Tegucigalpa.- “Duele mucho. Es una tragedia que no se va a poder superar nunca”, expresó con lágrimas en sus ojos Sabina Maribel Mejía Vides, madre de Ángel Ariel López, menor de 15 años que murió luego de recibir un disparo de un agente de la Policía Nacional.
El hecho ocurrió en el sector Sabana Larga, municipio de San Marcos de Ocotepeque, Ocotepeque, el sábado 5 de abril, cuando el menor de edad, en compañía de otro adolescente, se conducían en una motocicleta y no hicieron parada en un retén policial.
Uno de los agentes disparó su arma de reglamento e hirió al menor de edad en la cabeza, y con el fin de salvarle la vida fue trasladado a un centro asistencial a la ciudad de San Pedro Sula, pero debido a la gravedad de la herida falleció.
Su madre Sabina Maribel Mejía Vides señaló que es una tragedia que no se va a poder superar nunca y responsabilizó a la policía del crimen de su hijo.
“Ellos (la policía) tienen que saber, porque la muerte de mi hijo no se puede quedar así. Espero que se haga justicia, que busquen a la persona que hizo esto y que no la suelten, que se haga justicia, eso es lo que pido”, dijo Sabina Mejía a Noticias Cablemar, entre sollozos, mientras miraba el féretro de su hijo.
Dijo que ha sido duro, porque nunca pensó que su hijo perecería de esa manera, que es la noticia más dolorosa que ha recibido en mi vida, porque le han quitado la vida a su hijo y que duele mucho.
“Él era un niño cariñoso y nunca me dio queja alguna. Nunca me faltó el respeto en ninguna manera”, manifestó la madre de Ángel Ariel.
Expresó que Ángel Ariel soñaba que algún día él iba a tener su casa y que yo iba a estar con él siempre.
“Siempre él llegaba con cualquier cosa, y me decía mami aquí le traigo. Siempre se expresaba de una manera tan especial”, confesó.
Por su parte, Nolvia Aracely Juárez Mateo, madrastra del menor, responsabilizó a la policía de su muerte, “no fue de advertencia, porque si hubiera sido de advertencia habría sido al suelo o al aire, pero se lo hicieron a él, prácticamente fue para matarlo”.
Indicó que el niño no era delincuente, que era un niño trabajador, con muchos sueños y que él soñaba con sacar adelante su madre.
“Él siempre soñaba con tener lo que nosotros como padre no le podíamos dar. Él solo soñaba con trabajar”, señaló Nolvia a Noticias Cablemar.
Ángel Ariel se dedicaba a cortar café y limpiaba también las fincas. Era un muchacho bastante soñador.
“Se comportaba muy bien, era un niño muy lindo, muy educado, muy amoroso. Era un niño que no me dejó queja alguna, nunca me reprochó nada”.
Finalmente dijo que nunca nos esperábamos esto. Lo esperábamos ahorita para Semana Santa porque era cuando él iba a venir, pero lastimosamente, le arrebataron la vida.
