En su histórico plantón del primer viernes de cada mes, el Comité de Familiares de Detenidos-Desaparecidos en Honduras compareció ayer a la Plaza de los Pañuelos Blancos con su innegociable reclamo de justicia desde 1982, y su lectura crítica de los acontecimientos del país.
En un comunicado divulgado en la céntrica plaza La Merced, el Cofadeh comunicó el propósito de la presencia de Gabriela Jiménez en las oficinas del Ministerio Público el miércoles, acompañada por el embajador de Costa Rica en Tegucigalpa.
Jiménez llegó a Honduras 40 años después de la desaparición forzada de su esposo Eduardo Aníbal Blanco Araya, en 1981. Ella vino a exigir justicia a los responsables de esa desaparición, que son ex agentes del Estado. Impunes.
La organización de víctimas acompañó este reclamo y pidió a las Naciones Unidas que se ocupen seriamente de arreglar las injusticias cometidas en el pasado por Honduras en su condición de Estado-Parte. La oficina de la ONU para los derechos humanos acompañó el reclamo en calidad de testigo.
En distintos momentos de la historia – 1984, 1987, 1990, 1996 y 2008, particularmente – las autoridades militares y civiles hondureñas se empeñaron en negar sus responsabilidades institucionales e individuales. Y mataron testigos claves.
En enero de 1988, tras la condena a militares del batallón de la muerte 3-16 por la desaparición de Manfredo Velásquez, el Estado asesinó a José Isaías Vilorio, jefe de los torturadores en la antigua DNI, y en ese mismo mes también asesinó al insigne profesor Miguel Angel Pavón, quien testificó la complicidad del poder judicial hondureño con las desapariciones forzadas. Ambos venían de testificar ante la Corte Interamericana, en San José, Costa Rica.
“Honduras no puede continuar hacia adelante con la práctica del gato enterrando sus detritus para impedir la expansión de su inmundicia, o con la mascarada del avestruz escondiendo su cabeza en los arbustos creyendo que oculta sus 140 kilogramos de impunidad”, dijo ayer el Comité de víctimas.
La negación de los hechos, el descrédito de las víctimas, el asesinato de testigos o el incendio de evidencias han sido los métodos cobardes de los agentes del Estado y sus marionetas, recordó la organización en su comunicado público.
También recordó sus condiciones para avanzar hacia el futuro sin amarras. Como lo hizo ante la Comisión presidencial de Paz y reconciliación en 1989, la organización enumeró ayer la justicia, la reparación y la memoria histórica de las víctimas como las únicas premisas para perdonar.
“Estamos de regreso con esta agenda histórica de reclamación, para que los liberales y nacionalistas, que ejercieron el poder entre 1980 y 2021, apoyados directamente por Estados Unidos y sus fuerzas armadas regionales, no puedan olvidar nunca sus deudas de gatos y avestruces”, subrayó el Cofadeh.
En la plaza central, siempre bulliciosa y concurrida, están guardadas en la memoria imágenes de los ex monigotes Suazo Córdova, Azcona y Callejas en cuyos períodos ocurrieron estos hechos que se relatan hoy aquí en Voces contra el Olvido. Figuran también el siniestro embajador John Demetrio Negroponte y sus compadres Álvarez Martínez, Humberto Regalado Hernández y otros especímenes de esa calaña innombrable.
Aquél fue el tiempo de la ocupación militar de Honduras por las hordas anti sandinistas armadas y entrenadas por la embajada de Estados Unidos en Honduras, y fue el tiempo de la ocupación total del territorio nacional por marines y bases de agresión contra El Salvador y Guatemala. Fue el tiempo macabro del Centro Regional de Entrenamiento Militar en Trujillo. Y fue el tiempo de la desaparición forzada y los asesinatos políticos de los mejores hombres y mujeres de este país.
Ayer, el Cofadeh le dijo a los partidos de la ignominia que entregaron el país a la muerte entre 1980 que en 40 años NO han podido callar las voces que recuerdan sus abusos, sus delitos y sus crímenes atroces desde la APROH, el batallón de la muerte 3-16 y otras estructuras del Estado.
No han podido contra el dolor, porque eso que ustedes hicieron contra nuestros seres queridos son crímenes de lesa humanidad que no se curan con olvido ni cansancio. Nosotras existimos todavía. Aquí estamos. Y estaremos hasta que la herida haya sanado con justicia, no hasta que ustedes crean que hayamos olvidado por agotamiento.
Así recordó el Cofadeh la historia olvidada y el calendario de las Naciones Unidas que tendrá siempre un 30 de agosto como Día internacional de las víctimas de la desaparición forzada y el calendario nacional tendrá igualmente esta fecha para recordar las personas detenidas-desaparecidas en Honduras.
En 2022, agosto nos permitió a las víctimas conmemorar y celebrar la vida alrededor del 30, prosiguió la organización humanitaria en su plantón. Además, nos dejó entre los hechos principales el inicio del proceso hacia la conformación de la nueva Corte Suprema de Justicia y el debate sobre el rol de los militares en el Consejo Nacional de Defensa y Seguridad.
Esos dos temas, subrayó el Cofadeh, que son de interés particular para las potencias extranjeras con influencia política y militar en Honduras, nos importan muchísimo a las víctimas del Estado y al pueblo en general. Por eso le decimos al Congreso Nacional que de ahí depende socar los nudos de la impunidad o cortar las anclas que amarran la democracia nacional.
Todo esto fue dicho a propósito de las posiciones cavernarias otra vez de liberales y cachurecos que insisten en poner los temas de defensa y seguridad en manos exclusivas de polizontes y soldados, restando en este caso el poder a la presidenta Xiomara Castro quien demanda civilidad sobre las cachuchas.
Todo esto fue dicho porque otra vez liberuchos y cachurecos apoyados por los interventores del norte quieren sus magistrados en la Corte Suprema en enero próximo, y eso no es lo que el pueblo demanda para enderezar este país.
No dudamos que estos dos temas, entre otros, a la memoria de la gran comunidad de derechos humanos, serán levantados por el hermano Ismael Moreno, filósofo jesuita hondureño que será honrado por el Congreso Nacional muy pronto. A él nuestro saludo especial y reconocimiento por representar también esta voz contra el olvido.
En su plantón, las familiares víctimas de la desaparición forzada concluyeron con un saludo a la Oficina del Alto Comisionado de la ONU por comparecer en calidad de testigo a la reclamación de Gabriela Jiménez ante el Ministerio Público. Saludaron, igualmente, la presencia en Honduras de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos que escuchó testimonios de víctimas de atropellos del Estado bajo el secuestro de los criminales organizados entre 2009 y 2021.
Al cierre, el Cofadeh pidió ayer al mundo que comparta toda la fuerza posible para hacer comprender a Honduras que no hay manera de huir del pasado y que no hay forma de construir el futuro de una sociedad enterrando el ayer.
Así fue, así es. Buenas noches
Editorial Voces contra El Olvido, sábado 3 de septiembre de 2022