Los pueblos víctimas de la re-colonización por el hegemón militar del momento sufren el saqueo de sus bienes y de su esperanza.
Esa pérdida de esperanza la vemos pasar a través de Honduras en el rostro de las personas migrantes del Caribe, Sudamérica, África y Asia.
El ejemplo de sufrimiento lo vemos en Haití, Ecuador, Perú y más recientemente Argentina, ocupados militarmente por el narcotráfico, la violencia armada y el Comando Sur, coincidentemente.
En el caso de los pueblos de Nicaragua, Cuba y Venezuela, son expertos en sufrimientos y afortunadamente en creatividad para salir adelante sin doblar la rodilla al imperio de la fuerza, del odio y la violencia.
Honduras resistió 13 años a ese modelo que combina bases militares, corrupción, bandas criminales, narcotráfico y violencia sistémica, y apenas ha empezado la transición hacia la dignidad y la recuperación económica.
Por esos sufrimientos infringidos, este país perdió más de millón y medio de personas después de 2009. Se fueron de Honduras, porque la élite local y las agencias extranjeras destruyeron su esperanza.
Hoy que vemos al pueblo de Venezuela sufrir casi mil sanciones por parte de Estados Unidos, que no admite la autodeterminación e impone su voluntad para robar los bienes ajenos y nombrar su presidente ridículo, la humanidad no se puede callar.
En el plantón de ayer viernes, el Comité de Familiares de Detenidos-Desaparecidos en Honduras alzó su voz. Habló en su condición de víctima de la política exterior de Estados Unidos en 1980 y en su condición de miembro de la comunidad internacional no estatal.
El Cofadeh consideró un deber ético denunciar la imposición del fascismo odiante como modelo de relacionamiento en Venezuela y se solidarizó con la presidenta Xiomara Castro, que ha sido objeto de ataques por posicionarse del lado correcto de la historia.
Desde esta plaza de los pañuelos blancos expresamos nuestra sororidad con Xiomara Castro Sarmiento, dijo el Comité, por ser víctima de gestos de odio y violencia verbal de senadores gringos de origen latino, de diplomáticas injerencistas y de opositores locales misóginos, que se tragan la historia infantil del fraude contada por Elon Musk y sus máquinas espaciales.
Las madres y esposas que hemos sufrido el bullying de una derecha nacional represiva alimentada por la CIA, el Pentágono y sus escuadrones de la muerte tenemos la facultad de rechazar la violencia imperial contra los pueblos y sus legítimas autoridades, subrayó la organización.
El Cofadeh se unió a la expresión de dignidad, claridad y precisión del presidente de México, Manuel López Obrador: nadie tiene pruebas de fraude en las elecciones del 28 de julio y ya basta de intervencionismo.
Ningún gobierno está autorizado a emitir un fallo dando perdedor o ganador a un candidato de otro país. ¿Qué es eso? No existe un gobierno mundial. Meterse desde fuera con Venezuela no tiene nada que ver con la democracia ni con el respeto a la independencia, a la libertad, a la soberanía de los pueblos.
Después de esta cita de López Obrador en su plantón del viernes, el Comité saludó la valentía del pueblo venezolano y condenó las sanciones inhumanas de Estados Unidos al que llamó falso Juez Universal, actor militar que se esconde detrás de súbditos políticos, marionetas sin escrúpulos como ese señor implicado en la masacre de religiosos jesuitas en El Salvador.
Enseguida, la organización humanitaria llamó la atención sobre los grupos locales de derecha extrema que difunden mensajes anticipados de sospecha sobre los procesos electorales previstos para el próximo año, en vez de prepararse para competir y ganar.
Lejos del señor de Tesla que quiere el Litio usando su X odiante y lejos del Pentágono que quiere todo lo demás, debemos ocuparnos de las carretas locales que repiten el guión que les dictan los canallas de toda laya.
Nuestra recomendación a la presidenta Castro – sugiere el Cofadeh – es que utilice los instrumentos institucionales del Estado para no dar ningún espacio a las fuerzas criminales que empujan la desestabilización fascista en el país. Que imponga la Ley y la justicia.
Consciente que esta visión expresada en su plantón mensual choca las acciones injerencistas de la embajada de Estados Unidos en Honduras, el Comité de Familiares de Detenidos – Desaparecidos recomendó una diplomacia que respete las formas, la cultura local y que diferencie bien la política de la milicia.
Los Estados soberanos se respetan. Y su paciencia también se agota con los colonizadores que mienten, destruyen, desaparecen, torturan, arrebatan y odian con supremacismo.
Buenas noches
