El Comité de Familiares de Detenidos – Desaparecidos en Honduras, COFADEH, comparece a la Plaza de Los Pañuelos Blancos este primer viernes de noviembre.
En 29 días, este Comité conmemorará 42 años de existencia al servicio de la resistencia moral y política de Honduras, una ruta trazada por más de 180 hombres y mujeres que ofrendaron su libertad y su vida para construir el futuro.
Igual que nos enseñaron los inmortales pueblos originarios, las madres, esposas e hijos de la desaparición forzada renacimos de las cenizas dejadas por la represión de las ideas, la persecución de la libertad de expresión y la injerencia estadounidense en nuestro territorio.
Renacimos para cooperar en la reconstrucción y transformación de Honduras desde nuestros dolores, desde nuestras resistencias.
Hoy asistimos a esta Plaza a repetir nuestra exigencia permanente al Estado, que permanece endeudado con el pasado y el presente, que se esmere en restablecer la verdad, la justicia y repare los daños causados a las víctimas.
En 7 días calendario, las tres fuerzas políticas con capacidad de realizar elecciones primarias deberán completar ante el Consejo Nacional Electoral sus planillas para miles de cargos de elección popular.
Por lo visto en las primeras presentaciones anticipadas, repiten las caras de momias políticas que están citadas en las redes de corrupción, en la Caja de Pandora y en otras mafias de la política que no representan soluciones para Honduras.
Hay movimientos postulando candidaturas de personas descendientes de la dictadura criminal del 2009, criminales perseguidos por la justicia nacional y la justicia federal de Estados Unidos.
Hay candidaturas con lazos directos a los presidios, apostadores de oficio en los casinos de las 10 familias y militantes libertarios que llevan en sus fauces la palabra ñángara, misma palabra con la cual cierra la campaña electoral supremacista de republicanos y demócratas.
Pero ningún jolgorio electoral de traidores de Honduras nos hará desviar nuestra exigencia, igualmente, de la captura de los autores intelectuales del crimen de Bertha Cáceres y Juan López.
Reconocemos las acciones concretas del gobierno de devolver al pueblo la montaña “Carlos Escaleras”, de extinguir definitivamente la responsabilidad penal imputada a sus defensores comunitarios y de librar requerimientos penales contra Lenir Pérez y demás secuaces de la empresa Pinares.
Reconocemos la puesta en escena de fuerzas combinadas en el Aguán para detener a los criminales armados y advertir a los militares del IPM inversionistas de EMCO Holding que los negocios no son teatros de guerra.
Pero en un país donde el Estado fue puesto al servicio de los mercaderes del mercado de influencias, de las mafias privadas del señor Larach y de las otras 10 familias, el sentimiento de insaciable demanda de justicia permanecerá.
Permanecerá también nuestra posición de señalar las miserias de quienes viven malintencionadamente comparando desapariciones por razones ideológicas con secuestros de bandas criminales en el presente.
Comprendemos ese propósito perverso de equiparar el pasado histórico con la tragedia reciente de los golpistas narcos, pero no es lo mismo. Las cosas son distintas, canallas.
De los hechos y de los hechores, Ni olvido ni perdón
Tegucigalpa, M.D.C., 1 de noviembre de 2024