Editorial 03 de noviembre del 2018
En Estados Unidos el supremacista blanco, misógino, racista, multimillonario capitalista y marioneta de la nueva corriente mundial de fascismo religioso militar, el señor Donald Trump, está metido de lleno en la gerencia de la campaña republicana para las elecciones de diputados el próximo martes.
Es una campaña de odio, basada en una propuesta de muerte, que amenaza directamente a 14 mil hondureños refugiados que atraviesan el territorio mexicano rumbo a la guarida de ese señor, cuyo mandato llega al término medio.
Los republicanos quieren evitar las victorias de candidatas negras y candidatos de origen hispano en estados clave bajo la bandera demócrata; quieren evitar un juicio político electoral anticipado a este ricachón de raza que controla la Casa Blanca, que inspira a los supremacistas del mundo, que llama criminales invasores a los refugiados que Obama, Clinton y él mismo han provocado al poner a Honduras en manos de los narcotraficantes asesinos.
En medio de este debate avanza el Éxodo katracho que refleja de cuerpo entero el fracaso de los miserables delincuentes que controlan el estado hondureño y que refleja, también, el triste papel de México.
“México es el cancerbero oportunista de los Estados Unidos, porque a cambio de dinero aplica la política del cansancio, la estrategia de la dispersión y la amenaza de la criminalización, para vencer el ánimo de los refugiados que avanzan hacia ciudad México a través de Veracruz” denunció el viernes la Compañía de Jesús en El Progreso, Yoro.
Es precisamente el gobierno de Enrique Peña Nieto, frágil y vulnerable, débil y servil que en sus últimos días de mandato entrega todo a la Casa Blanca, desde un nuevo tratado comercial leonino hasta la soberanía territorial cercada por un muro fascista, y la dignidad mexicana herida en el corazón.
En los últimos 25 días México es la extensión de la política militar estadounidense, disparando gases a los refugiados, utilizando helicópteros artillados para impedir su paso, prohibiéndoles el uso del transporte público, engañando a las víctimas con promesas para encerrarlas y deportarlas. Y dejando los caminos abiertos al odio y a la discriminación.
Por esta misma situación de emergencia humanitaria también el viernes anterior en la plaza de los desaparecidos en Tegucigalpa, el Cofadeh denunció que las Naciones Unidas y la OEA son cómplices de la peligrosa manipulación política y aprovechamiento económico de la diáspora forzada desde los 18 departamentos de Honduras.
“En sus propias narices permiten que la frontera de Estados Unidos y México se convierta en un teatro militar de supremacistas xenofóbicos inspirados por el loco más loco de la Casa Blanca, que intenta retener el poder manipulando el dolor de millares de niños, niñas, mujeres y jóvenes que huyen de los canallas impostores reelegidos a fuerza en Tegucigalpa”, dijo el Cofadeh.
Este Comité hacía alusión al flemático presidente Donald Trump y al despreciado impostor nacional metido a la fuerza en casa presidencial en noviembre 2017, en contra de los preceptos de la Constitución que prohíben la reelección.
En un comunicado divulgado al mediodía de ayer viernes esta organización humanitaria apeló a los Estados parte de la ONU y de la OEA, cuyas sedes principales están en Nueva York y Washington, para que asuman su responsabilidad de proteger a los refugiados y evitar su masacre en la ruta del golfo y sobre el borde fronterizo del norte de México.
Tanto la comunidad jesuita hondureña como el Cofadeh coincidieron ambos en la urgencia de propiciar una cultura de hospitalidad entre los pueblos, que entregue consuelo a las personas que huyen de las violencias, que atienda sus necesidades básicas y que asegure su protección ante los riesgos criminales del camino.
También coincidieron en la urgencia de poner siempre l persona humana al centro de la seguridad nacional y no a los estados ni a las mercancías, sin perder de vista nunca las causas y los causantes de estos sufrimientos que deben ser abatidas y denunciados con nombre y apellido.
Con este llamado durante el plantón en la plaza de los pañuelos blancos, el cofadeh ayer hizo también memoria de las personas desaparecidas por los criminales del batallón de la muerte 3-16, que viven encadenados por sus propias miserias.
Así mismo, la organización prometió no olvidar nunca las responsabilidades del partido liberal, partido nacional, la aproh, el cohep, las fuerzas armadas, los carteles católicos y evangélicos, la cía y el departamento de estado de los estados unidos.
Abogó, igualmente, por el respeto a las personas defensoras de derechos que ocupan pacíficamente sus territorios en distintas regiones del país, para evitar las represas y las minas de muerte que impulsan el crimen organizado en asociación con testaferros corruptos del sistema político nacional.
Y, de modo enfático, el cofadeh llamó el viernes a la comunidad internacional a no ser sorda, ciega y muda frente a la tragedia de Honduras; concretamente, le habló a Estados Unidos, a la Unión Europea y a Canadá, que son los responsables de la crisis actual de refugiados por avalar el golpe de Estado de 2009 y el fraude electoral de 2017, razones suficientes de ruptura política y social.
Y, para finalizar, como decían los declamadores del siglo pasado, !he dicho!
Buenas noches!