LOS NUEVE AÑOS

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Han sido nueve años de resistencia social desgastante de la energía colectiva, y martirizante, porque son muchos Honduras tus muertos. Pero es verdad que, también, ha sido un tiempo de maduración y crecimiento de la conciencia colectiva capaz de grandes hazañas.

Han sido nueve años de violaciones continuas y sistemáticas a los derechos humanos de la población por las Fuerzas Armadas, la Policía pretoriana al servicio de la élite golpista, y las bandas paramilitares del crimen organizado, que tomaron control de los tres poderes del Estado.

Han sido nueve años de ataques directos a las personas que defendemos la vida, la libertad y las garantías constitucionales, particularmente las mujeres, las juventudes, periodistas y comunicadores, enseñantes, abogadas y defensores populares. Pero es cierto, igualmente, que miles de personas en todo el país se convirtieron en escudos, acompañantes, procuradores, portavoces, denunciantes… defensoras!

Han sido nueve años de robos y fraudes a la población por los delincuentes políticos, religiosos, mediáticos, falsos empresarios lavadores, y delincuentes uniformados, todos avalados en todo por el Comando Sur y el Departamento de Estado de los Estados Unidos y sus agencias secretas ubicadas en el territorio nacional.

Pero aún con su corrupción descomunal, su tráfico de drogas e influencias, y con su maquinaria ideológica de la normalización, no han podido en nueve años vencer la población que trabaja con las uñas por la construcción de un nuevo país, liberado de este secuestro continuado que es el golpismo.

Hace nueve años en San Pedro Sula, la incorporación de Cuba a la asamblea general de la OEA realizada en marzo de 2009, en presencia de la poderosa dama Hilaria Clinton, daba un vuelco a las relaciones de subordinación a Washington.

La ex ministra del departamento de estado, vengativa pero leal a la política militar del garrote, gerenció el golpe contra Zelaya, instaló en el poder a la peor escoria nacional que lame botas, y sometió a la gente hasta nuestros días a los peores suplicios jamás vividos.

El imperio de la especulación financiera y las armas, el decadente régimen de valores democráticos invertidos, estaba inquieto por el avance de esa nueva corriente latinoamericana que prescindía de Washington y aproximaba relaciones con China, Rusia e Irán. Y tomó acciones.

Entonces, Palmerola dio el golpe político en complicidad con liberales, nacionalistas, cristianos evangélicos y católicos, y con los carteles de los medios masivos de incomunicación, y las bandas de narcotraficantes. Y se repartieron el dinero. Y entregaron el país a sus amos. Y predicaron el nombre de Dios en vano.

El golpe perpetrado contra el pueblo de Honduras generó una doctrina perversa que se conoce hoy como “el golpismo”, que es una estrategia ideológica, militar, económica y mediática vigente, una especie de marca País de exportación. Una doctrina que se impone con militares mercenarios y con sicarios del crimen organizado.

Pero los golpistas, ambiciosos, corruptos y asesinos, se convirtieron también en corto tiempo en una amenaza real para los propios intereses de Estados Unidos en la región. Se aliaron con los otros delincuentes de allá y convirtieron la zona de seguridad estratégica de Mesoamérica en un gran túnel del tiempo. Y por eso Washington ordenó la intervención del Estado – Nación, y de todo el triángulo norte de Centroamérica.

El Departamento del Tesoro y las cortes federales de Florida y Nueva York están formando un nuevo barrio de hondureños lavadores de dinero en Miami, una fraternidad de delincuentes aliados, una gran prisión de fraudulentos de la Concacaf y asaltantes de los fondos de pensiones, que ya amenazaban el sistema financiero norteamericano.

En este contexto de descontrol, que produce tanta violencia expulsadora de seres humanos extraordinarios y políticas migratorias salvajes, abrió puertas la Oficina del Alto Comisionado de Derechos Humanos de la ONU y la Comisión contra la Corrupción e Impunidad, de la OEA, como instrumentos de la intervención internacional en Tegucigalpa.

El Estado-Nación no daba para más. Agotado. Con miles de leyes pero sin legalidad. Con autoridades sin autoridad. Con instituciones sin Constitución. Con elecciones sin legitimidad. Con militares y policías sin conciencia patria, sólo con pobres ambiciones que siempre se resuelven con dinero. Con miserables impostores presidentes.

Así pusieron el país estos canallas hasta llevarlo a la intervención actual. El Pentágono tiene el control jurídico del ministerio público y la corte suprema, el Pentágono impuso a Pepe Lobo y a Juan Orlando Hernández, en elecciones vulgarmente fraudulentas, para robarle al pueblo la esperanza. Y el Pentágono dirige el país.

Por eso ahora que la embajada estadounidense interviene para mantener a sus fiscales dentro de su unidad particular, causa hilaridad escuchar a falsos políticos patriotas reclamando independencia y rechazando injerencias jajaja  Tontos, por ustedes estamos en éstas… No es el país de ustedes, es el país de nosotros en manos de estos otros.

A ellos les hablamos esta noche. A los gringos y europeos que financian y dirigen las estructuras de intervención del país, a ustedes les toca ahora pelear con la mafia que dirige el poder legislativo, la caterva de diputados, jueces y fiscales que están al servicio de su propia impunidad, que trabajan para boicotear cualquier esfuerzo de investigación y sanción penal independiente. Y que son capaces de sacarles a ustedes los ojos, como cuervos.

Nosotros hemos peleado con ellos estos nueve años que en realidad son tristes, porque ellos son seres insufribles, auténticas cloacas que no representan a Honduras, pero Nosotros Pueblo le decimos al mundo que seguiremos aquí. Y que a ellos los veremos sumarse a ese barrio de inmigrantes despreciables que Donald Trump está organizando en su territorio, al otro lado de su muro, en la vecindad de Callejas y Hawit, que marchan lentamente al cementerio del olvido. Mientras, Nosotros Pueblo seguiremos resistiendo, construyendo a pulso el país que nos merecemos. Y para esto no necesitamos visa ni certificación alguna de la avenida Los Próceres. Ni tampoco invitación a la fiesta del 4 de julio!

Editorial Voces contra El Olvido, sábado 30 de junio de 2018