El 10 de diciembre de 1948, apenas tres años después del fin de la segunda guerra mundial, las naciones abrumadas por las víctimas, las libertadas ametralladas y los valores desintegrados por las bombas, decidieron aprobar la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
En términos generales, las tres generaciones precedentes de derechos civiles, políticos y económicos fueron retomadas en la declaración y adjuntadas las bases de los derechos de cuarta generación o de los pueblos.
Desde aquella fecha hasta nuestros días han transcurrido 73 años a través de los cuales muchos acontecimientos fatales han modificado el consenso universal de París. Entre otros, el desplome de la Unión Soviética, el declive de Estados Unidos, el arribo de neo-fascismos violentos, los genocidios de Yugoslavia, Uganda, Ruanda, el Congo, y la debacle climática de la Tierra.
En el marco de esas grandes tensiones del orden liberal internacional en crisis, los derechos humanos han sufrido un reculón de enormes consecuencias para la vida de la gente. Pero durante estas siete décadas hubo siempre hombres y mujeres que defendieron y promovieron la vida, la libertad y la justicia como valores universales siempre vigentes.
El 9 de diciembre de 2015 la ONU declaró el Día internacional de las personas defensoras de los derechos humanos, para reconocer esta enorme contribución de los seres extraordinarios que sacrifican sus propias vidas para el servicio de la humanidad.
Las Naciones Unidas aprobaron esa fecha para pedir a la sociedad la mayor protección posible a las personas defensoras de derechos humanos. La declaración urge a los Estados a apoyarles y a protegerlos, porque existen sectores siniestros que obstaculizan sus vidas para azorrarlas y hacer que abandonen la lucha.
Muchas veces son promulgadas leyes nacionales para criminalizar la labor de las personas defensoras o para desprestigiar el financiamiento que sus organizaciones necesitan para activar. Estas personas son injustamente retratadas de una manera denigrante y hostil con el fin de intimidarlas y silenciarlas. Sus equipos y sus organizaciones sufren numerosos riesgos y amenazas como consecuencia del trabajo que hacen o simplemente por ser quienes son.
Para la ONU, las personas defensoras de derechos humanos son los “Gandhi” y “Mandelas” de nuestro tiempo. Son las “Rosa Parks” y “Malala”, las hermanas Mirabal y Berta Cáceres, la Red de jóvenes defensoras y Berta Oliva. Son todas las personas comunes, abogados, mujeres activistas, líderes comunitarios, periodistas, sindicalistas o defensoras del medio ambiente que luchan por reconquistar nuestros derechos y promover nuestras libertades. Son las Guapinolas anti Pinares. Son los 8 héroes de la Montaña Carlos Escaleras. Son las indígenas de Simpinula. Son miles de individuos y grupos en todo el mundo que abogan por los derechos humanos, educando, despertando conciencias y pidiendo rendición de cuentas a los gobiernos por sus acciones.
En muchos lugares del mundo, como en Honduras, estas personas son acusadas y contra-acusadas como ayer en Tocoa donde los empleados judiciales de los mineros Lenir Pérez y Ana Facussé metieron nuevos delitos al expediente contra los héroes de Guapinol, justo el Día Internacional de los Derechos Humanos.
Jueces que violan el debido proceso, que no transmiten confianza ni representan la objetividad debida, aupados por fiscales serviles y militares con armas, controlaban la sala de audiencia donde masacran la justicia. Por esos hechos, Amnistía Internacional emitió en las últimas horas un comunicado contundente dirigido a la vieja dictadura y al nuevo gobierno entrante.
“Habiendo revisado todas las pruebas disponibles, incluido el proceso penal contra los ocho de Guapinol y los videos relacionados con el caso, y habiendo hablado con los testigos, así como con la comunidad de derechos humanos de Honduras, Amnistía Internacional considera que están siendo detenidos únicamente por sus actividades en defensa del derecho al agua limpia y a un medio ambiente seguro”, declaró Erika Guevara Rosas, directora para las Américas de Amnistía Internacional.
“Después de un riguroso análisis, Amnistía Internacional determinó que el expediente del caso muestra múltiples deficiencias en la investigación, incluyendo lo que parece ser una falta de debida diligencia por parte de los fiscales para esclarecer adecuadamente los hechos, llevar a cabo una investigación imparcial e independiente, y aportar pruebas concretas que puedan vincular a estos hombres con los cargos de los que se les acusa”.
Sin andarse por las ramas, la organización internacional califica como presos de conciencia a José Daniel Márquez, Kelvin Alejandro Romero, José Abelino Cedillo, Porfirio Sorto Cedillo, Ewer Alexander Cedillo, Orbin Nahún Hernández, Arnol Javier Alemán y Jeremías Martínez Díaz, defensores del medio ambiente del municipio de Tocoa, en el norte de Honduras. Por tanto, “Amnistía Internacional exige la liberación inmediata e incondicional de estos ocho presos de conciencia (que llevan más de dos años encarcelados injustamente por defender pacíficamente el derecho al agua) y pide a la Fiscalía General que retire los cargos contra ellos”.
Al gobierno recién elegido de Xiomara Castro, Amnistía Internacional le sugirió enviar un mensaje claro que no tolerará por más tiempo la violencia y criminalización contra las personas defensoras de los derechos humanos.
A propósito, tras las elecciones generales que desplazan del poder compartido a nacionalistas y liberales, el Congreso de la impunidad y la corrupción que preside Oliva insiste en despedirse en tropel como manada beneficiando funcionarios inútiles y criminalizando las actividades de derechos humanos con el Código Penal inquisidor.
Frente a esa maquinaria, que ha sido la misma durante sus 39 años de existencia, el Cofadeh, la valiente organización de víctimas de la desaparición forzada, conmemoró el Día Internacional de las personas defensoras de derechos humanos con un recuento de esperanza. Le envió un saludo a la red nacional de jóvenes que defiende y promueve derechos humanos de manera itinerante, sin burocracia, sin horarios ni consignas. Una red de gente voluntaria, llena de vida, que activa desde hace más de 10 años en las principales regiones del país.
Desde las entrañas de esa red, la organización de los pañuelos blancos también destacó el semillero de tercera y cuarta generación, jóvenes embajadores y embajadoras de la Memoria Histórica que constituyen hoy el relevo generacional de un cuerpo adulto, a veces cansado, pero enriquecido de experiencias y de luchas por la verdad y la justicia.
Además, el Cofadeh anunció esta misma semana que muy pronto entregará oficialmente una agenda de derechos humanos a desarrollar conjuntamente en 100 días con la primera Presidenta de Honduras elegida por las niñas y niños del postgolpe, Xiomara Castro la mujer-pueblo que derrotó el modelo narco de 12 años.
Adicionalmente, el Día de las personas defensoras de derechos humanos tuvo lugar en el Teatro Memorias el lanzamiento en première de un documental sobre la vida y obra del Cofadeh que será divulgado ampliamente al público en los próximos días.
En ese largometraje, la organización muestra las imágenes de un lugar terrorífico que será convertido en el Museo Nacional contra el Olvido, otro de los grandes proyectos de memoria que se suma a la Ruta Histórica con puntos en Jacaleapa, La Montañita, las terrazas de Santa Ana y los 4 metros de memoria en la avenida cervantes.
“De este modo se agradece a las mujeres y hombres, jóvenes y niñas que durante casi 40 años han servido a esta Patria, con dolores, angustias y pobrezas, pero con la convicción de verla un día redimida”, dijo la organización durante las dos grandes fechas del 9 y 10 de diciembre que conmemoraron el día internacional de las personas defensoras y el día internacional de los derechos humanos.
Bueno, pues, Sandra, Riccy, ¡que vivan los derechos humanos y que vivan las personas que luchan para defenderlos!
Buenas noches!
Editorial Voces contra El Olvido, sábado 11 de diciembre de 2021