Después de un mes de organización y promoción, el pasado 30 de agosto hubo una manifestación en la capital hondureña que introdujo una variante decisiva a la coyuntura del país.
La Convergencia contra el Continuismo puso sobre las calles de Tegucigalpa un actor que estaba invisibilizado en el debate nacional: el pueblo organizado.
De inmediato, la llegada de este nuevo sujeto social que reemplaza al Frente Nacional de Resistencia, provocó reacciones en el tablero público.
El bipartidismo responsable de la crisis, que había abandonado la mascarada del diálogo político, decidió retomarlo bajo la intimidación de la teniente Fulton.
También el partido Libre retomó su dinámica de diálogo interno para analizar las consecuencias del divorcio con Salvador Nasrralla y reflexionar su futuro electoral en medio de una campaña contra la coordinación nacional.
Lamentablemente, la gigantesca manifestación de los distintos actores sociales de los cuatro puntos cardinales de Honduras, también activó la maquinaria terrorista que opera desde las tinieblas al amparo de la dictadura que destruye el país.
La tarde del mismo jueves un escuadrón de la muerte, utilizando indumentaria idéntica al uniforme de la Agencia Técnica de Investigación Criminal, la ATIC, secuestró dos estudiantes del Instituto Técnico Honduras cuyos cadáveres aparecieron el viernes en La Montañita, uno de los sitios predilectos de los asesinos del 3-16 que ahora integran la Mesa de Crisis del crimen organizado.
Los estudiantes asesinados participaban activamente en las manifestaciones que sus colegas organizan para exigir un bono al transporte colectivo y resistían contra la brutalidad policiaca que lanzó ataques contra las instalaciones del ITH, en la capital.
Así mismo, la noche del jueves después de finalizada la contundente movilización de la Convergencia contra el Continuismo, volvió a activarse una campaña sucia contra el sacerdote jesuita Ismael Moreno, director de Radio Progreso, quien venía de lanzar las líneas estratégicas para recuperar el Diálogo Social en las calles.
Aunque todos los sectores hicieron por separado su propia lista de problemas y demandas, a la vieja usanza de la diversidad caótica de los 8 puntos, de los 10 puntos y hasta de los 13 puntos, lo cierto es que el jueves 30 hubo un solo punto. Y el padre Melo lo comunicó.
Un plebiscito con tres preguntas solamente. Construimos un nuevo orden constitucional? Seguimos con el extractivismo y la privatización como modelo económico? Permitimos a Juan Orlando Hernández continuar en control del Estado de Honduras?
Este fue el mensaje claro y provocador de la movilización del jueves que comunicó el padre Melo en nombre de la Convergencia Nacional contra el Continuismo, destacando que el Plebiscito ya ha comenzado. Y que hará las preguntas a todos los sectores.
La reacción inmediata fue desproporcionada contra el religioso jesuita, teólogo y profeta social encarnado en nuestro tiempo. Los anonimistas atacan sin escrúpulos su condición humana y, a la vez, lo responsabilizan de la crisis nacional. Sus atacantes están en las tinieblas, disfrazados como los asesinos de los estudiantes, protegidos por la dictadura.
Por la gravedad de la campaña, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, con oficinas en Tegucigalpa, ha pedido de emergencia la protección de este liderazgo social amenazado. También para todo el equipo de Radio Progreso.
Todo el pueblo hondureño movilizado reconoce que el diálogo en Honduras ha sido un valor que nos ha permitido resolver en lo cotidiano los conflictos. De gratis nuestros ancestros han enseñado siempre el valor de la palabra.
Pero la población sabe que en este momento hay un sector interesado en utilizar la mesa para otros propósitos.
Concretamente el diálogo político es utilizado por la embajada de Estados Unidos para abrirle al impostor Hernández una ventana de legitimación.
Con la instrumentalización de Luis Zelaya, Ebal Díaz y Salvador Nasrralla, Washington está logrando tres propósitos adicionales en la pizarra.
El primero ya ha sido concretado. Romper la relación empática que había entre las mayorías opositoras al golpismo y el carismático Salvador Nasrralla. Y concretamente cortar la conexión entre el sombrero de Manuel Zelaya y el micrófono de Salvador.
Esta jugada por supuesto tiene consecuencias políticas, una de las cuales es afianzar el bipartidismo Liberal-Nacional – no importa el peso de su corrupción compartida con el crimen organizado — y algo muy importante: destruir la presencia simbólica de Zelaya en la oposición política nacional. Un objetivo que está en curso.
Además, el carácter instrumental del diálogo político cumple un segundo propósito, que es darle oxígeno al impostor a quien la teniente Fulton tiene órdenes de prepararle una salida negociada, previo a realizar algunas reformas electorales cosméticas en el Congreso de Oliva.
Y el tercer propósito de este diálogo instrumental es apartar del consenso político a la verdadera víctima del conflicto, al verdadero actor con poder de decisión y cambio estructural: el pueblo organizado en el territorio nacional.
Por eso la coordinadora del COFADEH, Bertha Oliva, durante su discurso durante la movilización del 30 de agosto lo dijo bien: la presencia del pueblo organizado es el testimonio de la esperanza que nos hacía falta, el reflejo vivo de la voluntad que nos invita a seguir cada vez con más fuerza.
Y por eso el padre Melo lanzó la tarea del Plebiscito que arrojará respuestas desde los 18 departamentos sobre la conveniencia del modelo económico, la continuación de la dictadura de JOH y la decisión sobre el orden constitucional.
Por eso los escuadrones de la muerte, por eso la penetración e infiltración del aparato de inteligencia, por eso la gamarra al sistema de comunicación y a las iglesias vendidas. Y por eso los ataques a las personas defensoras de derechos humanos, a la iglesia del cristo vivo, y a los liderazgos sociales.
Pero este país, que goza de una nación viva, de una ciudadanía en movimiento, de un pueblo inteligente y bravo, va a continuar venciendo a los canallas.
Editorial Voces contra El Olvido, sábado 1 de septiembre 2018