Tegucigalpa, Honduras.- Al menos una treintena de organizaciones sociales, coaliciones defensoras de derechos humanos, Convergencias y Plataformas exigieron este día la salida inmediata de Juan Orlando Hernandez, impuesto ilegalmete en el Poder, la conformación de un gobierno de transició y la unidad del pueblo hondureño.
Es el momento para exigir la liberación de la patria secuestrada y saqueada, expresó el documento leído por un grupo de jóvenes al frente de una conferencia de prensa este lunes 5 de abril de 2020 en Tegucigalpa, mientras otro grupo de ciudadanos estaban vía zoom participando de la convocatoria.
Entre las organizaciones firmantes están: Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras (COFADEH), Convergencia Contra el Continuismo, Coalición Contra la Impunidad (demás logos insertos en la imagen de portada).
“La narco-dictadura se ha convertido en una bestia política que conduce al país al precipicio, condenándonos a la presente y a las próximas generaciones, a mayores sufrimientos, robándoles su derecho a un futuro digno”, expresa el texto que se comparte a continuación:
Llamamiento Patriótico a la Transición
Nunca antes ha estado tan apremiada la PATRIA de un cambio como hoy. Cuando una familia criminal, corrupta y vende patrias se ha posesionado del poder público a través de una reelección inconstitucional y mediante sucesivos fraudes electorales en 2009, 2013 y 2017, que lograron imponer mediante una represión que costó la vida a cientos de hondureños.
Como resultado, tenemos un país secuestrado y saqueado, poblado con los fantasmas de nuestros mártires, con una ciudadanía indefensa ante un poder que no solo no resuelve ningún problema económico, social o político, sino que los empeora, causando más miseria y latrocinio, más delincuencia y violencia, más fraudes electorales. Y por lo mismo, cada vez menos bienestar, menos salud y educación pública, menos ingresos, menos soberanía, dignidad y menos democracia. Así, somos testigos de la destrucción del Estado de derecho y de la construcción de una dictadura de partido, que ha devenido un Narco-Estado con que se nos exhibe ante el mundo entero. Solo la élite del Alto Mando de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional han sostenido este régimen a sangre y fuego con el apoyo y la complicidad del gobierno norteamericano de Donald Trump y otros pocos aliados externos.
La infamia de estos selectos criminales ha llegado a tal extremo que a través de sus sucios negocios oportunistas se han embolsado los recursos que debieron destinarse a prevenir y después mitigar los padecimientos sanitarios de millones de hondureños afectados por la COVID19 y por el paso de los huracanes Eta e Iota. A esta patraña se ha prestado también un grupo empresarial corrupto y excluyente, integrado por sus socios y más cercanos allegados de JOH. Por eso, mientras nuestros compatriotas sufren todo tipo de carencia en los centros hospitalarios, ven destruidos sus barrios y aldeas, sin que nadie se asome a ayudarlos, al menos medio millón de trabajadores han perdido sus empleos y derechos laborales, miles de micro, pequeños, medianos y hasta grandes empresarios lo han perdido todo, esta avorazada ralea infame llena sus cuentas bancarias y se apropia de las ayudas que vienen del exterior para sus mezquinos fines electoreros y personales.
Mientras tanto, desde que, en el 2018, el gobierno consiguió expulsar a la MACCIH, la casta política perversa aliada con la dictadura ha conseguido articular un Pacto de Impunidad para revertir los tímidos avances que se habían logrado en el combate de la corrupción y la impunidad, lacras que se han agravado escandalosamente con las supuestas compras de emergencia, usadas para lucrarse con el sufrimiento del pueblo que –frustrado– huye en caravanas emblemáticas de su desolación.
La narco-dictadura se ha convertido en una bestia política que conduce al país al precipicio, condenándonos a la presente y a las próximas generaciones, a mayores sufrimientos, robándoles su derecho a un futuro digno.
Pero como aun esta mafia no ha acabado de destruir por completo al país, y ha entendido que en el proceso electoral de 2021 puede ser derrotada, a pesar del fraude preparado, tiene la osadía de proponer la prolongación de su desgobierno para seguir escapando a la justicia internacional. Y amaga contra el proceso electoral.
Por todo, nosotros el pueblo, representado por las organizaciones abajo firmantes, nos declaramos colmados de indignación, movilizados para repudiar el ejercicio del poder autoritario, usurpador, corrupto y criminal, que se ha burlado de nuestra democracia y sistema republicano; y unánimemente convocamos a hacer uso del derecho a la INSURRECCION consagrado en el artículo 3 de nuestra Carta Magna, para EXIGIR INCONDICIONALMENTE:
- La INMEDIATA SALIDA DE JUAN ORLANDO HERNANDEZ del gobierno, el relevo del Alto Mando Militar, la salida del Fiscal General del Estado, del Presidente del Congreso Nacional, del Presidente de la Corte Suprema de Justicia y del Procurador General de la República.
- La CONFORMACION DE UN GOBIERNO DE TRANSICION Y UNIDAD NACIONAL que lo sustituya, integrado por representantes de todas las fuerzas democráticas comprometidas con el bienestar del país, gobierno que deberá garantizar el respeto a las elecciones generales convocadas, que deben celebrarse con todas las garantías de respeto al voto ciudadano.
- APELAMOS al apoyo de la comunidad internacional en esta determinación valiente necesaria para rescatar a nuestra nación de las garras de los criminales que la han secuestrado.
- Para lograr estas metas, llamamos al Pueblo Hondureño a UNIRNOS EN UN SOLO FRENTE NACIONAL, pues SOLO EL PUEBLO SALVA AL PUEBLO.
Dado en la ciudad de Tegucigalpa, M.D.C., a los 5 días de abril de 2021.