Por: Sandra Rodríguez
Ocotepeque.-
La red de Defensores Ocotepecanos de Derechos Humanos, DEOCODERH, está dando seguimiento a la agenda juvenil planificada a finales del 2015, con la que pretenden ampliar su formación y darse a conocer en la región ante la población y autoridades.
La DEOCODERH es una red formada y acompañada por el Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras, COFADEH, y está presente en los municipios de Ocotepeque, San Francisco del Valle, San Marcos y Sensenti, además de la comunidad de Antigua-Ocotepeque, con representación de al menos 15 jóvenes y adultos que la integran.
Se les ha formado en temas de derechos humanos, procuración, toma de denuncias, planificación de agendas juveniles, han visitado la municipalidad de Ocotepeque, la oficina de Policía, el Ministerio Público, el juzgado entre otras instituciones gubernamentales, como parte de las actividades previstas.
En esta ocasión, comenta Lily Lara, integrante de la Red, nos preparamos para hacer un directorio telefónico con información de las autoridades públicas de los diferentes municipios donde tenemos presencia, de modo que al recibir una denuncia identifiquemos rápidamente a quien acudir de manera segura.
Con lo que hemos aprendido, denunciamos las violaciones a los ddhh, la criminalización contra la sociedad, el abuso de autoridad, pero queremos ir más allá y queremos incluirnos en las agenda públicas sonde pongamos nuestros temas de interés y que funcionen como al parecer funciona en el municipio de Ocotepeque.
Como parte de la reunión, el grupo de defensores acompañados por facilitadoras del COFADEH, visitaron la municipalidad de Ocotepeque, ahí fueron atendidas por Cecilia Reyes, encargada de la Oficina de la Mujer y la Juventud.
Reyes les comentó sobre la labor que realiza con diferentes grupos de mujeres, sin embargo el trabajo con la juventud no es tan activo o apoyado como esperaba escuchar los y las defensoras, quienes de paso solicitaron un especio en para participar en alguna reunión y exponer su propia agenda local juvenil con enfoque en la defensa de los derechos humanos.
Lenin Villanueva integrante de la DEOCODERH, manifestó el interés de parte de sus compañeros por ser parte de la incidencia pública, no que la municipalidad les imponga su temática, sino que puedan adecuar a sus líneas los intereses reales de los y las ciudadanas que necesitan mucho apoyo gubernamental para evitar la problemática desde el desempleo, la migración hasta la muerte.
Por eso queremos calendarizar nuestras reuniones y actividades, y no sólo visitar la municipalidad de Ocotepeque, sino, ir a los municipios donde está presente la Red, que las autoridades locales del departamento nos conozcan, no ignoren que estamos en la defensa de los derechos humanos, y aun más, que no estamos solos, sino que nos respalda el COFADEH, declaró el joven.
El grupo valoró la visita a la Oficina de la Mujer y la Juventud, y les parece que sería de mucha ayuda poder tener un espacio desde las agendas públicas, por lo que deberían ir a visitar cada dependencia municipal de sus localidades y preguntar ¿Qué están haciendo por la juventud de su pueblo?
Aunque, dicen conocer de antemano la respuesta (negativa), es bueno enfrentar a las autoridades, que de hecho ya conocen a los jóvenes, y muchas veces los marginan y señalan por ser opositores al gobierno de turno.
La oficina de la juventud seria de mucha ayuda si funcionara como debe ser, porque nos podríamos convertir en entes reguladores de que cumpla con su función, lograr que se nos permita tener la información, así la procesamos y compartimos con mayor diligencia, declaró Lily.
Los y las defensoras han sido parte de actividades públicas y manifestaciones de exigencia de sus derechos en Ocotepeque, departamento al occidente del país que comparte frontera con Guatemala y El Salvador.
Lamentan que, siempre que exigen derechos como los del desarrollo local, no tienen respuestas, ya que al protestar públicamente afectan la imagen del gobierno, y estigmatizan a quienes salen a las calles, tachándolos de ser opositores, y no ciudadanos disconformes con el sistema que cada día más los oprime.
Política Nacional de Juventud Hondureña
En Honduras hay una Política Nacional de Juventud, impulsada en el gobierno de Porfirio Lobo Sosa (2010-2014), entre sus mensajes se lee “Estimadas/os Jóvenes: En Honduras es un país jóven. Como presidente de la República me he comprometido a accionar el desarrollo de una actitud positiva hacia los jóvenes, generando y promoviendo la confianza de la sociedad en ellos y abriendo espacios de PARTICIPACIÓN EN LAS DECISIONES; en tal sentido apoyo el desarrollo de esta Política Nacional de la Juventud como un todo armónico y coherente de las Instituciones Gubernamentales y no Gubernamentales involucradas integral de la juventud de Honduras.
También se imprimió un pensamiento de héroe nacional Francisco Morazán “Excito a la juventud que es la llamada a dar vida a este país que dejo con sentimiento por quedar anarquizado. Y deseo que imiten mi ejemplo de morir con firmeza antes que dejarlo abandonado al desorden en que desgraciadamente hoy se encuentra…” 15 de septiembre de 1842.
Sin embargo, los jóvenes lamentan que las leyes y decretos estén solo en papel porque la realidad que les ofrece el gobierno es totalmente diferente, aislados, abandonado y hasta olvidados, aún más cuando muchas de sus necesidades las tienen que resolver en Guatemala o El Salvador, porque es más accesible cruzar las fronteras que buscar soluciones o respuestas en las instancias hondureñas.
Por su parte el Instituto de la Juventud, dice ser, la institución líder del Estado que planifica, articula, gestiona y evalúa con todos los actores e instancias las políticas públicas que promueven el desarrollo integral y la generación de los espacios de participación de los y las jóvenes, que les permita visibilizarse como actores estratégicos en los ámbitos económicos, sociales, políticos y culturales de Honduras.
La Política Nacional de Juventud se fundamenta en la responsabilidad del Estado asumida en los tratados internacionales y ratificados por el Congreso Nacional, como la Convención de los Derechos del Niño (CDN), la Convención Iberoamericana de los Derechos de la Juventud (CIDJ), la CEDAW, la Cumbre del Milenio, el Pacto de Derechos Humanos Civiles y Políticos, el Pacto de Derechos Humanos Económicos, Sociales y Culturales, así como las recomendaciones de los Comités de Derechos Humanos de Naciones Unidas sobre los procesos de implementación de los tratados mencionados.
Y es ahí, donde la DEOCODERH buscará tener un espacio, siendo voz de la población olvidada, y plantear sus necesidades desde las instancias municipales de Ocotepeque, para que no se sigan violentando los derechos humanos, explicó Villanueva.
Ocotepeque es una región contemplada en el Plan Alianza para la Prosperidad del Triángulo Norte, promovida desde los Estados Unidos atendiendo el problema migratorio, pero los y las defensoras no ven esto como una solución al irrespeto y violación a los derechos humanos, sino que le beneficio siempre llega los que ostentan el poder.
Esta iniciativa enmarca un apoyo de Estados Unidos de 750 millones de dólares, que significan unos 16,725 millones de lempiras que deben ser destinados a la generación de empleo y mejora de la calidad de vida de los ciudadanos de estos países para frenar la migración ilegal.