La alianza partidaria LIBRE-PSH formó gobierno a partir del 27 de enero 2022 sobre los escombros de un Estado que hoy avergüenzan a la sociedad consciente.
Ese es un detalle central, obligatorio al momento de analizar las cosas para no caer en ese comportamiento tonto de opositores de costumbre. De twitteros de la desesperanza, de facebukeros de los cien días.
Honduras a nivel institucional es un desastre, un amasijo resultante de una catástrofe de dimensiones gigantes… del tropel de bestias feroces que la patearon con apetito siniestro.
Por eso hemos dicho con insistencia que estos no son los primeros 100 días normales de un gobierno a otro, esta es la transición de una dictadura corrupta y narcotraficante de 12 años hacia un gobierno popular.
La nueva gestión comparte ministerios, las designaciones presidenciales, los cargos de la junta directiva del Congreso Nacional, y comparte el cariño, la alegría y la fuerza del pueblo vigilante. Este es el gobierno de una alianza interpartidaria de base popular.
O sea, no es el gobierno de Xiomara Castro. Hay que decirlo para que el patriarcado feroz no la cargue contra ella en su condición de mujer, una tendencia maligna sobre todo en estos días…
La alianza gubernamental PSH-Libre-PINU y Honduras Humana no enfrenta al ya extraditado líder del cártel del crimen organizado que asfixió la democracia. Pero enfrenta la permanencia de la estructura sobre la cual el tal joh afianzó su visión depredadora del poder. Y eso es grande.
Las fuerzas armadas que sostuvieron el crimen organizado siguen intactas siempre listas a obedecer al cachurequismo y al Comando Sur de los Estados Unidos y no a la Constitución de Honduras. Misma situación para la policía, con algunas excepciones.
La Corte Suprema de Injusticia es propiedad del gobierno liberal nacionalista, del orlandismo y del florismo, así como es del mimo binomio perverso la fiscalía general, el Comisionado de Derechos Humanos y el servicio exterior, entre otros feudos no tocados.
Por eso es injusto valorar cien días de Xiomara o de su partido Libre, y es además ridículo hacerlo porque los criminales están encasquetados en la estructura haciéndose los ofendidos si les anuncian la cancelación de sus contratos.
Los carteles religiosos que derramaron aceite y agua bendita sobre los malditos negocios narcos a cambio de diezmos y limosnas siguen ahí con sus predicadores zalameros, ni siquiera avergonzados de haber sido reemplazados por rabinos oportunistas.
En cuanto a los bancos, auténticas estructuras sangrantes de los bienes naturales de Honduras, lavadores de oficio del dinero ensangrentado del crimen organizado, están ahí con sus tentáculos pútridos extendidos como pulpos impidiendo los cambios.
En ese contexto, la llegada de la nueva embajadora de Estados Unidos a Tegucigalpa representa un soporte ideológico y político a esos enemigos de Honduras. Las primeras visitas de doña Laura han sido precisamente a los actores arriba mencionados. Y esas son pésimas señales.
En cuanto a los gobiernos municipales, controlados la mayoría por ruines reelectos, son ejemplos de desarrollo encementado que no cambia realmente las cosas a nivel de los territorios donde vive la gente.
En medio de estas circunstancias horribles Honduras tiene a una mujer Presidenta con amplia y sincera sonrisa que inspira esperanza entre la población. Ella tiene claridad en las acciones que debemos impulsar para desmontar la estructura criminal.
Xiomara Castro está centrada en el respeto a los derechos humanos, el acompañamiento a las personas más empobrecidas del país, la recuperación de la soberanía jurídica y política del Estado, la reconciliación nacional en base a justicia, y la confrontación a la corrupción. En esos propósitos el acompañamiento es total. Esas tareas ya no son exclusivas del CNA ni serán de la CICIH, pertenecen al pueblo empoderado.
En cuanto a Salvador Nasralla, el otro personaje importante de la alianza, definitivamente él está caminando suelto por su lado, a veces desorientado sin señales serias de integración, sintiéndose presidente del 2013 y del 2017, sin adaptarse a la designación presidencial que es lo que existe en la Constitución.
Para evitar en el futuro un descuadre de ese comportamiento que complique aún más el panorama, es bien importante hablar desde ahora con Salvador. Tenemos que explicarle que la reconstrucción de Honduras hay que trabajarla más allá de estos miserables 100 días que no aplican a una transición normal. Debemos insistir a Salvador que esta alianza es la única posibilidad de darle continuidad a los cambios en 2026, sin los narcos y sin los corruptos. Y que su partido y su gente son valiosos para ese propósito de largo plazo. De acuerdo?
Ahora, unas palabras sobre el nuevo juicio internacional que el Estado de Honduras enfrentará la próxima semana en la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) en San José, Costa Rica. El asesinato de Herminio Deras García el 29 de enero de 1983 en la avenida Junior de San Pedro Sula es el caso a ventilar.
Acordado por las partes en agosto de 2020, el juicio es para reparar todos los daños directos – incluyendo detenciones arbitrarias, torturas y exilios — provocados contra toda la familia Deras García en El Progreso, Yoro, desde 1977 hasta nuestros días.
Deras García era educador, consejero sindical y dirigente del Partido Comunista de Honduras al momento de su ejecución extrajudicial por el militar Marco Tulio Regalado Hernández, miembro del batallón de la muerte 3-16 en la zona norte de Honduras.
El escuadronero Regalado Hernández cometió el crimen, pero el 3-16 era el Estado. Era Suazo Córdova y Carlos Flores el partido Liberal. Eran Mario Rivera y Ramos Soto líderes de la APROH del partido nacional. Y era Álvarez Martínez el líder de la muerte apoyado por la CIA y el Pentágono estadounidense.
La Corte está clara de ese contexto en el cual ocurrió el asesinato del líder social Herminio Deras. Era el tiempo de la “doctrina de seguridad nacional” impuesta por Ronald Reagan y adoptada ciegamente por el régimen militar-liberal-nacionalista de entonces, que prejuzgaba la condición sindical y militancia comunista como objetivos de exterminio.
El Comité de Familiares de Detenidos-Desaparecidos en Honduras (COFADEH), que representa y acompaña a la familia Deras García en este juicio internacional, confía que la petición de fondo para reparar integralmente las violaciones de derechos humanos en este caso, a satisfacción plena de los familiares, será cumplida por el Estado de Honduras sin dilaciones y sin recriminaciones de ninguna naturaleza.
Para evitar el déficit moral de la sociedad hondureña en relación a otros casos condenados, pero no investigados internamente, esta vez se exige al Estado completar la investigación que responsabiliza a Marco Tulio Regalado como ejecutor material del crimen y establecer todas las demás responsabilidades en justicia penal ordinaria, para que la estructura criminal que cometió tales atrocidades comprenda que sus actos no prescriben.
Por todo esto, Honduras necesita recuperar un Ministerio Público y una Corte que impidan la impunidad asegurando la verdad y la justicia en tiempo, en forma y fondo, de tal manera que no se prolongue la agonía de las familias víctimas de tales atrocidades desde el poder.
Buenas noches!
Editorial Voces contra El Olvido, sábado 7 de mayo de 2022