LA DEA MINTIÓ A LAS VICTIMAS Y NOS MINTIÓ A TODOS

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Como está dicho por la sabiduría popular, entre cielo y tierra no hay nada oculto. Y Estados Unidos acabó aceptando esta semana lo que doña Clara Wood y las demás víctimas de Ahuas habían dicho en mayo de 2012 tras sufrir el horror de un ataque con armas de guerra en La Mosquitia.

La Agencia anti drogas, la embajada Kubiski, el presidente y las Fuerzas Armadas de Honduras, nos mintieron a todos. Y con sus mentiras dañaron la vida de personas, familias y de todo un pueblo indígena.

Dijeron que viajar de noche en pipante por el río Patuca es un comportamiento propio de los narcotraficantes, pero no dijeron que por siglos los misquitos navegan en sus cayucos por la noche porque el calor es menos intenso, y la marea es más tranquila.

El Comité de Familiares de Detenidos – Desaparecidos en Honduras, el COFADEH, que ha acompañado valientemente desde el inicio el proceso, hasta ahora, de las víctimas, ha tenido que soportar todo tipo de estrategias nocivas y campañas de odio por esa determinación, habló esta semana.

En un comunicado público la organización humanitaria saludó la difusión del informe del Departamento de Justicia de Estados Unidos, que confirma la investigación parlamentaria sobre los hechos violentos cometidos por la DEA contra el vecindario de Ahuas.

“Reconocemos como un gesto de honestidad y reinvindicación parcial de las víctimas de la Mosquitia hondureña”, dice el comunicado en alusión al texto oficial de Estados Unidos, difundido en Washington el miércoles.

El documento – aunque con tachaduras en negro, similar a los clasificados de la CIA — confirma que la Agencia Antidrogas mintió al Congreso y a la población general sobre las circunstancias, los protagonistas y móviles del ataque con equipos y armamentos de guerra sobre un grupo de personas indígenas que fueron muertos y heridos.

La DEA trató siempre de atribuir toda la responsabilidad a las autoridades hondureñas para encubrir el rol activo de los militares estadounidenses.

Existen pruebas – incluido un video, dijo el Cofadeh – que inculpan a los actores militares estadounidenses y subcontratistas en el ataque que dejó como saldo trágico 4 personas muertas, incluyendo niños y mujeres embarazadas, y 4 heridas, incluyendo, dos niños.

También la DEA utilizó a la embajada de EEUU en Tegucigalpa para mentir sobre la condición de las víctimas, relacionándolas a operaciones de narcotráfico en la zona. Repetían el guión como pericos en rama seca.

Lo más grave – dijo el Cofadeh en su comunicado público, ayer – es que la DEA utilizó medios ilegales para pretender obtener testimonios falsos de las víctimas sobrevivientes y no colaboró en forma asertiva con el Ministerio Público y los tribunales del poder judicial que han dilatado al máximo el proceso de justicia.

La organización hacía alusión a las operaciones clandestinas realizadas en 2013 en Tegucigalpa contra Clara Wood, a quien le aplicaron un detector de mentiras para inducirla a firmar un testimonio en su contra y pretendieron sobornarla para falsear los hechos.

La recia mujer misquita había sobrevivido al ataque militar de la DEA en mayo 2012, cuando se dirigía con su hijo y sobrino en un pipante hacia la comunidad de Ahuas, donde residían.

El COFADEH, que ha permanecido en apoyo legal, humanitario y logístico al lado de las víctimas, ha sufrido igualmente campañas de odio urdidas por personas y organizaciones instrumentalizadas por esa lógica de mentira oficial respecto de los hechos y que crearon expectativas falsas a las víctimas, para dividirlas.

En consecuencia, la organización recibió el informe del Departamento de Justicia como el reconocimiento público de la responsabilidad de Estados Unidos a través de la DEA en la comisión de violaciones graves a los derechos humanos, e infracciones al Derecho Internacional Humanitario en territorio hondureño.

También celebró el Cofadeh el hecho que el documento del Departamento de Justicia significa la impugnación de las versiones falsas de ambos gobiernos de 2012 y repara, en general, las humillaciones sistemáticas que las víctimas y sus representantes han sufrido en forma injustificable, especialmente los niños.

Concluye el comunicado público del Cofadeh con la declaración del senador de Vermont Patrick Leahy, en el sentido que “el informe del departamento de Justicia desenmascara acontecimientos y conductas atroces, así como las medidas posteriores para ocultar la verdad sobre lo sucedido”. Y que eso no debe continuar.

Así es, ahora es el turno de las personas ofendidas. Ellas y el Cofadeh dijeron la verdad en 2012. Fue un ataque de guerra cometido por la DEA y el gobierno de Honduras contra un pueblo indígena. Ambos mintieron para proteger a los criminales. Dijeron que combatían narcotraficantes, mientras mataban mujeres embarazadas, niños y personas civiles indefensas. Y así está dicho. Y ahora, deben reparar los daños y hacer justicia. Y atenerse a las demandas nacionales e internacionales por el derecho a la verdad, mentirosos!

Editorial sábado 27 de mayo de 2017 de Voces contra El Olvido