Olvidado por la generación de los años dos mil, Leo Valladares Lanza no sólo es hoy en la historia el primer Comisionado Nacional de los derechos humanos, sino el único y el verdadero Comisionado que ha tenido Honduras desde 1993.
A la época, rompiendo su perfil de diplomático reconocido y su imagen de gentil hombre de leyes, don Leo aceptó un desafío monumental: crear lo que no existía. Y, además, en el gobierno del biónico ladrón de las manos de seda.
Eran aquellos los días de Discua Elvir y sus escuadroneros cogobernando los militares con Callejas, amparados en jueces y magistrados cobardes, cómplices de la impunidad, protegidos todos por las diez familias fundadoras de la APROH.
Presionado por las sentencias condenatorias contra Honduras en la Corte Interamericana de Derechos Humanos y por la imagen quebrada de las fuerzas militares y policiales corruptas, Callejas pidió a Leo Valladares crear una Oficina Presidencial de Derechos Humanos.
Leo se estrenó comenzando con el testimonio de un policía, Josué Elí Zúniga, quien reveló la corrupción de una institución criminal insostenible.
De aquél testimonio nació la desaparición de la terrorífica Dirección Nacional de Investigaciones, DNI, y enseguida la muerte institucional de la FUSEP, que el pueblo conocía con desprecio como la Chepa.
Cuando Callejas vio que avanzaba aquél diplomático, estudioso y brillante abogado de la Complutense, ex juez de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, quiso cerrar la oficina creada. Y dejarlo en el aire.
Pero en aquel momento las fuerzas vivas del país, incluido al frente el Comité de Familiares de Detenidos-Desaparecidos y agencias internacionales, defendieron a Leo y se propuso elevar su cargo a rango constitucional. Y así nació el Conadeh.
El paso fulgurante de Leo Valladares por el CONADEH no solamente nos ha dejado la obra de memoria histórica «Los Hechos Hablan por sí Mismos», sino también la creación de la Semana Nacional de los Derechos Humanos desde 1996.
En aquél año el Estado debía reconocer sus crímenes, comprometerse a investigarlos y sancionar a los responsables. Pedir perdón a las víctimas y reparar los daños causados. Pero no lo hizo. El Estado paralelo lo ha impedido hasta nuestros días.
En 1996, el gobierno del ex presidente Carlos Roberto Reina puso los derechos humanos al centro del discurso público con apertura de fiscalías especiales, con exhumaciones y reapertura de juicios. Pero no se pudo avanzar de modo sostenido por la perturbación permanente de las 10 familias de la APROH.
Don Leo no se dio por vencido nunca y avanzó hasta el gran espectro de las 4 categorías de esta materia incomprendida, vilipendiado y manoseada.
El sueño de don Leo era que cada escuela, colegio y universidad de Honduras estudiara y viviera todos los días la cátedra de los derechos humanos, no como una materia obligatoria o una especialidad cartesiana para colgar títulos, sino como una experiencia vívida que despertara la conciencia nacional.
El 24 de octubre de 1996 fue la primera fiesta de don Leo. Ese año comenzó a iniciativa suya una semana de actividades reconocida legalmente en la cual, a regañadientes, el Estado se implicó con murales en las escuelas, conferencias públicas, concursos y premios nacionales.
Este año 2024, en el marco de la Semana Nacional de los Derechos Humanos, el Cofadeh fue sorprendido con una grata visita en el predio donde se construye a pulso el Museo Nacional contra el Olvido, en Amarateca.
En ese lugar donde el Batallón de la Muerte de las 10 familias ocultaba, desaparecía, torturaba y asesinaba disidentes sociales y políticos, se dio cita el ministro de Inversión Social con sus 20 directores nacionales.
El ingeniero Warren Ochoa llegó para informar que es un mandato de la presidenta Xiomara Castro limpiar la cara del Estado con acciones y no con buenas razones. Reafirmar que el eje de promoción y respeto de los derechos humanos es una pata del gobierno actual.
Después de recorrer el perímetro recuperado por el Cofadeh, Ochoa anunció que propondrá a la presidenta que el personal de cada secretaría de Estado realice obligatoriamente un tour de memoria por este lugar.
En concreto, el ministro del FHIS anunció a los presentes que ésta secretaría se ocupará de adecuar las obras de acceso al Museo, de la torre de vigilancia, la instalación sanitaria y la protección de los vestigios del lugar, que aún no han sido puestos en resguardo.
Este apreciable compromiso en ocasión del Día Nacional y Semana de los derechos humanos fue complementado con otro anuncio maravilloso.
Antes de marcharse de Centroamérica, la agencia Suiza de cooperación para el desarrollo — COSUDE — apoyará la continuidad del proceso del Museo Nacional contra el Olvido.
Una de las obras del COSUDE en este lugar será la construcción de una escultura gigante que, entre otros íconos simbólicos de la lucha de las personas defensores de derechos humanos, incluirá el símbolo de las mujeres resistentes por la libertad y la vida que forma parte del histórico logotipo del Cofadeh.
Que la memoria de don Leo Valladares, a quien abrazamos en sus días de silencio y paz, y que los ejemplos de cooperaciones internacionales sinceras, comprometidas con la humanidad, la justicia y la verdad, prevalezcan para siempre.
Buenas noches.