Lucha contra la corrupción y la impunidad es la bandera más sentida de los hondureños

0
1822

Tegucigalpa.

Luis Almagro, Secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), señaló este martes durante los actos del 20 aniversario de la Convención Interamericana contra la Corrupción (CIC), que la lucha contra la corrupción y la impunidad es la bandera más sentida por los hondureños.

En su mensaje vía vídeo, Luis Almagro, Secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), sostuvo que la lucha contra la corrupción requiere medidas preventivas y represivas, nacionales e internacionales y que los Estados y el sector privado, la sociedad civil y la comunidad internacional sean íntegramente parte de la solución.

Para evitar que la Convención de convirtiese en un tratado que reposa en alguna vitrina los Estados miembros crearon en el 2002 el Mecanismo de Seguimiento de la Implementación de la Convención Interamericana contra la Corrupción (MESICIC), un mecanismo de evaluación recíproca con participación de la sociedad civil y el apoyo técnico de la OEA.

Almagro señaló que la OEA no cejará el apoyo a los Estados porque contra la corrupción su invariable respuesta es tolerancia cero.

Indicó que así lo están haciendo con la Misión de Apoyo contra la Corrupción y la Impunidad en Honduras (Maccih), que en menos de un año ha colaborado decisivamente en reformar aspectos claves de la institucionalidad anticorrupción del país.

Asimismo señaló que la celebración del 20 Aniversario de Convención Interamericana contra la Corrupción se ha realizado en Honduras, donde lucha contra la corrupción y la impunidad es bandera más sentida por ciudadanía del país.

Finalmente expresó que aspiran a sociedades con transparencias, integridad, rendición de cuentas e igualdad frente a la ley y así erradicar los odebrecht, lava jatos o Panamá papers.

La Organización de los Estados Americanos (OEA) celebró este martes en Tegucigalpa el Vigésimo aniversario de la ratificación de la Convención Interamericana contra la Corrupción, con un panel de debate en el que se analizó los logros, desafíos, lecciones aprendidas y ejemplos del Mecanismo de seguimiento de dicha Convención.

El evento, que se realizó en la Universidad Tecnológica Centroamericana (UNITEC) contó con la presencia de la Representante de la OEA en Honduras, Embajadora Claudia Barrientos; el Rector de UNITEC,  Marlon Brevé; del Vocero de la MACCIH, Juan Jiménez; el Presidente de la Corte Suprema de Justicia, Abogado Rolando Argueta y el Ministro Coordinador de Gobierno, Jorge Ramón Hernández Alcerro.

Los paneles de debate abordaron el camino recorrido por la Convención y el Mecanismo de Seguimiento de su implementación (MESICIC), la evolución y utilidad de los análisis y recomendaciones del proceso, los ejemplos hemisféricos en su implementación y el rol de la sociedad civil.

Los panelistas que participaron fueron Carlos Manfroni, negociador de la Convención y autor de libro sobre ésta; Angélica Isabel Maytín Justiniani, Directora Nacional  de  Transparencia y Acceso a la Información, Autoridad  Nacional de Transparencia y Acceso  a  la  Información  (ANTAI), Experta Titular de Panamá, ante el Comité de Expertos del MESICIC.

También Ángel Bruno, Presidente de la Comisión de Seguimiento del  Cumplimiento de  la  Convención Interamericana contra la Corrupción de Argentina; Laura Martínez, Oficial Jurídico Principal, Departamento de Cooperación Jurídica de la OEA.

Jorge Ramón Hernández Alcerro, Ministro Coordinador de Gobierno, indicó que el combate a la corrupción debe ser sistémico y debe abarcar los distintos segmentos de la población.

Asimismo expresó que parte importantísima es sin duda el esfuerzo de limpiar las instituciones públicas de las prácticas corruptas, hacer que las mismas instituciones públicas reaccionen contra las violaciones a las reglas de conductas de los servidores públicos, con respuestas que sean ejemplarizante.

La Convención Interamericana contra la Corrupción, que entró en vigor en 1997, fue ratificada hasta ahora por 33 de los 34 Estados Miembros, lo que la convierte en el tratado interamericano más ratificado después de la Carta de la OEA y el primer instrumento jurídico de carácter internacional anticorrupción.