«Me siento liberada, como mujer me siento importante y valorada. Las mujeres tenemos algo especial cuando nos entregamos a una lucha justa, por la defensa de los bienes comunes. Una mujer engendró a Jesús, estoy orgullosa de ser mujer y de ser fuerte, como una roca difícil de roer y si lo logran roer la piedra tendrán que batallar mucho» fragmento de un testimonio.
Por: Sandra Rodríguez
Tegucigalpa.- Las comunidades indígenas históricamente han sido marginadas, y en la actualidad continúan la lucha por la defensa de los bienes comunes y el territorio, lo que genera constante represión, criminalización y hasta la muerte.
Y ¿Cómo sobreviven las comunidades indígenas a la violencia del Estado de Honduras? Ante esa pregunta, se les atendió por parte del Centro de Prevención Tratamiento y Rehabilitación de Víctimas de la Tortura y sus Familiares (CPTRT), específicamente a integrantes el caso del Movimiento Indígena Independiente Lenca de la Paz- Honduras (MILPAH), y los resultados los presentaron ayer en Tegucigalpa.
El poder liberar emociones y continuar dejando a un lado los miedos, fue a través de terapias testimoniales, conversaciones grupales, meditaciones en la naturaleza y ceremonias desde su cosmovisión indígena religiosas.
El pueblo indígena lenca de Honduras, habita en territorios ancestrales, ubicados en su mayoría en los departamentos de La Paz, Intibucá y Lempira. Pese a que la Constitución de la República, en su artículo 346, dicta tomar medidas de protección de los derechos e intereses de las comunidades indígenas; así mismo el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), sobre los derechos de los pueblos indígenas y tribales; y la Declaración de la Naciones Unidas sobre los Pueblos Indígenas, éstos no son respetados.
Para el caso, desde el año 2010, sin consulta previa el Congreso Nacional concesionó territorios ancestrales para la construcción de represas hidroeléctricas y extractivismo minero en La Paz, viéndose el pueblo a enfrentarse a poderes económicos, políticos y sociales para no permitir que invadan su región, informó el CPTRT en su evento.
La afectación emocional es directa en la población, porque para los Lencas, el despojo de sus territorios ancestrales es la destrucción de su forma de vida, es la pérdida de su agricultura, de la soberanía alimentaria. Perder sus ríos, perder sus bosques y montañas, es alterar su equilibrio armónico con la Madre Tierra, en definitiva, es su destrucción como pueblo.
La destrucción se llega a lo físico, incluso cuando una doctora ladina no atiende debidamente a una indígena, le reclama hasta por si está embaraza nuevamente, eso es maltrato en cuanto a la decisión de cada ser humano y de nosotras por la vida, compartió Donatila Girón, del municipio de Yarula.
Por su parte, María Felícita López, coordinadora de MILPAH-Mujeres, dijo que esta oportunidad se ser escuchadas, se lo agradecemos al doctor Juan Almendares Bonilla, director del CPTRT, e histórico defensor de los derechos humanos
MILPAH ha emprendido la defensa legítima y legal contra el despojo y explotación de sus territorios. En respuesta, el Gobierno, actualmente dirigido de manera ilegal por Juan Orlando Hernández y grupos de poder impulsan campañas de represión, persecución, hostigamiento y criminalización contra líderes.
Además de ser discriminados por diversos sectores, incluso religiosos, los integrantes de MILPAH han sufrido tortura, tratos crueles, inhumanos y degradantes por parte de policías y militares, estas acciones han generado daños a la salud mental y física de las víctimas, sus familias y sus comunidades, afirmó el CPTRT.
Cabe señalar que la terapia testimonial parte de la narración de las experiencias traumáticas, transforma el sufrimiento V la vergüenza en dignidad V virtud, se promueve la autoconciencia reparadora V se descubre la resiliencia interna de la persona.
Si la víctima lo desea, se comparte el testimonio en una ceremonia de sanación dentro de su dimensión espiritual, sociocultural y religiosas. Y es que para el pueblo Lenca esa es su vida entre árboles, ríos y montañas, bajo el cielo azul y viento fresco, no entre muros de concreto y calles pavimentadas, expresaron en la presentación del CPTRT.
El11 de octubre de 2017, en la comunidad de Palo Blanco, municipio de Santa Elena, se realizó la Ceremonia testimonial. Desde la cosmovisión Lenca, las victimas compartieron con sus familias y la comunidad sus testimonios de vida. Los relatos traumáticos de dolor, tristeza y humillación se convirtieron en testimonios de empoderamiento, de dignidad y virtud.