Tegucigalpa, Honduras.- Entre los toques de queda y el permiso segmentado para salir “sólo si es necesario”, Elsa Martínez aprovecha la oportunidad con sus compañeros que van al pueblo, para que le compren insumos y continuar con la confección de mascarillas en su vivienda.
La luz es natural, entra por la ventana y junto a ella está la máquina de coser, un bote de aceite 3 en 1, un par de tijeras y la tela con las medidas precisas para armar los cubre bocas, implementos necesarios que evitar la propagación del Coronavirus o COVID-19, según indicaciones de expertos.
Además del uso de las mascarillas, la Organización Mundial de la Salud (OMS), insiste en que debe combinar con otras medidas para que cada personas ayude a evitar el aumento de la pandemia, que en Honduras registra 510 casos positivos en 11 de los 18 departamentos a nivel nacional, siendo Cortés el más afectado con 365 contagiados. Hay 46 decesos y 30 personas recuperadas, según las cifras que ofrece el Sistema Nacional de Gestión de Riesgos (SINAGER), hasta el martes 21 de abril.
«No hay una respuesta en blanco o negro, ni un remedio mágico. Las mascarillas solas no pueden detener la pandemia», insiste Tedros Adhanom Ghebreyesus, director de la OMS, mientras se siguen otras indicaciones como lavarse las manos con jabón, el distanciamiento social y toser o estornudar en el codo y evitar tocarse la cara.
La defensora de derechos humanos y lideresa indígena del departamento de La Paz, al centro occidente del país, donde se reporta dos casos de COVID 19, elabora con mucha dedicación las mascarillas de tela, que suplen la necesidad inmediata de adquirir un cubre bocas de grado médico, como la N95, la cual hasta el personal de la salud, exige al Estado se las faciliten, ya que en medio de una pandemia mundial, la demanda es alta y costosa.
Las mascarillas deben cubrir la boca y la nariz, dijo Elsa, mientras colocaba una tras otra. Pero, los toques de queda y los cierres de carreteras la dejan sin material, a veces debe parar el pedal de su máquina de coser por que no tiene elástico.
Es la sexta semana de cuarentena en Honduras, doña Elsita, integrante de la Red Nacional de Defensores de la Tierra y el Territorio (REDNADETT), que ha formado en DDHH el Comité de Familaires de Detenidos Desaparecidos en Honduras (COFADEH), desde hace dos años, detalló a Defensores en Línea que ya confeccionó unos 80 cubre bocas, de los que, 40 entregó a personas mayores, porque son prioridad en el cuidado familiar.
Otra cantidad la compartió con vecinos y defensores de derechos humanos que hacen vigilancia en los retenes de acceso a la comunidad de Valle de Ángeles, municipio de Opatoro. No especificó el coste monetario de las mascarillas, ya que “es un aporte del Consejo Indígena Lenca Ambientalista de Honduras (CILAH)” organización a la que pertenece.
Las mascarillas médicas no son reutilizables.
Con esto me siento parte de ayudar a evitar este virus, pero también en la denuncia y documentación de violaciones a derechos humanos, porque no podemos ser indiferentes ante los abusos que comenten particulares y gente de poder, conversó la defensora.
Las mascarillas de tela hechas en casa pueden ser reutilizables, pero estas deben ser lavadas tras ser utilizadas, de lo contrario puede convertirse en un foco de infección. Fuente BBC/CDC
Avance del COVID -19
China que fue el epicentro inicial de la pandemia en diciembre del año pasado, poco a poco está siendo relegado en la lista de países con más contagios de COVID-19.
Según la actulizacion de datos elaborado por la Universidad Johns Hopkins, la potencia asiática ocupa el noveno puesto con 83,864 casos, y se ha convertido en un donante de millones de mascarillas y apoyo médico a otras naciones, entre ellas a Honduras entregándole 180 mil mascarillas, el pasado 10 de abril.
Estados Unidos es el país más afectado con 825,306 personas contagiadas de los 2 millones 570,729 casos a nivel mundial, seguido por Europa, mientras continúa el confinamiento social y poco a poco parte de la industria vuelve a sus labores.
Ingrid Hsing, embajadora de China, Taiwán en Honduras dijo que ante una emergencia como está la solidaridad es de suma importancia y como países amigos debemos estar unidos. diplomática dio a conocer que en las próximas semanas estarán entregando otra cantidad de mascarillas, cámaras termográficas y termómetros para ser usados durante esta emergencia nacional.
En Honduras, desde el Decreto Ejecutivo PCM 021-2020 emitido el 16 de marzo, que suspendió las garantías constitucionales con el toque de queda, el régimen anuncia nuevos decretos que alargan el confinamiento, dan permiso de circulación segmentada, permiten la apertura de diferentes rubros comerciales como las ferreterías, maquilas, además de gasolineras, farmacias y supermercados que siempre han operado.
La reapertura del comercio implicaba el uso obligatorio de mascarillas, según indicaciones del régimen, mismo que ofreció 3.5 millones de gel anti bacterial para estudiantes y, al siguiente día (12 de marzo) ordenó la suspensión de clases.
El 6 de abril, Hernández declaró que “el uso de una mascarilla, incluso hecha en casa, puede prevenir la dispersión de las microgotas, potencialmente contagiadas. Así que, si yo ando una mascarilla y usted anda otra, nos protegemos mutuamente”, e hizo el anunció que estaba preparando junto al sector maquila que dirige el empresario y político nacionalista Mario Canahuati, los marcos de políticas que permitirían a al “poderoso” sector de la maquila producir mascarillas de forma masiva, insumos médicos, incluso para después exportar.
Más de 80 mil millones de lempiras se han aprobado para el abordaje del COVID 19, según estudio del Foro Social de la Deuda Externa (FOSDEH). Sin que se especifique la inversión, dejando más dudas entre la población.
“Haciendo uso de la autoridad que me confiere la Constitución, ya hemos comunicado de manera oficial la obligatoriedad a la industria de la maquila para la confección exclusiva de mascarillas e insumos médicos de protección”, detalló en su discurso.
El 20 de abril, a través de un mensaje en la red social Twitter, el ilegal presidente de Honduras Juan Orlando Hernández, escribió que “Llegamos a un acuerdo con la Asociación Hondureña de Maquiladoras para producir 9 millones de mascarillas, que pueden ser lavadas y reutilizadas quince veces. Esta es la empresa privada que el país necesita: solidaria con el pueblo”. @JuanOrlandoH
Días antes, la Asociación Hondureña de Maquiladores (AHM), hizo entrega al Estado mediante la Comisión Permanente de Contingencia (COPECO), de un donativo valorado en 5 millones de lempiras que contiene equipo médico para atención a pacientes en los hospitales la emergencia coronavirus. Equivalente a 18 mil unidades de gabachas, 10 mil pares de lentes, 10 mil pares de guantes y 100 mil mascarillas.
Cabe señalar que, ayer fue destituido de su cargo el Comisionado de COPECO, Gabriel Rubí Paredes, sin dar más detalles de parte del Ejecutivo. Se supone que existe una línea de investigación desde el Tribunal Superior de Cuentas (TSC) por malversación de fondos para compras de emergencia en atención al COVID-19. En su lugar se nombró al ex comandante del Cuerpo de Bomberos de Honduras, Carlos Cordero.
Por su parte, la AHM, en su cuenta de Twitter detalló que “Más de 20 millones de lempiras en indumentaria médica ha donado la #AHM y sus afiladas a más de 19 hospitales, centros de salud, Copeco, Gobierno, Fuerzas Armadas, Policía, y ONG, para garantizar la protección del personal de salud y asegurar la atención de la población”.
Y la Embajada de los Estados Unidos de América, también “tuiteó” el 19 de abril que “La @usembassyhn y la @AHMaquiladores se aliaron para apoyar la lucha contra la propagación del #COVID19. La Embajada financió la donación de máscaras hechas en #Honduras por la Asociación Hondureña de Maquiladores”.
Entonces, mientras la dictadura política y empresarial habla de muchos millones en donaciones o captación de fondos para la adquisición de equipo médico, la repartición de nueve millones de mascarillas que sería esta semana -, en un país cuyo censo poblacional es de 9 millones 200 mil habitantes abrumados por el dengue y los incendios forestales, doña Elsita sigue pedaleando en su máquina, para que todos los “viejitos” y personas enfermas en el pueblo indígena lenca de Opatoro, puedan protegerse de los virus.
