NADA JUSTIFICA LA BRUTALIDAD, NI SIQUIERA UNA PANDEMIA

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Veníamos de ver el martes la bestialidad de la policía contra una pareja de hermanos en Campamento, Olancho, cuando aparece la madrugada del viernes otro hecho salvaje contra la residencia de una mujer sobreviviente de la masacre de El Tumbador, en la comunidad Guadalupe Carney, en Trujillo Colón. Un allanamiento ilegal ejecutado por caballos uniformados a las cinco de la mañana dejó destartalada la casa de Lilian Urrea y el arresto de dos de sus hijos.

Y no salíamos del estupor por ese hecho cuando el defensor del agua, la tierra y la vida, Juan López, denunció la mañana de ayer viernes que sigue siendo víctima de una campaña de desprestigio que incluye a Reynaldo Domínguez, Juana Esquivel y Leonel George. Todos defensores sociales en Tocoa, Colón.

En abril pasado hubo más de 160 casos de abusos de autoridad similares sopretexto de combatir el virus Covid19, cuya cuarentena ha servido para enriquecer aún más a los corruptos y para facilitar la exportación de toneladas de drogas sintéticas a Europa y los Estados Unidos desde territorio hondureño.

Teniendo aún caliente la presentación del segundo informe del mitch al golpe y de la pandemia al autoritarismo, y viendo enfrente la conmemoración de la Semana Internacional del Detenido-Desaparecido a partir del próximo miércoles, en realidad no sabemos qué hacer esta noche.

Esta es una opinión editorial que está desafiada por esos temas enunciados que golpean la actualidad de Honduras en medio de la crisis generada por la pandemia del Partido Nacional y Liberal, que juntos unidos destruyen Honduras desde hace ratos.

La mortalidad de estos dos partidos es tan elevada que sobrepasa las 200 personas asesinadas y desaparecidas desde 1979 hasta la fecha. Cachos y colorados detuvieron ilegalmente para torturar y matar a hombres y mujeres que accionaban con sus manos y las armas de sus ideas para no entregar a Honduras a este capitalismo salvaje que hoy tiene al 70 por ciento de 9 millones de personas en la pobreza y la miseria. Así de simple y así de claro.

En esos asesinatos son responsables los empresarios de 1982 que constituyeron la APROH para reunir dinero a favor de los militares siempre voraces, siempre mercenarios, siempre cobardes, a la sombra de Rosuco, Flores, Callejas y por supuesto de la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos y de su embajada en Tegucigalpa.

En esta última semana de mayo, declarada así desde hace 39 años en toda América Latina, porque fue justo en el mes de las madres cuando los miserables más practicaron las órdenes salvajes de Videla, Maceras, Pinochet, D´Aubison, Álvares y otros canallas, nosotros rendimos homenaje a las personas detenidas-desaparecidas en nuestro país. Nuestros seres queridos, heroínas y héroes de la Patria, les cuadre o nos les cuadre, culpables!

Este homenaje en 2020 es porque no estamos en el pasado, al contrario, este es un tema del futuro. A los asesinos del batallón 3-16 les decimos que nunca van a tener paz, aunque tengan dinero, anonimato e impunidad. Ustedes han tenido la oportunidad de veneir y testificar, de morir en paz frente a las madres de las víctimas, pero han preferido vivir matándose enrte ustedes o arrinconándose en sus miserias. Cobardes!

No es casual que la APROH haya sido reemplazada por el Consejo Empresarial de América Latina, CEAL, la mafia que financió el golpe de Estado, que respladó el continuismo y que hoy dirige desde Miami las compras corruptas de la pandemia.

No es casual que el escuadrón de la muerte haya sido sustituido por la Policía Militar, que es la responsable de dirigir la política represiva de la dictadura contra la población, al tiempo que es incapaz de impedir la producción y transportación de cocaína y heroína a Francia, Italia y Estados Unidos.

No es casual que la industria militar estadounidense tenga a un hombre similar al que tenían en 1982 en la Casa Blanca, Trump y Reagan son dos desastres para la humanidad peores que el Covid19.

No es casual que ese mismo sistema haya elegido en Honduras para continuar su plan Cóndor a un hombre ambicioso, horriblemente pernicioso para el país, incapaz de hacer algo siquiera por su propio departamento de origen, el más aislado y empobrecido de la nación, manchado con un laboratorio de drogas en La Iguala que hoy tiene preso a su hermano a la espera de una sentencia aleccionadora para el clan.

Estas recordaciones de los parientes de los desaparecidos por razones políticas no es un acto de venganza. Es el mínimo esfuerzo de memoria histórica que podemos hacer en la víspera del 27 de mayo, día de arranque de las conmemoraciones internacionales en España, México, Colombia y toda Latinoamérica.

¿Dónde están las 83 mil personas desaparecidas en Colombia, las 90 mil en Chile, Argentina, Guatemala, El Salvador y Honduras? ¿Por qué solo tenemos información de algunas personas? ¿Quiénes han impedido que se conozca el paradero de nuestros seres amados? ¿Por qué se los/as llevaron? Respondan miserables!

Nos despedimos expresando solidaridad a Lilian Urrea, una de las mujeres sobrevivientes de la masacre El Tumbador en 2010, cuya casa fue destruida por la policía para detener a dos de sus hijos, Darwin José y Nelson Ariel, que se suman a Francisco Ramírez, otro sobreviviente de aquella masacre de los guardias y soldados de Facussé. Francisco fue capturado para exhibirlo como usurpador y luego tuvieron que liberarlo.

También nos despedimos abrazando en solidaridad a Juan López, Reynaldo Domínguez, Juana Esquivel y Leonel George, quienes están siendo perseguidos por el aparato mediático del crimen organizado de Colón que insiste en destruir con minas y represas la parte alta del departamento.

De los hechos y de los hechores hay que decir siempre, ni olvido ni perdón.

Buenas noches!

Editorial Voces contra El Olvido, sábado 23 de mayo de 2020