HOY FUERON LOS 42… Y SIGUEN

0
72

Era un día frío, nublado y triste de noviembre de 1982. Un grupo de madres y esposas llorosas pero decididas se reunieron en la primera avenida de Comayagüela.

Sin el consenso de todas las familias afectadas, el grupo perseverante tomó la decisión de fundar el Comité de Familiares de Detenidos-Desaparecidos en Honduras.

Aquel grupo de “Mujeres contra la Muerte” del 30 de noviembre de 1982 buscaba hijos, hijas y parejas desaparecidas por la política criminal de Estados Unidos en su guerra fría contra los países socialistas.

Las mujeres del COFADEH estaban determinadas a encontrar con vida a sus parientes desaparecidos por el Estado. Ni cadáveres ni tumbas, buscaban vida. Porque vivos se los llevaron, vivos los queremos.

Las fuerzas militares constituidas y los organismos clandestinos creados por la CIA desaparecían líderes de sindicatos, colegios y universidades, cristianos comprometidos y militantes de la resistencia armada. Los llamaban terroristas, comunistas, subversivos, guerrilleros.

Todas esas palabras eran enseñadas por el manual de papi Raymond, Demetrio Negroponte, el agente Mike y otros sátrapas criminales del imperio, que no detuvieron nunca a las madres del Cofadeh.

Sorteando por décadas las inconstancias y traiciones, las madres perseveraron hasta la muerte, hasta la injusticia y el desprecio; otras, hasta el linchamiento mediático y las actuales sobrevivientes, hasta la calumnia mezquina y la envidia tiña.

Pero estas mujeres nunca fueron vencidas, nunca lo serán. Su lucha es patrimonio de la humanidad y así es reconocido por quienes tienen oídos para escuchar y ojos para ver.

El jueves anterior, en el Museo de Memoria Histórica, en la antigua Casa Presidencial, inauguraron una sala de “búsqueda, resistencia, lucha y esperanza” dedicada a las personas desaparecidas. A sus seres queridos.

Con el acompañamiento del Instituto Hondureño de Antropología e Historia y el Museo de Memoria Histórica, la sala reúne imágenes, objetos de la época, obras de arte y alegorías, que hablan por sí mismas.

La sala de “búsqueda, resistencia, lucha y esperanza” está abierta de lunes a domingo testimoniando los hechos de 1982 a 1992, para que nunca más se vuelvan a repetir de modo sistemático, alevoso y cruel desde el Estado.

En el comienzo de las actividades conmemorativas se llevó a cabo una presentación de obras literarias, una tesis de grado, un ensayo y una novela, que hablan de la desaparición forzada en América Latina, del horror de la tortura en la casa del terror en Amarateca, y de la encarnación de Tomás Nativí en sus descendientes.

Fue una noche profundamente tocante con testimonios de seres vivos que han estado frente a las fauces del Estado feroz y que, afortunadamente para la humanidad, sobrevivieron para contarlo. Y para heredarlo.

En la misma antigua Casa Presidencial, donde las madres nunca pudieron entrar durante los gobiernos de Rosuco, Azcona y Callejas, fue realizado un conversatorio popular sobre la vida del COFADEH como persona jurídica, como organización de lucha, como patrimonio de la humanidad.

Entre las participantes del conversatorio, una mujer agradeció a este Comité destacando que, gracias a sus comunicados, programas de radio, plantones, litigios, manifestaciones y comparecencias públicas diversas durante el tiempo, las personas desaparecidas tienen rostro, nombre y memoria.

Un joven, poniéndose de pie, dijo que el COFADEH representa lucha, resistencia y capacidad de unión del pueblo para construir un futuro con justicia y dignidad en Honduras.

Los 42 años siguieron festejándose este sábado en el Museo Nacional contra el Olvido en Amarateca, con la inauguración de una escultura gigante en memoria de las mujeres luchadoras fundadoras del COFADEH, que rinden homenaje con su ejemplo a todas las defensoras y defensores de la vida y la libertad.

La escultura fue diseñada, financiada y construida por la agencia suiza de cooperación al desarrollo, que antes de cerrar sus operaciones en Honduras acompaña el monumental proyecto del Cofadeh en Amarateca.

En esta localidad ubicada al oeste de Tegucigalpa, antiguo centro de ocultamiento, desaparición, tortura y asesinato de opositores políticos, se construye sobre los restos de la casa del terror una obra de amor llamada Museo Contra el Olvido.

De este modo, las madres y otros familiares de pañuelos blancos, que nunca cejaron en su propósito de educar a Honduras y al mundo, sin mezquindades ni conspiraciones inútiles, abrieron sus corazones el 30 de noviembre de 2024 a la conmemoración histórica de su lucha inclaudicable y se declaran decididas a continuar. ¡Felicitaciones mil!

Buenas noches