto, el Estado tiene deuda pendiente con los Detenidos Desaparecidos, aseveró Puerto.
Hay un escritor argentino Ernesto Sábato, fue nombrado por su gobierno después de las dictaduras militares a presidir la Comisión de la verdad, después autor del documento “Nunca Más”.
Él habla de los desaparecidos en un lenguaje literario extraordinario, de la figura fantasmagórica de los desaparecidos es una de las creaciones de la mente humana más perversas en la historia de la humanidad, porque el problema está que no solamente afectaron a quienes desparecieron sino que a su núcleo familiar, porque dejaron a mujeres sin marido y niños huérfanos, a otros sin patria, pero hablemos de los que dejaron sin vida, muchos de ellos tenían hijos.
¿Quién vio por esos niños? Se pregunta el abogado, “Por eso mi tributo a COFADEH, que cumplió el papel sustitutivo de padre y de madre de esos hijos, les dio alimento y educación, algunos de ellos son profesionales distinguidos de este país”. El COFADEH cumplió una labor que le correspondía al Estado de Honduras, porque el Estado los desapareció por lo tanto debió darle a los familiares protección y ayuda, agregó.
El Estado tiene una deuda con estas familias, con la sociedad hondureña y universal. Porque las desapariciones forzadas son delitos de lesa humanidad, no son delitos que se quedan en el territorio nacional sino que trascienden, y no se quedan en un periodo histórico determinado, sino que se perpetúan a lo largo de la historia.
COFADEH, los desaparecidos y los militares
Puerto considera que hay una cuestión que singulariza y enaltece al COFADEH, es que no fue solo a la búsqueda de los desparecidos, sino que se fue a la causa por la cual habían desparecido, y esta era política, por lo que inicia en este país la lucha por el contra la presencia de tropas norteamericanas en Honduras que nada tienen que estar haciendo aquí.
En la declaración de La Habana está también entre los derechos de los pueblo, la soberanía de sus territorios. Cuantos años han pasado y el gobierno no ha hecho nada si quisiera retirar tropas norteamericanas de Palmerola, además estaba la asesoría militar israelita y argentina. En la década de los 80 los militares hondureños no estaban preparados para asesinar a sangre fría, les vivieron a enseñar.
Uno de los primeros asesinado fue Ángel Manfredo Velásquez, lo tenían detenido en el Primer Batallón de Infantería, y como los oficiales hondureños nos e atrevían a disparar a pesar de la orden que estaban recibiendo de parte de Gustavo Álvarez Martínez (general de las FFAA asesinado en 1989) que ahí estaban presentes, Álvarez lo mató a sangre fría para enseñarles que no tuvieran escrúpulos en matar, era un maestro dando clases de eliminación física de seres humanos.
La cuestión de la lucha de los desparecidos tenía que ver con la lucha de la soberanía nacional, la salida de tropas norteamericanas y la salida de la contra, porque Honduras estaba siendo ocupada en aquellos tiempos por varios ejércitos, el ejército de EEUU en Palmerola, la contra que era otro ejercito financiado por los EEUU a lo largo de la frontera con Nicaragua agrediendo a ese país desde Honduras, y habían bases miliares en norte utilizadas para el entrenamiento del ejercito de El Salvador, creo que si hubieran tenido alguna dignidad u orgullo los militares hondureños hubieran hecho algo por arrojarlos de nuestro suelo, reflexinó Puerto.
“Por eso les molestaba la dignidad de los luchadores sociales, toda esa situación que se vivió en los años 80 involucró a diversos sectores sociales y así fue mi involucración con el COFADEH”.
Cabe resaltar en esa época la acción del doctor Ramón Custodio, quien me orientó ante la desaparición de Andrónico Espinal. Llegue a ser el vice presidente del CODEH, éramos muy pocos los que salíamos a la calle, Custodio, Juan Almendares Bonilla, Carlos H. Reyes, Zenaida Velásquez (primera presidenta del COFADEH y hermana de Manfredo Velásquez).
Mi estima con los luchadores sociales, el COFADEH no es cualquier organización, no es caritativa ni nada de eso, es una gran familia, es algo más que una ONG los lazos de afecto son entrañables, el cariño que entre ustedes se cultiva es la riqueza más grande de COFADEH. El día que ese afecto recíproco desaparezca, el COFADEH va entrar en peligro, pero eso no va a ocurrir nunca, va haber COFADEH para rato.
En ocasión de uno de sus aniversarios yo dije algo “hubiera sido preferible que COFADEH no existiera” por una razón porque no hubiera habido desaparecido en Honduras. Esto es muy tarde decirlo, pero se funda en la esperanza de que iba a recuperar con vida a sus desaparecidos, fueron transcurriendo los años…
El COFADEH es un gran corazón palpitante, yo no puedo concebir a Honduras sin el COFADEH, finalizó el histórico defensor de derechos humanos en Honduras, Óscar Aníbal Puerto, quien sigue manteniendo la memoria histórica a través de sus escritos, siendo el más reciente Auras Otoñales.