LA SOLIDARIDAD CUBANA CON EL PUEBLO QUE SUFRE

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El anuncio de la llegada de los médicos cubanos a Honduras fue oficializada por el doctor Hugo Almeyda Leyva desde La Habana, después que Tegucigalpa dio la luz verde.

La luz verde significa haber reconocido en el Congreso Nacional el 2 de abril que hay carencia de personal médico nacional para atender la emergencia provocada por el coronavirus, que sigue en ascenso.

En la sesión de esa fecha fue el partido Libre quien propuso una solución cubana al aumento del contagio, como lo hicieron en China, Italia, España, Venezuela y otros países que ya lograron aplastar la curva de contagio.

La secretaría de salud, dentro del ámbito ejecutivo, es la que tiene la última palabra sobre esa demanda popular.

No significa que los médicos nacionales son menos capaces de enfrentar la emergencia, es sólo que una revolución con experiencia puso la salud en el centro de sus prioridades hace décadas.

Con el Interferón Alfa 2B en sus maletines llegaría el ejército de las batas blancas a levantar las defensas inmunológicas de un sistema que da signos de fatiga militar, especialmente sobre el corredor productivo del país.

Los brigadistas anunciaron como siempre su llegada con un mensaje simple y sincero: «Estimados amigos,  en las próximas horas partimos al frente de una brigada médica cubana para Honduras en ayuda al pueblo de ese país». Pero no se sabe exactamente el día ni la hora.

En el avión de la empresa Cubana de Aviación llegarían también 30 médicos hondureños y personal de salud en formación que no han podido salir de la isla y que están dispuestos a participar como voluntarios en distintos hospitales hondureños donde sean bienvenidos.

Pero no son bienvenidos. La reacción de la presidenta del Colegio Médico de Honduras,  Suyapa Figueroa, es de rechazo a la llegada de sus homólogos de quienes dijo tienen más de 25 años en el país sin impactos significativos en la salud de la población. Y los demás vienen porque estaban varados en Cuba, asegura.

“Yo pregunto ¿qué impacto han tenido en alguna política pública en nuestro país? ¿qué cambios han producido?” y se respondió ella misma: “absolutamente ninguno”.

“No estoy en contra de los médicos cubanos, estoy a favor de los más de 8 mil médicos hondureños que en este momento se encuentran desempleados. No podemos seguir en una actitud de desprecio de lo nuestro”, dijo la doctora Figueroa.

“Los médicos nos sentimos insultados, es una bofetada traer un grupo de personas que en vez de ayudar van a venir a quitarnos los pocos insumos que tenemos y en vez de ellos deberían contratar a ese montón de médicos desempleados”. Lo anterior lo expresó el polémico doctor Carlos Umaña, coordinador de la asociación de médicos del Seguro Social en San Pedro Sula.

No hay duda de la posición de esos dos profesionales con cargos relevantes, aunque obviamente son discutibles sus argumentos; siempre reaccionan celosos ante la llegada de las brigadas de esperanza en momentos de emergencia y la población siempre se disgusta por eso, porque tiene una opinión extremadamente favorable hacia la medicina cubana.

En el contexto actual, la narco dictadura militar saca una ventaja política de este debate que confronta a la población con un enemigo político, el Colegio Médico, que lidera una Plataforma Nacional por la salud Pública en la cual Suyapa Figueroa es piedra de toque.

El discurso de Figueroa ha sido frontal contra la gerencia militar de la pandemia, pues la misma desplazó a los científicos de las ciencias médicas formados en epidemiología y no en infantería ni artillería.

A la vez, el régimen aprovecha el momento para poner en competencia la iniciativa del partido que coordina Manuel Zelaya Rosales en el Congreso contra el espacio independiente que coordina la doctora Figueroa, también mordaz contra el ex presidente derrocado en 2009 por un golpe de Estado.

En medio de estas mezquindades las batas blancas cubanas están en disposición total de hacer aquí lo que ya probaron en el lejano oriente, en Europa y en América Latina: su experiencia para enfrentar los virus: el ébola, el H1N1 y el Covid-19, entre otros.

Con el apoyo cubano China se puso de pie en tres meses para retomar su liderazgo económico mundial y las devastadas naciones del mediterráneo latino, Italia y España, lograron aplastar la curva ascendente en menos tiempo de lo previsto.

En medio de este debate nacional por el regreso triunfal de Cuba al escenario de la solidaridad internacional, es bueno no olvidar que estamos hablando del país más guillotinado de la tierra por una potencia prepotente que boicotea sus alimentos, sus medicamentos y todas las áreas claves para asegurar la vida de su población. Y a pesar de todo eso no pueden con ella.

Bueno, Cuba no necesita de nuestra defensa; se defiende sola. Y por eso se le respeta.

Buenas noches!

Editorial Voces contra El Olvido, sábado 18 de abril de 2020