Inusual conducta de jueza al otorgar libertad definitiva a presos políticos del golpe de Estado

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Tegucigalpa

Diez años después y en un ambiente hostil, la jueza número 14, Sonia Hortensia Salgado, otorgó carta de Libertad Definitiva a primeros presos políticos del golpe de Estado del 2009.

La operadora de justicia del Juzgado de Letras de lo Penal de la Sección Judicial de Tegucigalpa, citó a las partes, para las 11 de la mañana de este jueves 9 de mayo, y al apersonarse la representante legal de las víctimas –acusadas- , Karol Cárdenas, del Área de Acceso a la Justicia deñ Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras (COFADEH), Salgado le notificó que la audiencia ya se había realizado.

El COFADEH es la organización que representa el grupo de 24 víctimas de vejámenes, abuso de autoridad, tortura y detención ilegal el 12 de agosto del 2009, después de una  manifestación contra el Golpe de Estado que se le dio a José Manuel Zelaya, y la jueza expresó que adelantó la audiencia a petición del fiscal y con otra representación legal, que hace años no aparecía, citando al abogado Nectalí Rodezno.

Por lo que Cárdenas reclamó la falta de respeto al celebrar una audiencia sin estar ella presente, tomando en cuenta que fue el COFADEH quien solicitó la extinción de la pena en favor del grupo, que vale aclarar, no todos participaban en las manifestaciones de hace diez años. Algunos son comunicadores sociales y otros transeúntes que pasaban por el centro de Tegucigalpa, cuando  la policía y comando COBRAS, les dieron captura.

La jueza expresó que esa era una audiencia que podía hacer de oficio, sin la necesidad de que las partes estuvieran presentes, aun así, estando las víctimas y su representación legal antes de la hora citada, no fueron llamadas para presenciar el momento.

Ni la defensa ni las víctimas se explicó la incómoda situación, tampoco la presencia del abogado Rodezno, quien fue parte del equipo de defensa junto a otros abogados en el 2009, pero después no volvieron a aparecer.

Tanto la jueza como su secretaria mostraron una conducta inusual contra la abogada representante del COFADEH. Salgado propuso anular la audiencia y después dijo que eso seguiría afectando a los imputados. Después dio orden a que se agregará en acta la presencia de Cárdenas y se procediera a entregar las cartas de libertad definitiva por prescripción de la pena, a los y las presentes.

El tiempo les hizo justicia

A casi diez años de tener manchado su expediente penal, 24 personas entre ellas campesinos, indígenas, docentes, comunicadores sociales y estudiantes, recibieron su carta de libertad por el delito de daños, bajo la figura de “extinción o prescripción de la pena”.

Fue el tiempo el que se encargó de declarar su inocencia, recordando imágenes donde policías y agentes COBRAS, sin ningún recato los capturaron, torturaron y encerraron en una cárcel clandestina, ubicada en el comando COBRAS, al este de la capital, la noche del 12 de agosto del 2009.

El COFADEH presentó la documentación requerida para lograr su libertad en audiencia de presentación, pero algunos de los compañeros que no eran de la capital, permanecieron varios días privados de libertad.

En diez años de búsqueda de justicia, se logró el sobreseimiento definitivo por los delitos de robo, sedición y manifestación ilícita, detalló Cárdenas.

Pera don Justo Pastor Mondragón, no ha sido fácil este proceso, con 75 años de edad debe caminar con mucho cuidado porque las torturas de aquel 12 de agosto lo dejaron con problemas de visión, y si hoy no comparecía a la audiencia, no le entregaban su carta de libertad.

A otros integrantes de este grupo, las secuelas dejadas por la Policía aún permanecen en la movilidad física, estabilidad emocional y económica, pues en estos diez años, no pueden acceder a un empleo formal porque sus antecedentes penales no se los permiten, esto sucedió con Nelson Rivera.

Actualmente, Rivera se dedica a la fontanería, cuando tiene empleo, aclaró. Él y su hermana la profesora Mabel, protestaban contra el gobierno de facto de Roberto Micheletti, sin imaginar que serían de los primeros presos políticos.

Por lo que al tener su última carta de libertad, guarda la esperanza de conseguir un empleo fio que ayude al sustento familiar.

A cinco de 24 víctimas, se les entregó este día la carta de libertad por el delito de daños, debido a la prescripción de la pena, pasaron cinco años sin que el Ministerio Público presentara nuevas pruebas que incriminara al grupo de defensores de la patria, explicó la abogada Karol Cárdenas, del COFADEH.

El documento se entrega personalmente o aun pariente cercano, es así que las demás personas deberán venir a Tegucigalpa, y en caso de quienes están fuera del país para salvaguardar su vida por la persecución política, lo deberá hacer algún familiar, explicó la jueza Sonia Hortensia Salgado, quien realizó esta audiencia sin la presencia de los imputados y la abogada peticionaria del COFADEH.

Las víctimas de los ataques y furia policial son: Gerardo Arturo Flores Valeriano, Mabel Carolina López, Nelson Gustavo Rivera López, José Natividad Pérez Lorenzo, Oscar Manuel Murillo, Santos Ricardo Peña Pavón, Darwin Isaac Amaya Alvarado, Alba Leticia Ochoa Camacho, Sergio Raúl Jerezano, Darwin Said Hernández Carbajal, Oslin George Cantillano, Rosario Vásquez, Emerson Rosicler Barahona y  Daniel Ángel Cárcamo Sánchez y otras nueve personas más, sumando en total 24 personas, no pueden olvidar lo que vivieron esos días, por lo que relatar los hechos ante un juez, es con el objetivo que se haga justicia y se responsabilice a los culpables.

Por esta razón, procedieron junto al COFADEH, a denunciar a los policías: José Ventura Ramos
Carlos Isaías Polanco, Suyapa Marina Elvir, Juana María Alvarado, Esther Esperanza Ramos (única en servicio).

El sistema judicial fue desvaneciendo los cargos en su contra, e irán a juicio oral público en los próximos meses únicamente por el delito de vejámenes. En este momento abogan por una conciliación como parte del proceso, pero las víctimas han afirmado que no conciliaran con los policías torturadores.