El Comité de Familiares de Detenidos – Desaparecidos en Honduras hace silencio hoy en esta plaza por el dolor que sienten las madres miskitas ante la tragedia de sus seres queridos muertos por el mar atlántico el martes.
Como madres sabemos lo que se siente cuando la violencia del Estado o su negligencia arrebatan la existencia de un ser querido.
No hubo marines de la base militar estadounidense en Caratasca ni súper salvavidas de la fuerza naval hondureña que reaccionaran para salvar la vida de 38 hombres luchadores, sólo llegaron a tomarse las fotos al momento de recuperar los primeros cadáveres de las víctimas.
“Si hubieran sido paquetes de drogas flotantes para rescatarlos en alta mar, entonces ese Presidente hasta hubiera mandado helicópteros inmediatamente, pero son los buceadores de langostas, gente pobre, luchadora, que no tuvo una respuesta”, lamentó una de las madres acongojadas.
Esta desgracia enluta al país mientras en la frontera México – Estados Unidos los centros de detención, privación de libertad y tortura de millares de migrantes centroamericanos empobrecidos – la mayoría hondureños – son ridiculizados por el presidente supremacista de los Estados Unidos.
“Si no están satisfechos con el trato especial que les damos en los centros de refugio a cargo de la Policía Fronteriza, entonces que no vengan” escribió el magnate racista Donald Trump que sostiene la narco dictadura hondureña que produce la expulsión masiva de su población hacia el Norte.
El hacinamiento, las humillaciones verbales de los militares a cargo de su contención en la frontera y la falta de condiciones humanas mínimas para demandantes de asilo, ha sido documentado por la prensa independiente y las misiones de congresistas demócratas que han inspeccionado la frontera esta semana.
Como organización de víctimas de la desaparición forzada de más de 180 seres humanos a manos de la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos y sus fuerzas armadas lacayunas en Honduras entre 1979 y 1992, nos duele esta imagen pervertida de nuestro pueblo sufriendo aquí y padeciendo allá por los mismos actores de la tragedia, incluyendo Canadá y Europa.
Entonces, elevamos nuestra protesta al cielo — como les gusta decir a los cristianos mágicos desconectados de la tierra – contra el triste alcalde municipal del municipio de Pimienta, Cortés, quien ayer 4 de julio izó la bandera estadounidense y arrió la bandera hondureña en un acto ilegal de sumo arrastramiento, de ridícula sumisión a un país que representa la recolonización y el vasallaje de nuestras élites corruptas y criminales.
Este viernes en esta plaza, igualmente, condenamos la violencia sin límites que utilizan las fuerzas represivas de la dictadura contra la juventud estudiantil y contra la población general que exige el fin de esta tragedia y de sus causantes, bajo la autoconvocatoria nacional.
Por eso, antes de celebrar la independencia de un país de barras y estrellas que sostiene al nuevo cartel criminal que destruye a Honduras, demandamos nuestra independencia y el fin de esta política exterior criminal, narcótica y podrida que dirige el Comando Sur y el Pentagono a través de las cúpulas del partido liberal y nacional que asistieron antenoche a festejar con sus amos que los desvisan, extraditan y humillan.
Reiteramos nuestro llamado hecho el fin de semana anterior a través de nuestro programa Voces contra el Olvido, de iniciar un Acuerdo Nacional que empiece entre las fuerzas sociales y políticas que integramos la oposición al continuismo y que incluya, luego, a las demás identidades hartas de esta tragedia continuada.
Y de nuevo, a las Naciones Unidas, nuestro llamado a desarmar a esta banda militar que sostiene la narcodictadura a bala viva contra la población. Ya basta de comunicados exhortativos y alocuciones sugerentes, sometan a estas bestias!
De los hechos y de los hechores, ni olvido ni perdón
COFADEH
Tegucigalpa, M.D.C., 5 de julio de 2019