No hay futuro enterrando el ayer

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Este primer viernes de septiembre de 2022, el Comité de Familiares de Detenidos-Desaparecidos en Honduras comparece a la Plaza de los Pañuelos Blancos con su innegociable reclamo de justicia de 1982 y su terquedad por la esperanza de siempre.
Estamos aquí acompañando a la costarricense Gabriela Jiménez en su reclamo al Estado de Honduras por la desaparición de su esposo Eduardo Aníbal Blanco en 1981 y exigiendo a las Naciones Unidas que se ocupen seriamente de arreglar las injusticias cometidas en el pasado por este Estado-Parte.

Honduras no puede continuar hacia adelante con la adecuada práctica del gato enterrando sus detritus para impedir la expansión de su inmundicia, o con la mascarada del avestruz escondiendo su cabeza en los arbustos creyendo que oculta sus 140 kilogramos de impunidad.

La negación de los hechos y el descrédito de las víctimas de la desaparición forzada han sido los métodos cobardes de los agentes del Estado y sus marionetas; la justicia, la reparación y la memoria histórica son, en cambio, las únicas estrategias de nuestro perdón.

Estamos de regreso con esta agenda histórica de reclamación para que liberales y nacionalistas, que ejercieron el poder entre 1980 y 2021, apoyados directamente por Estados Unidos y sus fuerzas armadas regionales, no olviden nunca sus deudas de gatos y avestruces.

En 40 años NO han podido callar estas voces que recuerdan sus abusos, sus delitos y sus crímenes atroces desde la APROH, el batallón de la muerte 3-16 y otras estructuras del Estado.

No han podido contra el dolor, porque eso que ustedes hicieron contra nuestros seres queridos son crímenes de lesa humanidad que no se curan con olvido ni cansancio. Nosotras existimos todavía. Aquí estamos. Y estaremos hasta que la herida haya sanado con justicia, no hasta que ustedes crean que hayamos olvidado por agotamiento.

El calendario de las Naciones Unidas tendrá siempre el 30 de agosto como el Día internacional de las víctimas de la desaparición forzada y el calendario nacional tendrá igualmente esa fecha para recordar las personas detenidas-desaparecidas en Honduras.

En 2022, agosto nos permitió a las víctimas conmemorar y celebrar la vida alrededor del 30. Además, en Honduras nos dejó entre los hechos principales el inicio del proceso hacia la conformación de la nueva Corte Suprema de Justicia y el debate sobre el rol de los militares en el Consejo nacional de defensa y seguridad.

Esos dos temas, de interés particular para las potencias extranjeras con influencia política y militar en Honduras, nos importan muchísimo a las víctimas del Estado y al pueblo en general. Por eso le decimos al Congreso Nacional que de ahí depende socar los nudos de la impunidad o cortar las anclas que amarran la democracia nacional.

En semejante contexto saludamos el acompañamiento de la Oficina del Alto Comisionado de la ONU en calidad de testigo de la reclamación de Gabriela Jiménez ante el Ministerio Público, y la presencia de la CIDH que escuchó su testimonio junto al de otras víctimas de atropellos del Estado bajo el secuestro de los criminales organizados (2009-2021).

Del mundo exterior esperamos toda la fuerza para hacer comprender a Honduras que no hay manera de huir del pasado, no hay forma de construir el futuro enterrando el ayer. It ‘s ok?

De los hechos y de los hechores, ni olvido ni perdón
Cofadeh

Tegucigalpa, M.D.C., 2 de septiembre de 2022